Cambios en el entorno reducen un 97% los trastornos de conducta en discapacidad intelectual compleja

Redacción.

30/01/2021 Barcelona Un centro catalán logra evitar contenciones y fármacos de rescate en personas muy jóvenes que también presentan autismo y conductas desafiantes.

La introducción de cambios en el entorno, haciéndolo más comprensivo, previsible y estructurado, reduce un 97 % los trastornos de conducta en los usuarios con discapacidad intelectual de mayor complejidad, según la experiencia del Centro Psicopedagógico Mare de Déu de Montserrat de Hermanas Hospitalarias de Caldes de Malavella, en Gerona. Se trata de personas muy jóvenes (20 años de media) que también presentan autismo y que manifiestan, de manera habitual, conductas desafiantes, por lo que son las que requieren un mayor apoyo en el ámbito residencial. La disminución de los trastornos de conducta en este colectivo está relacionada con una reducción de contenciones mecánicas y tratamientos farmacológicos.

Este dato se desprende de un estudio realizado a un grupo de usuarios del centro que presentan discapacidad intelectual y autismo y a quienes, en 2016, se les había tenido que aplicar, de media anual por residente, 45 contenciones y 5 fármacos rescate, que son aquellos que hay que administrar cuando la conducta del usuario pose en riesgo su seguridad o la de los otros.

En 2019, después de introducir de manera intensa modificaciones a nivel de entorno, las contenciones habían disminuido a 1,33 (usuario/año) y los fármacos rescate, a 0,13 (usuario/año).

Asimismo, según Isaac Riera, psicólogo de la Unidad Residencial para personas con discapacidad intelectual y trastornos de conducta del centro, durante la pandemia de covid-19 no se han podido realizar muchas de las actividades que se llevaban a cabo en el exterior y de participación en la comunidad. “Gracias a las modificaciones introducidas en el entorno residencial se han podido gestionar de manera exitosa estos casos complejos a nivel de conducta, también durante una situación tan estresante como es el confinamiento”, señala.

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Él método TEACCH
La metodología que ha permitido obtener estos resultados ha sido la llamada TEACCH, que hace muchos años que se emplea en el ámbito de la enseñanza. De hecho, el Centro Psicopedagógico Mare de Déu de Montserrat es pionero en la aplicación de este conjunto de acciones dirigidas a modificar el entorno para ayudar al usuario a relacionarse con el de manera más eficiente. La entidad ha llevado a cabo formación en el método TEACCH a casi la totalidad de sus profesionales y realizado sesiones formativas a centros de discapacidad intelectual de toda España.

Perfil sensorial de cada persona
Para poder aplicar estas herramientas se lleva a cabo un análisis del perfil sensorial de cada residente para saber qué sensaciones le gustan y cuáles le molestan y diseñarle una dieta sensorial individualizada.

A algunos usuarios la sensación de peso y presión les ayuda a autorregular sus emociones. En estos casos se les puede poner, antes del paseo diario, una mochila, que les ayudará a centrar la atención en aquella actividad y dejar de lado el resto de estímulos. A otros, que se guían mucho por los olores, se les coloca un colgante con un objeto que desprende olor y les ayuda a distinguir el turno de la mañana del de la tarde.