Terapias efectivas en la alopecia, mientras llega la ‘clonación capilar'

Sonia Moreno

23/03/2018 La clonación capilar se atisba como una solución para la alopecia desde que a principios de la década de 2000 un experimento en ratones mostrara que se podían generar nuevos folículos pilosos a partir del aislamiento, cultivo y expansión in vitro de las células madre.

Esa línea de investigación no ha salido del ensayo, ni de momento ha alcanzado los buenos resultados referidos en animales. De ahí que el dermatólogo Sergio Vañó afirme que "la clonación capilar será el futuro a largo plazo, pero no es el presente". En cambio, hay otras terapias celulares dirigidas a la alopecia androgénica que ya están en la clínica y, sin multiplicar el pelo, ayudan a engrosarlo: "Una consiste en aislar células madre foliculares a partir de una biopsia del cuero cabelludo para después reinyectarlas. Es un tratamiento quirúrgico comercializado en España que alcanza una mejora discreta del grosor del pelo, pero comparable al efecto del tratamiento médico". Otra modalidad de terapia celular, un poco más eficaz pero a la que de nuevo falta recorrido científico, es el lipoaspirado de células madre mesenquimales: "El tejido adiposo se procesa para obtener fracción vascular estromal y células madre mesenquimales que se inyectan en el cuero cabelludo favoreciendo una aceleración del crecimiento y el engrosamiento del pelo. No obstante, es una técnica que conlleva el riesgo de la liposucción".

Vañó dirige la Unidad de Tricología y estudio de Alopecias en el Hospital Universitario Ramón y Cajal, en Madrid. Junto a Pedro Jaén, jefe de Servicio de Dermatología de este centro, ha coordinado un curso de actualización en tricología, que además de recoger los hallazgos presentados en el congreso mundial de Kioto y el internacional de Lisboa, también se ha hecho eco de primicias.

Una de ellas atañe al empleo del test de la sulfotransferasa, una enzima que cataliza la conversión de minoxidil en su forma activa sobre el folículo. Este test predice la respuesta del paciente al minoxidil tópico, fármaco que desde hace poco también se administra por vía oral. Antes de iniciar el tratamiento tópico, el test determina su eficacia, con lo que se evitan las consabidas esperas (varios meses como mínimo) hasta que se pueden constatar los resultados de este tipo de terapias. Pero, además, "hemos comprobado que el test no predice la respuesta del fármaco oral, por lo que un resultado negativo no descarta la administración de dosis bajas de minoxidil oral", avanza Vañó.

También frente a la alopecia androgénica se afianza el uso de dutasterida, un inhibidor dual de la enzima 5 alfa reductasa, que perfecciona el mecanismo biológico por el que la finasterida evita la acción de las hormonas masculinas en la raíz del pelo. "A igual seguridad, consigue más eficacia; puede administrarse por vía oral o a través de microinyecciones". Como complemento de esos tratamientos médicos, ha emergido el láser de baja potencia, aún pendiente de un mayor respaldo científico.

En torno a la seguridad. Vañó recuerda que cualquier tratamiento para la alopecia androgénica debe ser continuo, si bien, con el tiempo, se puede disminuir la intensidad. Por eso, la seguridad de los fármacos es un aspecto ineludible en estos encuentros. Especiales dudas había generado finasterida, un fármaco originalmente empleado, en otras dosis, para la hiperplasia benigna de próstata. Tanto finasterida como dutasterida han demostrado en un metanálisis con más de 17.000 pacientes que "no hay evidencias de que su administración en las dosis indicadas para la alopecia se asocie causalmente a efectos adversos sexuales. De hecho, la eventual aparición de estos síntomas es achacable en ocasiones a un efecto nocebo. Los estudios científicos muestran el mismo riesgo de presentar tales síntomas que el de la población general".

Sin dejar el ámbito de la seguridad, el especialista advierte de los riesgos (sanitarios y de insatisfacción por los resultados) de someterse a trasplantes capilares en clínicas low-cost o dentro de paquetes de turismo sanitario, que últimamente suelen tener como destino clínicas turcas.

Para la alopecia areata también hay nuevas oportunidades: "Los fármacos anti-JAK, biológicos que ya se usan en otras patologías no dermatológicas, ofrecen un nuevo mecanismo de acción con un perfil de seguridad muy bueno. Entre sus desventajas está el elevado precio. Tampoco son curativos. De hecho, los índices de efectividad son menores que los logrados con minipulsos de dexametasona", matiza Vañó, aludiendo al tratamiento desarrollado en este centro hospitalario que permite administrar dexametasona solo dos días en semana.

Como curiosidad, el dermatólogo alude a la "terapia reeducadora inmunológica", que mediante una aféresis del paciente pone en contacto en un dispositivo a las células sanguíneas con células madre de cordón umbilical alogénicas, y una vez reeducadas inmunológicamente, inyectan en el cuero cabelludo. "Un trabajo de investigadores chinos ha demostrado mejoría mantenida en el tiempo, lo que sugiere una potencial remisión duradera".

Después de la androgénica y la areata, la alopecia frontal fibrosante es la más frecuente; incluso vive un repunte, resalta Vañó, que ha motivado la investigación de ciertos factores ambientales sospechosos, como los anticonceptivos orales y filtros solares.