Hay muchas formas de medir el exceso de peso en relación a la masa corporal total. En cualquiera de esas mediciones pueden predominar la masa magra (hueso + masa muscular), la masa grasa o incluso el agua. Distinguimos por simple observación en la playa a quien le sobra o le falta algún kilo, sin embargo cuando nos basamos únicamente en medidas tan simples, como la talla y el peso, podemos cometer serios errores que hacen poco creíbles los resultados obtenidos.
Independientemente de los índices que manejemos nuestro sentido común y estético nos alerta de si una persona está o no con más grasa de la debida, sobre todo si observamos su cintura en toda su circunferencia, especialmente alrededor del ombligo y por encima de las crestas ilíacas.
A ese nivel se depositan y permanecen habitualmente los excedentes de grasa, aumentando el volumen de la cintura de forma apreciable. Así es fácil reconocer si un individuo está en sus medidas óptimas o no, puesto que todos tenemos en nuestra retina imágenes de personas atléticas y modelos publicitarios que mantienen unas formas más o menos ideales, según los cánones de las modas vigentes.