El ejercicio podría fomentar la presencia de una mayor variedad de microbios intestinales

Mary Elizabeth Dallas

MARTES, 10 de junio de 2014 (HealthDay News) -- El ejercicio puede aumentar la
diversidad de las bacterias presentes en el intestino, lo que posiblemente
potencie al sistema inmunitario y mejore la salud a largo plazo, reportan unos
investigadores británicos.

Los niveles altos de proteínas dietéticas podrían tener el mismo efecto, según
su estudio, publicado el 9 de junio en la revista Gut.
"Comprender la relación compleja entre lo que decidimos comer, los niveles de
actividad y la riqueza de la microbiota intestinal es esencial", afirmó en un
comunicado de prensa de la revista la Dra. Georgina Hold, del Instituto de
Ciencias Médicas de la Universidad de Aberdeen, en Escocia.
"A medida que la esperanza de vida sigue aumentando, es importante que
comprendamos cómo mantenernos en un buen estado de salud de la mejor manera.
Esto nunca ha sido tan importante como en cuanto a nuestra microbiota
[intestinal] residente", añadió.
Para realizar el estudio, los investigadores examinaron las muestras de sangre y
de heces de 40 jugadores de rugby profesionales que estaban en mitad de un
programa de entrenamiento riguroso. Se eligió a los deportistas para el estudio
porque los regímenes de ejercicio intenso a menudo se asocian con dietas
extremas. Los investigadores usaron las muestras recogidas de los hombres a fin
de determinar la variedad de las bacterias de los intestinos de los jugadores.
Se compararon luego las muestras de los jugadores de rugby con las muestras
recogidas de 46 hombres parecidos que estaban en buenas condiciones de salud,
pero no eran deportistas. La mitad de estos hombres tenían un índice de masa
corporal (IMC, una medida que puede ayudar a determinar si alguien tiene un peso
normal para su estatura) normal. Los demás tenían un IMC mayor de lo normal.
Todos los hombres respondieron a preguntas sobre 187 tipos de alimentos,
incluyendo la cantidad que comieron en las últimas 4 semanas y con qué
frecuencia. También les preguntaron sobre sus niveles típicos de actividad
física.
El estudio reveló que los deportistas tenían unos niveles más altos de un enzima
específico que indica que hay daños musculares o de tejidos. Estos hombres
también tenían niveles más bajos de marcadores inflamatorios y un perfil
metabólico mejor que los hombres del grupo de "no deportistas" con un IMC mayor.
Sin embargo, la investigación no demuestra que el ejercicio que hacían y sus
hábitos de comida hicieran que los deportistas estuvieran más sanos que los
otros hombres.
Según los investigadores, los deportistas también tenían una mayor diversidad de
bacterias intestinales que los demás hombres. Esto fue particularmente cierto al
compararlos con los hombres con un IMC alto.
No solamente tenían más tipos de bacterias, sino que también descubrieron que
había una mayor cantidad en los intestinos de los deportistas. Y los deportistas
tenían unos niveles mucho más altos de una especie particular de bacteria
asociada con tasas más bajas de obesidad y de trastornos relacionados con la
obesidad, señalaron los investigadores.
Los investigadores descubrieron que los deportistas comieron más de todos los
grupos de alimentos que los no deportistas. Las proteínas (principalmente la
carne) conformaron el 22 por ciento de su ingesta de energía, en contraste con
entre el 15 y el 16 por ciento en el caso de los no deportistas. Los jugadores
de rugby también consumían más complementos de proteínas y comían más frutas y
verduras que los no deportistas. Los que no eran deportistas comían más
refrigerios.
"Nuestros hallazgos indican que el ejercicio es otro factor importante en la
relación entre la microbiota, la inmunidad del anfitrión y el metabolismo del
anfitrión, y que la dieta tiene un papel importante", escribieron los autores
del estudio.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTE: BMJ, news release, June 9, 2014
HealthDay