El sedentarismo acumulado desde la niñez se asocia a daño cardiaco, aun con peso y tensión normales

R. R. García-Abadillo.

23/08/2023 La mayor inactividad se asoció a un aumento en la masa del ventrículo izquierdo, lo que se relaciona con más riesgo de patología cardiaca, accidente cerebrovascular y muerte. El aumento de horas frente a las pantallas llevan a largo plazo a un corazón con más peso. 

Los ojos de la ciencia llevan años mirando al sedentarismo. Mata tanto como otros malos hábitos, como fumar o no llevar una alimentación adecuada. Y las investigaciones siguen arrojando nuevos datos. Las horas de inactividad acumuladas desde la infancia preparan el escenario de futuros ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares en la adultez, según un estudio finlandés que se presentará el domingo 27 de agosto en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) durante la sesión Inactividad física y ejercicio.

El trabajo subraya el daño cardiaco independientemente de que las personas tengan un peso y una presión arterial normales. "Todas esas horas de tiempo frente a la pantalla en los jóvenes llevan a un corazón con más peso, lo que sabemos por estudios en adultos que aumenta la probabilidad de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular", explica el autor del estudio, Andrew Agbaje, de la Universidad del Este de Finlandia (campus de Kuopio). "Los niños y adolescentes necesitan moverse más para proteger su salud a largo plazo".

El estudio fue el primero que investiga el efecto acumulativo del tiempo de sedentarismo midiéndolo con relojes inteligentes en personas jóvenes y viendo el daño cardiaco más adelante en sus vidas. Es parte del estudio británico Children of the 90s (también conocido como Avon Longitudinal Study of Parents and Children, ALSPAC), que comenzó en 1990/1991 y es una de las cohortes más grandes del mundo con mediciones del estilo de vida desde el nacimiento.

A los 11 años, los niños usaron durante siete días un reloj inteligente con un rastreador de actividad. Se repitió a los 15 años y nuevamente a los 24. El peso del ventrículo izquierdo del corazón se evaluó mediante ecocardiograma a los 17 y a los 24 años de edad y se informó en gramos en relación con la altura (g/m2,7). Los investigadores analizaron la asociación entre el tiempo de sedentarismo entre los 11 y los 24 años y las mediciones del corazón entre los 17 y los 24 años después de ajustar los factores que podrían influir en esa relación, como la edad, el sexo, la presión arterial, la grasa corporal, el tabaquismo, la actividad física y el estatus socioeconómico.

Casi 3 horas más de sedentarismo al día
El estudio incluye a 766 niños, el 55% eran niñas y el 45% niños. A los 11 años, los niños eran sedentarios durante un promedio de 362 minutos al día, aumentando a 474 minutos al día en la adolescencia (15 años) y 531 minutos al día en la edad adulta joven (24 años). Esto significa que el tiempo de sedentarismo aumentó en un promedio de 169 minutos (2,8 horas) al día entre la niñez y la adultez temprana.

Cada aumento de un minuto en el tiempo de sedentarismo entre los 11 y los 24 años se asoció con un aumento de 0,004 g/m2,7 en la masa del ventrículo izquierdo entre los 17 y los 24 años. Cuando se multiplica por 169 minutos de inactividad adicional, esto equivale a un aumento diario de 0,7 g/m2,7 -el equivalente a un aumento de 3 gramos en la masa del ventrículo izquierdo entre las mediciones ecocardiográficas en el aumento de altura promedio-. Un estudio anterior en adultos encontró que un aumento similar en la masa del ventrículo izquierdo (1 g/m2,7 ) durante un período de siete años se asoció con un riesgo dos veces mayor de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y muerte.

"Los niños eran sedentarios durante más de seis horas al día y esto aumentó en casi tres horas más al día cuando llegaron a la edad adulta. Nuestro estudio indica que la acumulación de tiempo inactivo está relacionada con el daño cardíaco, independientemente del peso corporal y la presión arterial. Los padres deben alentar a los niños y adolescentes a moverse más sacándolos a caminar y limitando el tiempo que pasan en las redes sociales y los videojuegos. Como dijo una vez Martin Luther King Jr.: 'Si no puedes volar, corre. Si no puedes correr, camina. Si no puedes caminar, gatea. Pero por todos los medios sigue moviéndote'", concluye Agbaje.

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