Se vincula la obesidad de los padres a retrasos del desarrollo en los niños

Jennifer Garcia
11 de enero de 2017 Tanto la obesidad materna como la paterna pueden desempeñar un papel en el desarrollo neurológico en las primeras etapas de la infancia, según un nuevo estudio publicado el 2 de enero en la versión electrónica de Pediatrics.[1]

 

"En este primer estudio estadounidense para analizar en forma prospectiva tanto la obesidad paterna como la materna, la obesidad materna se asoció a retrasos del desarrollo motor fino, en tanto que la obesidad paterna se relacionó con retrasos del funcionamiento personal-social, indicando interrelaciones independientes", afirman el Dr. Edwina H. Yeung, PhD, del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver, en Rockville, Estados Unidos, y sus colaboradores.

Los investigadores reclutaron a madres del estado de Nueva York (excepto la ciudad de Nueva York) entre 2008 y 2010 en un lapso de cuatro meses después del parto. Los padres llenaron el Cuestionario de Edades y Etapas, un instrumento de evaluación validado que se utiliza para identificar retrasos del desarrollo en cinco dominios: motor fino, motor burdo, comunicación, funcionamiento personal-social y capacidad para resolver problemas.

Se solicitó el llenado del Cuestionario de Edades y Etapas entre los 4 a 6 meses de edad, y de nuevo a los 8, 12, 18, 24, 30 y 36 meses. La cohorte incluyó 4821 niños nacidos únicos o, en el caso de los gemelos, un gemelo de cada par seleccionado al azar.

Al momento del reclutamiento, las madres también llenaron un cuestionario sobre estado de salud y estilo de vida, que incluyó información relativa a la talla y el peso de los dos progenitores, el peso materno antes del embarazo y el aumento de peso total durante la gestación.

Los investigadores descubrieron que los niños de madres con obesidad (índice de masa corporal [IMC]: ≥30 kg/m2) tenían más probabilidades de presentar deficiencias en el dominio motor fino (odds ratio ajustado [ORa]: 1,67; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,12 - 2,47) que los niños de madres con peso normal o subnormal (IMC: < 25 kg/m2). Esta relación fue similar entre niños y niñas (p = 0,83 para la interacción).

Los niños de padres obesos, en cambio, resultaron con un incremento en el riesgo de retrasos en el dominio personal-social (ORa: 1,75; IC 95%: 1,13 - 2,71). Esta relación se atenuó ligeramente después del ajuste con respecto a la obesidad materna (ORa: 1,71; IC 95%: 1,08 - 2,70).

Por otra parte, los investigadores descubrieron que los niños de dos progenitores con obesidad de clase II/III (IMC ≥35 kg/m2) tuvieron más riesgo de retrasos en múltiples dominios que los niños de progenitores con peso normal/subnormal. Los dominios motor fino y personal-social se mantuvieron significativos cuando se utilizó un IMC de 30 kg/m2 (es decir, cualquier grado de obesidad) (ORa: 2,10 [IC 95%; 1,13 - 3,93] y ORa: 2,12 [IC 95%: 1,14 - 3,95], respectivamente).

Los autores realizaron el ajuste con respecto a factores relacionados con el desarrollo y la obesidad materna, la edad materna, raza y grupo étnico, educación, seguro médico y tabaquismo previo al embarazo.

"Nuestros hallazgos demuestran que la obesidad materna y paterna puede asociarse de manera diferente a los dominios del desarrollo: la obesidad materna se relaciona con las habilidades motoras finas y la paterna con el desarrollo personal-social", señala la Dra. Yeung y sus colaboradores.

También observan que existen discrepancias en estos hallazgos en comparación con estudios previos e indican que pueden ser el resultado de diferencias en la evaluación del efecto de la obesidad por contraposición al sobrepeso en estudios previos, lo mismo que la inclusión de datos sobre capacidades cognitivas, que no se evaluaron en el presente estudio.

Los investigadores reconocen que la sensibilidad limitada del Cuestionario de Edades y Etapas para identificar retrasos en el desarrollo individual puede haber afectado los resultados y, que si bien la prevalencia de la obesidad fue equivalente a la reflejada en los datos nacionales, las características demográficas de esta cohorte (caucásicos no hispanoamericanos y muy educados) pueden no ser generalizables a todas las poblaciones.

Dado el efecto que la obesidad de los padres puede tener sobre el desarrollo neurológico, sobre todo en casos en los cuales ambos progenitores son obesos, los autores señalan que los hallazgos resaltan "la importancia de la información a la familia al evaluar el desarrollo del niño ya que, si se reproduce en otra parte, tal información puede aportar datos para una vigilancia más estrecha o una intervención más temprana".

La financiación para este estudio fue proporcionada por el Programa de Investigación Intramural del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver y el National Institutes of Health. Los autores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.