Todo ser vivo precisa de una cápsula, membrana o piel que lo limite y lo independice del medio ambiente en el que se desenvuelve. Esa piel debe tener mecanismos y soluciones para poder explorar el entorno que le rodea, conocerlo, interactuar, protegerse y servirse de él. Para que un ser vivo pueda desarrollarse y reproducirse, el medio debe mantenerse relativamente estable en sus constantes físico-químicas, sus fluctuaciones deben ser ligeras y permitir adaptaciones progresivas y perdurables en el tiempo y solo así será posible la renovación del individuo y de la especie.
El medio debe ofrecer recursos abundantes de todos los macronutrientes y micronutrientes que el ser vivo precisa. En él irá creciendo, sirviéndose del entorno, adaptándose a él constantemente y a su vez se irá haciendo cada vez más dependiente del mismo.
Cuanto más complejo es el ser vivo mayores son sus necesidades. Sabemos que algunas esporas son capaces de sobrevivir en medios extremadamente secos o húmedos, pueden soportar temperaturas altísimas y sobrevivir en hielos milenarios. Sin embargo los seres humanos estamos mucho más limitados por ser animales muy complejos y por lo tanto con mayor dependencia de la estabilidad del medio. Nuestros márgenes de tolerancia son mucho más estrechos, precisamos disponer continuadamente de todos los macronutrientes y de todos los micronutrientes que necesita nuestro cuerpo. Sigue...
