ESTABLECER PRIORIDADES

Si en nuestros negocios y nuestras gestiones administrativas prima el buen sentido, en lo tocante a nuestro bienestar físico y mental deberemos ser todavía mucho más exquisitos. Los problemas que no abordamos nos limitan la cantidad y la calidad de la existencia. Como no podemos acometer todos los problemas que nos circundan, es preciso establecer “prioridades”, al menos para las cosas importantes. Y ¿qué hay más importante que la propia vida? Somos víctimas de una “educación despersonalizadora”, que ha primado los intereses del colectivo frente a los del propio individuo y así nos va.

Que “cada palo aguante su vela”, que cada persona sea responsable de su salud, que cada uno de nosotros sea consciente de su responsabilidad con él mismo y con la sociedad, que no se acostumbre a confiar en que alguien le saque del apuro en el que se haya metido de manera voluntaria o inconsciente.

Con demasiada frecuencia ante problemas de salud como la HTA (Ver), la diabetes (Ver) , la obesidad (Ver), los excesos de ácido úrico, de colesterol, de triglicéridos o cualquier otra manifestación de deterioro orgánico, recurrimos a soluciones provisionales, como la toma de medicamentos paliativos, que nos hacen dependientes crónicos y no nos resuelven el problema, que se irá complicando día tras día. 

El tiempo que no dediquemos a cuidar la salud lo emplearemos en remediar la enfermedad.

No esperemos que los parches puntuales restituyan la situación original y devuelvan la plenitud perdida. En general nos darán soluciones paliativas, de corta duración, renovables periódicamente y con efectos secundarios no deseados, que nos harán dependientes de por vida y no nos facilitarán la recuperación total. Sigue...

GENOMA vs. AMBIOMA
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