Confirman los efectos de las adversidades de la vida en la composición del microbioma intestinal de los descendientes

21/07/2023 La conexión del microbioma cerebro-intestino se desarrolla rápidamente durante los primeros dos o tres años de vida, y es probable que los cambios debidos a la adversidad tengan cierta influencia en el desarrollo socioemocional de los niños.

Las adversidades experimentadas por mujeres durante su propia infancia o durante el embarazo se reflejan en la composición de los microbiomas intestinales de sus hijos, según ha podido constatar un equipo internacional de investigadores dirigido desde la Universidad de California en Los Ángeles (EEUU).

La investigación, cuyos resultados han sido publicados en ´Proceedings of the National Academy of Sciences´, es la primera en documentar los efectos transgeneracionales de la adversidad en el microbioma intestinal humano.

Un creciente cuerpo de evidencia vincula el microbioma intestinal con el cerebro y el funcionamiento inmunitario. La conexión del microbioma cerebro-intestino se desarrolla rápidamente durante los primeros dos o tres años de vida, y es probable que los cambios debidos a la adversidad demostrados en el nuevo estudio tengan cierta influencia en el desarrollo socioemocional de los niños.

En concreto, el estudio investigó las consecuencias del maltrato a las madres durante su infancia, la ansiedad durante el embarazo y la exposición de sus hijos a eventos estresantes de la vida en 450 parejas madre-hijo en Singapur cuando los niños tenían 2 años. Los investigadores pidieron a las madres que recordaran el abuso, la negligencia u otros malos tratos que experimentaron durante la infancia, y se evaluó la ansiedad de las madres durante el segundo trimestre del embarazo.

Los científicos también entrevistaron a los cuidadores principales de los niños para conocer los eventos estresantes que los niños habían experimentado y su comportamiento y salud en general durante sus primeros dos años de vida, y los investigadores recolectaron muestras de heces de los niños. Los investigadores controlaron los ingresos familiares, que a menudo sirven como indicador de la adversidad infantil.

Composición de los microbiomas

Los niños cuyas madres reportaron más ansiedad durante el embarazo tenían microbiomas en los que las especies de microorganismos tenían poblaciones de tamaños similares, una métrica que los biólogos llaman "equidad", que no se había encontrado antes. Por lo general, las poblaciones de las diversas especies que componen la microflora intestinal son más "grumosas", siendo algunas especies abundantes y otras menos comunes. En la muestra del estudio, sin embargo, esas diferencias fueron menos prominentes y las poblaciones tenían tamaños similares.

Los microbios intestinales de los niños que experimentaron eventos vitales estresantes después del nacimiento también tenían menos diversidad genética, lo que significa que los microbios que vivían en el intestino de cada niño estaban más estrechamente relacionados entre sí de lo que suelen ser esos microbios.

Sin embargo, aunque más experiencias de adversidad se correlacionaron con una menor diversidad genética microbiana en cada niño, la cantidad de adversidad no pareció afectar la similitud entre los microbiomas intestinales de los niños.

"Hay muchas preguntas sobre si una mayor diversidad o uniformidad es mejor o peor cuando el microbioma intestinal se desarrolla durante la infancia, por lo que no sabemos si más es mejor a los 2 años", señaló Francesca Querdasi, estudiante de doctorado de la UCLA y autora principal del artículo.

"Se sabe que muchas de las especies que encontramos relacionadas con la adversidad interactúan con el sistema inmunológico de alguna manera, lo que sugiere que tal vez la forma en que el microbioma intestinal interactúa con el sistema inmunológico es diferente después de la adversidad. Hay mucho que necesitamos explorar en el futuro".

Los investigadores también encontraron algunos tipos de problemas de comportamiento y de salud mental asociados con la abundancia de ciertas especies en el microbioma intestinal. Aunque ninguna de esas especies fueron las mismas relacionadas con la adversidad en este estudio, los autores detectaron que algunas se han asociado con la adversidad en estudios anteriores y pueden desempeñar funciones similares a las especies relacionadas con la adversidad.

"El microbioma recibe mucha atención y es muy emocionante, pero en realidad es solo una pieza del gran y complicado rompecabezas de la salud humana", señaló Bridget Callaghan, profesora asistente de psicología de la UCLA y autora principal del artículo. "Cuando comprendamos cómo las experiencias de adversidad pueden influir en el microbioma intestinal, podremos tratar de manipular la dieta, los suplementos y el estilo de vida para lograr un impacto positivo en el microbioma intestinal de un individuo y en una trayectoria de desarrollo más amplia", concluyó.