El ejercicio es crucial para la salud cardiaca de las mujeres a partir de los 30 años

JUEVES, 8 de mayo de 2014 (HealthDay News) -- Mantenerse activa físicamente es
mucho más probable que determine el riesgo futuro de enfermedad cardiaca de una
mujer que cualquier otro factor bien conocido, incluyendo fumar, la obesidad y
la hipertensión, según un estudio reciente.

Al observar la esperanza de vida de las mujeres australianas usando los datos de
más de 32,000 de ellas, los investigadores de la Universidad de Queensland
descubrieron que la inactividad física fue el principal factor de riesgo de
enfermedad cardiaca para todas las edades desde los 30 hasta los 89 años.
"Tenemos que hacer que todo el mundo se mueva más", dijo la autora del estudio,
Wendy Brown, directora del Centro de Investigación sobre el Ejercicio, la
Actividad Física y la Salud de la universidad. "En torno a los 30 años de edad,
los niveles de actividad física se reducen. Tenemos que hacer todo lo que
podamos para evitar esto".
Aunque este estudio se realizó en Australia, las mujeres estadounidenses
deberían tener en cuenta que la inactividad física afectará su riesgo de sufrir
una enfermedad cardiaca de un modo muy parecido, dijo el Dr. Michael Scott
Emery, copresidente del Consejo de Cardiología de los Deportes y el Ejercicio
del Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology).
"Ambos son países muy desarrollados, y los países desarrollados tienden a tener
los mismos problemas generales de salud", dijo Emery, cardiólogo en Greenville,
Carolina del Sur.
El estudio midió los cuatro factores de riesgo principales de enfermedad
cardiaco en Australia: el exceso de peso, fumar, la hipertensión y la
inactividad física. Juntos, estos factores explican más de la mitad de las
enfermedades cardiacas en todo el mundo, señalaron los investigadores en la
información de respaldo.
Los investigadores usaron datos obtenidos de más de 32,000 participantes del
Estudio australiano longitudinal sobre la salud de las mujeres. Desde 1996, este
estudio ha registrado la salud a largo plazo de mujeres nacidas durante unos
periodos generacionales específicos: de 1921 hasta 1926; de 1946 hasta 1951, y
de 1973 hasta 1978.
Analizaron cómo podría mejorar la salud de las mujeres si cada factor de riesgo
específico desapareciera; por ejemplo, si nadie hubiera fumado nunca o si todo
el mundo tuviera un peso corporal ideal.
Las mujeres más jóvenes tenían más probabilidades de fumar, descubrieron, lo que
elevó el riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca hasta el 59 por ciento e hizo
que fumar fuera el factor contribuyente más importante de enfermedad cardiaca
para las mujeres adultas más jóvenes.
Pero las tasas de fumadoras se redujeron desde el 28 por ciento de las mujeres
de entre 22 y 27 años de edad hasta el 5 por ciento de las mujeres de entre 73 y
78 años, mientras que los niveles de inactividad física y de hipertensión
aumentaron de modo estable a lo largo de la vida de las mujeres desde los 22
hasta los 90 años.
En hallazgos publicados en línea el 8 de mayo en la revista British Journal of
Sports Medicine, los investigadores concluyeron que a partir de los 30 años de
edad hasta los 89, los niveles bajos de actividad física eran los responsables
de unos niveles más altos en el riesgo de enfermedad cardiaca que todos los
demás factores de riesgo. Permanecer inactiva hizo que el riesgo de sufrir una
enfermedad cardiaca de una mujer aumentara un promedio del 33 por ciento para
las mujeres de mediana edad y del 24 por ciento para las mujeres con una edad
mayor, determinaron.
Si cada mujer de entre 30 y 90 años fuera capaz de realizar la cantidad semanal
de ejercicio recomendada (150 minutos de actividad física que sea al menos
moderada o intensa) entonces podría salvarse la vida de más de 2,000 mujeres de
mediana edad y mayores cada año solo en Australia, concluyeron los
investigadores.
La cantidad de ejercicio recomendada semanalmente es la misma en los Estados
Unidos y en Australia.
Brown indicó que el tipo de ejercicio no importa necesariamente, en la medida en
que una mujer se vuelva activa físicamente.
"El ejercicio y la actividad aeróbicos son muy importantes para la salud
cardiovascular y metabólica, y el entrenamiento de fuerza es muy importante para
la salud musculoesquelética que mantiene la capacidad de realizar actividades de
la vida cotidiana a una edad mayor", indicó. "De modo que ambas son
importantes".
La actividad física tiende a jugar un papel clave en la salud cardiaca porque
afecta a muchos otros factores de riesgo, dijo la Dra. Nieca Goldberg,
cardióloga y directora médica del Programa Cardiaco para Mujeres del Centro
Médico Langone de la NYU en la ciudad de Nueva York. Por ejemplo, el ejercicio
ayuda a reducir la presión arterial, a rebajar la grasa corporal y a mejorar los
niveles de azúcar en la sangre.
"Si desea hacer una cosa para prevenir las enfermedades cardiacas, debería hacer
ejercicio", añadió Goldberg. "Necesitamos que las personas se vuelvan de nuevo
más activas, y el modo en que se puede lograr es haciendo que sea parte de su
vida, como cepillarse los dientes".

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Wendy Brown, Ph.D., F.A.S.F.M., director, Center for Research on
Exercise, Physical Activity and health, University of Queensland, Australia;
Michael Scott Emery, M.D., F.A.C.C., co-chair, American College of Cardiology's
Sports and Exercise Cardiology Council; Nieca Goldberg, M.D., medical director,
Women's Heart Program; NYU Langone Medical Center, New York City; May 8, 2014,
online British Journal of Sports Medicine
HealthDay