Se piensa que el estrés oxidativo influye en el desarrollo de enfermedades tales como el Alzheimer, el Parkinson, la artritis reumatoide y las enfermedades neurodegenerativas, aunque no está claro si los oxidantes desencadenan la enfermedad, o son su consecuencia.
En las enfermedades cardiovasculares la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) parecen acelerar el proceso de la aterogénesis, que da lugar a la aterosclerosis, y finalmente a la enfermedad vascular (Ver)
Se ha demostrado que una dieta con una reducción de calorías del 30 % sobre el cálculo estándar, que ha sido universalmente asumido por los nutricionistas, prolonga la esperanza de vida en todos animales de estudio y puede explicarse por una reducción en el estrés oxidativo.
Igualmente las dietas ricas en frutas y vegetales con elevados niveles de antioxidantes, potencian la Salud y reducen los efectos del envejecimiento, sin embargo los suplementos alimentarios con vitaminas antioxidantes no han demostrado ningún resultado positivo en el proceso de envejecimiento, de ahí la duda de si los efectos positivos de frutas y de vegetales pueden no estar relacionados solo con su contenido en antioxidantes.
El cerebro presenta una gran vulnerabilidad ante los daños oxidativos por su elevada actividad metabólica y por sus altos niveles de grasas poliinsaturadas, objetivo de la peroxidación de los lípidos. Por ello los antioxidantes se usan en el tratamiento de las lesiones cerebrales y de los accidentes cerebrovasculares, puesto que parecen reducir el estrés oxidativo en las neuronas y prevenir la apoptosis y el daño neurológico.
También se están ensayando algunos antioxidantes como posibles tratamientos para enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson y la esclerosis lateral amiotrófica. Sigue...