Gérmenes: entiende las bacterias, los virus y las infecciones, y protégete de ellos

Escrito por personal de Mayo Clinic

Hay gérmenes en todas partes. Puedes encontrar gérmenes (microbios) en el aire; en la comida, las plantas y los animales; en el suelo y en el agua —y prácticamente en todas las demás superficies, incluso el cuerpo humano—.

 

La mayoría de los gérmenes no son perjudiciales. El sistema inmunitario te protege de los agentes infecciosos. Sin embargo, algunos gérmenes son increíbles adversarios porque mutan constantemente para atravesar las defensas del sistema inmunitario. Conocer la forma en que actúan los gérmenes aumenta las posibilidades de evitar contraer una infección.

Los agentes infecciosos vienen de diversas formas y tamaños. Las categorías son:

Bacterias
Virus
Hongos
Protozoos
Helmintos
Bacterias
Las bacterias son organismos unicelulares que son visibles únicamente con un microscopio. Son tan pequeñas que si alineas miles de ellas de un extremo a otro, pueden entrar a lo ancho del extremo de un borrador de lápiz.

No todas las bacterias son nocivas y algunas bacterias que viven en el cuerpo son útiles. Por ejemplo, la Lactobacillus acidophilus, una bacteria inofensiva que reside en los intestinos, ayuda a digerir los alimentos, destruye algunos organismos que provocan enfermedades y aporta nutrientes.

Muchas bacterias que provocan enfermedades producen toxinas, sustancias químicas poderosas que dañan las células y te enferman. Otras bacterias pueden invadir directamente y dañar los tejidos. Algunas infecciones provocadas por bacterias son:

Amigdalitis estreptocócica
Tuberculosis
Infecciones de las vías urinarias
Virus
Los virus son mucho más pequeños que las células. De hecho, los virus básicamente son solo cápsulas que contienen material genético. Para reproducirse, los virus invaden las células del cuerpo, interceptando la maquinaria que hace que las células funcionen. Las células huésped generalmente a la larga se destruyen durante este proceso.

Los virus son responsables de provocar numerosas enfermedades, entre ellas:

Sida
Resfriado
Fiebre hemorrágica del Ébola
Herpes genital
Influenza
Sarampión
La varicela y el herpes zóster
Los antibióticos diseñados para las bacterias no tienen ningún efecto sobre los virus.

Hongos
Existen muchas variedades de hongos y comemos unos cuantos de ellos. Los champiñones son hongos, como lo es el moho que forma las vetas azules o verdes en algunos tipos de queso. Y la levadura, otro tipo de hongo, es un ingrediente necesario en la mayoría de los panes.

Otros hongos pueden provocar enfermedades. Un ejemplo es la cándida, una levadura que puede provocar una infección. La cándida puede provocar candidiasis, una infección de la boca y la garganta en bebés y en personas que toman antibióticos o que tienen un sistema inmunitario alterado. Los hongos también son responsables de las afecciones de la piel, como el pie de atleta y la tiña.

Protozoos
Los protozoos son organismos unicelulares que se comportan como animales pequeños; cazan y recogen otros microbios como alimento. Muchos protozoos viven el tracto intestinal y son inofensivos. Otros provocan enfermedades, como:

Giardia
Malaria
Toxoplasmosis
Los protozoos por lo general pasan parte de sus ciclos de vida fuera de los seres humanos u otros huéspedes y viven en los alimentos, la tierra, el agua o los insectos. Algunos protozoos invaden el cuerpo por medio de los alimentos que comes o el agua que tomas. Otros, como la malaria, se transmiten a través de los mosquitos.

Helmintos
Los helmintos están entre los parásitos más grandes. La palabra «helminto» proviene de la palabra griega para «gusano». Si este parásito, o sus huevos, ingresan al cuerpo, se instalan en el tracto intestinal, en los pulmones, en el hígado, en la piel o en el cerebro y viven de los nutrientes del cuerpo. Los helmintos comprenden las tenias y los ascárides.

Existe una diferencia entre una infección y una enfermedad. La infección, con frecuencia el primer paso, se produce cuando las bacterias, virus u otros microbios que causan enfermedad ingresan en el organismo y comienzan a multiplicarse. La enfermedad ocurre cuando se dañan las células del organismo (como resultado de la infección) y aparecen signos y síntomas de una afección.

En respuesta a la infección, el sistema inmunitario entra en acción. Un ejército de glóbulos blancos, anticuerpos y otros mecanismos comienzan a trabajar para liberar al cuerpo de lo que esté causando la infección. Por ejemplo, para defenderse de un resfriado, es probable que el cuerpo reaccione con fiebre, tos y estornudos.

¿Cuál es la mejor forma de mantenerse sano? Prevenir infecciones. Puedes prevenir infecciones con estrategias simples, como lavarte las manos con regularidad, tener cuidado con los alimentos y el agua, vacunarte y tomar los medicamentos adecuados.

Lavarse las manos. En general, esto se pasa por alto, pero lavarse las manos es la forma más sencilla y efectiva de protegerte de los gérmenes y de la mayoría de las infecciones. Lávate bien las manos antes de manipular alimentos o de comerlos, después de toser, estornudar, cambiar un pañal o ir al baño. Cuando no se dispone de agua y jabón, el alcohol en gel para la higiene de las manos puede ofrecer protección.
Vacunas. La vacunación es la mejor defensa contra determinadas enfermedades. A medida que los investigadores comprenden más acerca de las causas de las enfermedades, la lista de enfermedades que se pueden prevenir con una vacuna sigue creciendo. Muchas vacunas se administran durante la niñez, pero los adultos también tienen que vacunarse en forma habitual para evitar ciertas enfermedades, como el tétano o la influenza.
Medicamentos. Algunos medicamentos ofrecen protección a corto plazo contra ciertos gérmenes. Por ejemplo, tomar un medicamento antiparasitario puede impedir que contraigas malaria si viajas a una zona de alto riesgo o si vives en ella.
Busca atención médica si sospechas que tienes una infección y sufres alguna de las siguientes opciones:

Mordedura de un animal o de un ser humano
Dificultad para respirar
Tos que dura más de una semana
Períodos con latidos del corazón rápidos
Erupción cutánea, en especial, si está acompañada de fiebre
Hinchazón
Visión borrosa u otra dificultad en la vista
Vómitos constantes
Dolor de cabeza intenso o inusual
El médico puede realizar pruebas de diagnóstico para averiguar si tienes una infección, la gravedad de la infección y el mejor tratamiento para la infección.