“El declive en el envejecimiento llega de forma repentina”

 

Sonia Moreno
24 junio, 2019 El envejecimiento dejó de verse como un proceso solo gradual en gran medida a partir de los hallazgos de Pura Muñoz-Cánoves.

Las investigaciones de esta catedrática de Biología Celular de la Universidad Pompeu Fabra desvelaron un punto de inflexión en la vejez, un momento de declive repentino en el que las células pasan de una sana quiescencia a la temida senescencia. Esta profesora Icrea confiesa que sintió algo de vértigo ante sus hallazgos, “que se disipó cuando repetimos varias veces los experimentos”. No obstante, recuerda “preguntas no muy agradables” en algún que otro foro internacional donde presentó su original propuesta. Ahora, cada vez más grupos en todo el mundo siguen la senda de estas investigaciones pioneras.

PREGUNTA. Entonces, ¿el envejecimiento aparece de repente?
RESPUESTA. Sí y no. El envejecimiento es un proceso gradual. Realmente, somos jóvenes muy poco tiempo: a partir de los 20-25 años ya empezamos a perder masa muscular y ciertas capacidades de forma muy leve, casi inapreciable. Lo que hemos visto es que se produce un declive agudo y marcado en la edad geriátrica, en torno a los 80 años. En el fondo es obvio, todos tenemos familiares que están bien hasta que, de repente, un día ves que decaen y que una enfermedad lleva a la otra.

P. Ese punto de inflexión, ¿varía entre nosotros?
R. No se trata de asustar a las personas de esa edad, pero, a nivel poblacional, lo cierto es que se produce un declive agudo en torno a esos años. De todas formas, que vivamos más o menos o en ausencia de enfermedades depende también de factores genéticos y relacionados con hábitos de vida; además, influyen el bienestar social, el acceso a la sanidad y la educación. Interferir en estilos de vida y en parámetros socioeconómicos puede contribuir a una vejez sana.

P. Es curioso que ese mensaje venga de una científica básica.
R. Bueno, lo vemos incluso en los animales. Los que viven en los animalarios más cuidados superan la edad geriátrica con creces.

P. Ha estudiado la senescencia en el sistema muscular, ¿ocurre lo mismo en otras células y tejidos?
R. El paso de las células quiescentes a senescentes se ha visto también en células madre hematopoyéticas y de la piel. Cada vez hay más estudios que indican que otras células pueden compartir sistemas de envejecimiento.

P. ¿Qué explica el declive agudo?
R. En nuestro modelo del sistema muscular, hemos encontrado diferentes razones. Nos dio la pista comprobar que las células madre musculares, cuando entran en el estado irreversible de senescencia, expresan niveles elevados de la proteína 16 (p16), que está asociada a la supresión tumoral, a la parada de ciclo proliferativo y a la senescencia. Pero ¿qué ocurre en la célula para que p16 y otros marcadores de senescencia aumenten y pasen de no estar expresados a estarlo? Creemos que múltiples causas. Por simplificar, hemos visto, entre otras, que un declive en la actividad de autofagia, un mecanismo de proteostasis, hace que se acumulen residuos que al final llevan a que la célula active p16, y a la senescencia

P. ¿Se podría bloquear el proceso?
R. Pensamos que se puede interferir antes de que aparezcan esos marcadores. Aumentando la autofagia y otros procesos se evitaría la entrada en la senescencia.

P. Una de las estrategias propuestas en la lucha contra el envejecimiento es la dieta hipocalórica. ¿Tiene base científica?
R. Todavía es controvertido. Hemos visto en ratones viejos sometidos durante un tiempo prolongado a una dieta baja en calorías que mejoran la capacidad regenerativa de sus células porque aumenta la autofagia. Otros grupos están constatando que juega un papel importante no solo lo que comemos, también cuánto y cuándo. Por lo que muestran los estudios sobre time-restricted eating (ayuno intermitente) parece que esta pauta de alimentación sí influye en algunos marcadores del envejecimiento. Pero hay que investigarlo más.

P. ¿De qué otra forma se podría luchar contra la senescencia?
R. Tenemos una línea de investigación, aún preliminar pero con resultados positivos, sobre fármacos senolíticos con los que se eliminan las células senescentes para rejuvenecer los tejidos.