PROTEÍNAS INTEGRALES DE MEMBRANA (P.I.M)

Todas las células del organismo disponen de una membrana propia, en la que residen las Proteínas Integrales de Membrana (P.I.M), encargadas del transporte de los nutrientes y de los materiales de desecho a través de la misma.

Estas proteínas únicamente permiten el paso de aquellas moléculas que son necesarias para el funcionamiento correcto del citoplasma e impiden que cualquier molécula deteriorada se introduzca en la célula. Por ello a las proteínas anormales o “aberrantes” se les añade una marca, indicadora de que las células encargadas de la limpieza deben destruirlas, entonces el esqueleto de las células anormales se descompone y sus aminoácidos quedan libres para ser recicladas en una nueva síntesis de proteínas.

En las Proteínas Integrales de Membrana (P.I.M), reconocemos dos tipos funcionales, las proteínas receptoras y las proteínas efectoras. Las proteínas receptoras son, en realidad, los órganos sensoriales de la célula, cuya misión es captar (ver, oír, oler, palpar y gustar) lo que ocurre en el medio extracelular. Equivalen  a nuestros sentidos y funcionan como antenas moleculares, que sintonizan con las señales específicas emitidas desde el exterior, aunque también algunas de estas proteínas se extienden por la superficie interna de la membrana y captan el ambiente interno del citoplasma.

Las proteínas receptoras cambian de una conformación activa a otra inactiva, alterando sus cargas eléctricas, de forma que, cuando se unen a una señal del medio extracelular se produce un cambio en su carga eléctrica que modifica la forma de su esqueleto proteico y adopta su conformación activa. Sigue...

¿CÓMO SE COMUNICAN LAS (P.I.M)?
EL MOVIMIENTO VITAL DE LAS PROTEÍNAS

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