El desarrollo de la microbiota del recién nacido se vincula estrechamente a la lactancia materna

02/08/2023 Este conjunto de bacterias no solo se fortalece con la alimentación. El método piel con piel con otros miembros del núcleo familiar, así como el propio expulsivo por vía vaginal, también ayudan al desarrollo de la microbiota del recién nacido.

Junto con el momento del nacimiento, la lactancia materna es fundamental para el primer contacto y desarrollo de la microbiota del recién nacido. Aunque estas bacterias comienzan la colonización desde el vientre materno, con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna que anualmente celebra la Organización Mundial de la Salud (OMS), las matronas de la unidad materno-infantil del Hospital Vithas Las Palmas recuerdan que la leche materna tiene componentes bifidogénicos que favorecen el desarrollo de la microbiota, así como anticuerpos que activan el sistema inmune del bebé.

"La microbiota, un conjunto de bacterias que colonizan la piel, el aparato digestivo y el aparato genital, se va desarrollando a medida que avanza la vida, cambiando su composición. De hecho, son diferentes en la infancia, la adolescencia y en la edad adulta", explica Marta Santana, matrona de la unidad materno-infantil del Hospital Vithas Las Palmas. "Estos microorganismos tienen propiedades beneficiosas -en concreto la microbiota intestinal-, de ahí que sea clave que la microbita se desarrolle correctamente para lograr un equilibrio en las funciones digestivas del recién nacido", destaca.

De acuerdo con Marta Santana, "la microbiota ayuda a digerir esos alimentos que no son absorbidos por el intestino delgado, como es el caso de aquellos ricos en fibra. La fibra llega intacta al colon y allí, la microbiota intestinal se encarga de digerirla y producir metabolitos, ácidos grasos de cadena corta, que son muy importantes para preservar la salud intestinal, fomentar las reservas energéticas y permitir que estemos metabólicamente sano".

El expulsivo vaginal también contribuye a la microbiota

Sin embargo, la microbiota del recién nacido no solo se fortalece con la alimentación y con la leche materna. "Durante el parto vaginal también se produce una transmisión vertical, materno-filial. Es decir, el recién nacido también se impregna por la microbiota vaginal y rectal materna en el momento del parto, dando lugar al primer contacto con microorganismos que ocurre en el tracto digestivo", detalla la matrona de Vithas Las Palmas.

Además, estos microorganismos también se encuentran en la piel, de ahí la importancia del contacto piel con piel del recién nacido con su madre tras el nacimiento, ya sea por vía vaginal o por cesárea. "Por eso, es recomendable realizar este contacto piel con piel con todos los demás miembros del núcleo familiar, pues favorece así la génesis de la microbiota, además del apego", asegura Marta Santana.