Las interacciones sociales influyen en la composición de tu microbiota oral e intestinal

Sonia Moreno
18/01/2023 Además de la herencia materna y de factores exógenos como la dieta, la microbiota también puede estar modulada por las relaciones personales, a través de la transmisión horizontal.

La forma en que las redes sociales nos condicionan puede llegar a terrenos insospechados. Un estudio muestra que las personas con las que interaccionamos también modulan nuestra microbiota y, por tanto, nuestra salud.

Es sabido que los microbiomas que habitan en nuestro organismo son vitales para el funcionamiento del sistema inmunitario y digestivo, entre otros. Sin embargo, no se sabe mucho sobre cómo se conforma esta microflora, más allá de la transmisión de madre a hijo en el momento del nacimiento (la llamada transmisión vertical) y de los factores que influyen en su composición (como dieta, estilo de vida y genética).

El grupo de investigación dirigido por Nicola Segata, del Departamento de Biología Celular, Computacional y Biología Integrativa-Cibio, de la Universidad de Trento (Italia), ha coordinado un estudio internacional con el objetivo de ensanchar ese conocimiento. Un total de 18 instituciones y centros de investigación de todo el mundo -entre ellos el grupo de María del Carmen Collado, del Instituto Nacional de Tecnología de los Alimentos y Agroquímica (IATA-CSIC), en Paterna (Valencia)- han llevado a cabo el estudio a mayor escala realizado sobre la transmisión del microbioma, donde se evaluó la transmisión de más de 800 especies microbianas en los microbiomas intestinal y oral. Para ello, analizaron más de 9.000 muestras de heces y saliva de participantes de 20 países en todos los continentes del mundo.

La primera autora del trabajo, cuyas conclusiones se publican hoy miércoles en Nature, es Mireia Vallès Colomer, investigadora postdoctoral del Laboratorio de Segata. En declaraciones a este medio, la científica reflexiona en un email que “la influencia de las personas que nos rodean en la composición de nuestro microbioma no se ha tenido en cuenta hasta ahora, y es algo que ciertamente podría condicionarlo”. De hecho, advierte, “sabemos muy poco sobre cómo estos microbios tan importantes para nuestra salud se transmiten entre personas, a diferencia de las rutas de transmisión de los patógenos, que están mucho más estudiadas (¡durante los últimos dos años todos hemos aprendido cómo el SARS-CoV-2 propaga la covid-19!)”. Además, recuerda que “un microbioma más diverso tiende a ser más sano, y la interacción con otras personas sanas sería una fuente potencial de bacterias para nuestro microbioma”.

El principal hallazgo de esta investigación es que “la microbiota se transmite de forma muy importante entre las personas que están en contacto estrecho, como quienes viven en un mismo hogar. De este modo, nuestras interacciones sociales modulan la composición de nuestro microbioma”.

Transmisión horizontal
Para demostrarlo, analizaron la transmisión vertical de madres a hijos, pero también la transmisión horizontal entre gemelos, personas que comparten casa o que viven en la misma ciudad. “Encontramos pruebas de una amplia transmisión del microbioma, junto con patrones específicos para cada tipo de microbioma (oral/intestinal), relación y estilo de vida”, escribe.

El estudio confirmó que la primera transmisión del microbioma intestinal se produce en el nacimiento y es muy duradera. De hecho, las bacterias del microbioma materno aún pueden detectarse en ancianos. Sin embargo, los lactantes carecen de muchas de las especies bacterianas habituales en los adultos, por lo que la hipótesis de la que partían estos investigadores es que las adquirimos más tarde. El análisis demostró que los adultos adquieren microbios a través de las interacciones sociales, por ejemplo, entre parejas, compartiendo casa o con los amigos.

“En el estudio calculamos con qué frecuencia se transmite cada una de las 800 especies y descubrimos que mientras que algunas bacterias son poco transmisibles, otras lo hacen muy frecuentemente”, indica Mireia Vallès Colomer. La transmisibilidad puede explicarse en parte por las propiedades de los microbios: “Muchas de las bacterias intestinales no sobreviven al oxígeno presente fuera de su hábitat, y las que pueden tolerar el oxígeno o las que han desarrollado formas de resistencia, como esporas, tienden a transmitirse más frecuentemente. También descubrimos que algunos microbios de los que sabemos muy poco se encuentran entre los que se transmiten con más frecuencia, lo que nos impulsa a estudiarlos”.

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Saliva como vector de transmisión
Además, constataron que el microbioma oral se transmite de forma muy distinta a como lo hace el microbioma intestinal. De hecho, las bacterias presentes en la saliva se transmiten sobre todo de forma horizontal. En ese caso, la transmisión por parte de la madre al nacer es mínima, pero cuanto más tiempo pasan juntas las personas, más bacterias comparten.

“En nuestro estudio nos hemos centrado en los microbiomas oral e intestinal, si bien se esperaría que el microbioma de nuestra piel, que está todavía mucho más en contacto con el microbioma cutáneo de otras personas, se trasmite aún más (del mismo modo que hemos visto que el microbioma oral, que tiene la saliva como vehículo de transmisión, se transmite más que el intestinal)”.

¿Son el cáncer o la diabetes enfermedades transmisibles?
Profundizar en el conocimiento del microbioma tiene implicaciones médicas nada desdeñables, ya sea contar con un elemento más para preservar la salud, o incluso disponer de un eventual factor transmisible en enfermedades no infecciosas, como el cáncer o la diabetes.

En palabras de esta científica, “entender bien cómo se transmiten los microbios que viven en y sobre nuestro cuerpo entre individuos debería ayudarnos a diseñar tratamientos más eficientes dirigidos a mejorar la composición de nuestro microbioma. Ejemplo de estos tratamientos podrían ser cócteles probióticos de nueva generación de más alcance, o consorcios de bacterias diseñados artificialmente para sustituir los trasplantes de microbioma fecal. Estos avances ayudarían a encontrar enfoques novedosos que apoyen la transmisión de microbios beneficiosos al tiempo que evitan la de los perjudiciales. Además, a través del microbioma, enfermedades consideradas no comunicables (como cáncer, diabetes, obesidad…) podrían tener un componente transmisible sobre el cual actuar, lo que nos abre nuevas posibilidades terapéuticas”.