ADAPTARSE AL ENTORNO

La vida, frente a un entorno fluctuante, nos exige una continua adaptación, que, si sabemos llevarla a cabo, nos animará a considerar que la vida merece la pena ser vivida.

Todos anhelamos ser apreciados por lo que somos y por lo que hacemos, pero si ya es difícil entendernos a nosotros mismos, la dificultad para comprender a los demás resulta similar o superior, a pesar de lo cual seguimos teniendo la obligación y la necesidad de compartir y armonizar nuestros proyectos con los de los demás. 

El ser humano es un individuo social que debe vivir normalmente con otras personas y nunca solo y, si tiene un plan de vida activo integrado en la sociedad, le puede proteger frente a las enfermedades mentales, ayudándole a dar coherencia y llevar a buen término sus programas de actuación.

Todos los avances de la humanidad han sido logrados merced a la colaboración con los demás, la experiencia de unos es mejorada y completada por la de otros y esta constatación sirve de base para retomar el proyecto siguiente.

La naturaleza nos presenta la mejor y más perfecta enciclopedia para la vida y cada ser vivo es un reflejo de ella, que está hecho a su imagen y semejanza. Todos los seres vivos dependemos de un entorno microbiológico, medioambiental y social, propio de cada especie, que nos permite crecer y multiplicarnos como nuestros antepasados. Por ello las observaciones sobre el entorno, los análisis inteligentes y las conclusiones coherentes, llevadas a cabo por nuestros mayores, debieran ser los puntos de partida para la recreación del acerbo cultural que legaremos a nuestros descendientes. Sigue...

SIN COMUNIDAD NO HAY DESARROLLO
SUPERAR LA DESIDIA Y LA DESGANA

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