La bacteria 'Akkermansia' revierte el deterioro cognitivo asociado a hígado graso

Covadonga Díaz. Oviedo
22/04/2021 Una investigación liderada por la Universidad de Oviedo ha permitido comprobar cómo una sola bacteria, Akkermansia muciniphila, presente entre los millones de microorganismos que forman parte de nuestra microbiota intestinal, consigue revertir el deterioro cognitivo asociado a hígado graso no alcohólico y devolver al cerebro su metabolismo habitual.

El hígado graso no alcohólico es una enfermedad en auge, con una prevalencia de entre el 23% y el 25% en población general, según la Sociedad Española de Patología Digestiva, y se ha convertido ya en un problema de salud mundial para el que de momento existen escasas opciones terapéuticas.

La bacteria Akkermansia fue identificada por primera vez en 2004. Estudios previos han permitido conocer que la afectación hepática proviene en gran parte de la inflamación intestinal. Y es sabido que los probióticos proporcionan amplios beneficios para el organismo humano y, en particular, para el cerebro.

El estudio liderado por el equipo de Jorge Arias, catedrático de Psicología de la Universidad de Oviedo y experto en Psicobiología, ha analizado la relación entre microbiota, intestino y cerebro en un modelo animal, en concreto en rata blanca.

La investigación ha permitido concluir que la adición de la Akkermansia muciniphila a la dieta atenúa el deterioro cognitivo asociado a la enfermedad del hígado graso no alcohólico. El estudio ha sido llevado a cabo en colaboración con el Instituto de Productos Lácteos (IPLA-CSIC) y el King’s College de Londres, y ha sido publicado en la revista Gut Microbes, una de las de mayor impacto en su área de conocimiento.

Así se ha visto que los sujetos en los que se incrementó la cantidad de Akkermansia en su dieta tenían menos dificultades para orientarse y reconocer objetos que aquellos otros a los que no se les administró esta bacteria”, explica Jorge Arias.

Una entre millones
Los beneficios de la Akkermansia muciniphila en la mejora de síntomas asociados a varias enfermedades metabólicas ya habían sido sugeridos en investigaciones previas. Lo novedoso del trabajo liderado por la Universidad de Oviedo es, según Jorge Arias que, a diferencia de lo que sucede habitualmente, se ha demostrado que sus efectos son positivos añadiendo solo esta bacteria sin necesidad de modificar toda la microbiota intestinal.

“Nuestro trabajo pone en evidencia que con mover solo una población de bacterias conseguimos mejorar el deterioro cognitivo sin necesidad de llegar a la homeostasis o el equilibro de todas las poblaciones bacterianas. En vez de trabajar con millones de bacterias podemos hacerlo solo con una”, subraya.

La psicobiología es la rama de la ciencia que estudia cómo lo que ocurre en el cerebro se refleja en la conducta y viceversa. En esta área se enmarca este trabajo de la Universidad de Oviedo, y que se desarrolló con tres grupos de ratas con hígado graso no alcohólico. A un grupo, se le administró Akkermansia muciniphila; a otro, Lactobacillus rhamnosus, y a un tercero se le proporcionó lo que se considera un ambiente enriquecido para fomentar su sociabilidad y la práctica de ejercicio físico.

Microbiota, ejercicio y salud mental
El estudio ha confirmado algo que ya se sospechaba y es que la salud mental está influenciada por la microbiota intestinal, así como por el ejercicio físico. “Lo curioso de los resultados es que solo aquellos sujetos tratados con Akkermansia muciniphila o a los que se facilitó un ambiente enriquecido mejoraron en su deterioro cognitivo”, explica Arias, con mejoría notable en cuanto a reversión de las alteraciones conductuales, memoria visoespacial, memoria a corto plazo y dificultades atencionales.

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Y lo más sorprendente de este trabajo ha estado relacionado con el estudio del metabolismo cerebral, “ya que comprobamos que aquí lo realmente eficaz era la bacteria y no la sociabilidad o la práctica de ejercicio”, explica Arias.

Utilidad de los probióticos
Así, este estudio podría abrir las puertas en un futuro al abordaje de la enfermedad del hígado graso no alcohólico y de otras enfermedades inflamatorias en humanos, utilizando probióticos para cuya composición se sabe ya el interés de una única bacteria entre millones, en concreto de la Akkermansia muciniphila.

Así lo destaca también Miguel Gueimonde, del IPLA-CSIC, quien indica que “nuestros hallazgos demuestran el potencial de los suplementos de probióticos para el tratamiento del deterioro cognitivo asociado a una dieta inadecuada”.

Además, “el hecho de que el ejercicio y los cambios saludables en la dieta puedan tener un efecto tan marcado en la función cognitiva es una gran noticia, ya que sugiere que podemos tener un alto grado de control sobre la salud de nuestro cerebro", según resalta Natalia Arias, del King’s College de Londres.

La enfermedad del hígado graso no alcohólico se caracteriza por la acumulación de grasa hepática y está estrechamente asociada a otras patologías como la obesidad o la diabetes mellitus. Dentro del amplio espectro de enfermedades agrupadas bajo este epígrafe se incluye la esteatohepatitis no alcohólica, que puede provocar cirrosis o cáncer de hígado en sus estadios más avanzados.