Realizar ejercicios de resistencia mejora nuestra microbiota intestinal

Iria Reguera
15 mayo 2021Desde hace un tiempo sabemos que los ejercicios de fuerza y resistencia nos ayudan a mejorar nuestra salud cardiovascular, sin embargo, algunas personas todavía tienen dudas a la hora de elegir este tipo de deporte, especialmente las mujeres. Sin embargo, parece que los beneficios cardiovasculares no son los únicos que este tipo de deporte puede traernos.

Según indica una reciente investigación, seguir un entrenamiento de fuerza modifica de manera beneficiosa la microbiota de nuestro intestino en tan solo seis semanas. Los resultados de estos investigadores encontraban que gracias a este tipo de ejercicios los microbios que causan inflamación en el intestino se reducían, mientras que aumentaban los que estaban relacionados con la mejora del metabolismo.

Para llevar a cabo esta investigación contaron con 17 participantes mujeres con sobrepeso con un estilo de vida sedentario. Estas mujeres siguieron un plan de entrenamiento durante seis semanas. El entrenamiento consistía en realizar ejercicios tres veces por semana, sin que se les modificara otros factores como la dieta que seguían, u otros factores relacionados con el estilo de vida. De esta manera se aseguraban de que no influían en los resultados obtenidos.

Las sesiones de resistencia podrían disminuir las mejoras de fuerza máxima dependiendo de tu nivel de entrenamiento
En Vitónica
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Al final de las seis semanas encontraron que a pesar de no existir una pérdida de peso significativa en las participantes, sí que había otras mejoras para la salud. Entre otras cosas, vieron que la actividad de la proteína 1 de adhesión vascular se reducía, lo que supone beneficios antinflamatorios.

También encontraron un aumento de la Akkermansia que podría estar relacionada con la mejora del metabolismo y relacionada con una disminución en el riesgo de sufrir diabetes y obesidad. En cualquier caso, debemos tener en cuenta que la muestra de esta investigación es muy pequeña y solo realizada en mujeres sedentarias que padecían sobrepeso. Por ello, no se pueden generalizar los datos y se deberían realizar nuevas investigaciones más completas.