El estrés es un factor clave del vínculo entre el deterioro cognitivo leve y la ansiedad

Batya Swift Yasgur

22 de marzo de 2023 Los adultos mayores con ansiedad tienen un mayor riesgo de desarrollar deterioro cognitivo leve y viceversa, y el estrés percibido media en esta relación bidireccional, según muestra una nueva investigación.[1]

Los investigadores encontraron que el estrés percibido era responsable de 37% del efecto total de la ansiedad en el deterioro cognitivo leve incidente y de 27% del efecto total del deterioro cognitivo leve en la ansiedad.

"Para los médicos en ejercicio, el mensaje final es que la ansiedad y el deterioro cognitivo están relacionados entre sí en ambas direcciones, y que esta relación está mediada por el estrés. Por lo tanto, es importante evaluar la ansiedad en los pacientes con deterioro cognitivo leve y aquellos que vienen con ansiedad por deterioro cognitivo", dijo a Medscape Noticias Médicas la investigadora del estudio, Dra. Neha Jain, directora médica del Mood and Anxiety Disorders Program, University of Connecticut Health Center, en Farmington, Estados Unidos.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 28 de febrero en International Journal of Geriatric Psychiatry.[1]

Calle de doble sentido
La relación entre la ansiedad y la cognición en los adultos mayores es "compleja", con varios mecanismos neuroquímicos y alteraciones cerebrales estructurales implicadas en ambas condiciones, señalaron los investigadores.

"Si bien muchos estudios transversales han analizado las asociaciones entre los síntomas de ansiedad y el deterioro cognitivo leve, pocos han explorado su relación longitudinal", agregaron.

"Como psiquiatra geriátrico, a menudo veo pacientes que comienzan a pensar que su memoria está disminuyendo y, como resultado, se ponen ansiosos", indicó la Dra. Jain. Y "sabemos desde hace un tiempo de la relación inversa, es decir, que la ansiedad conduce al deterioro de la memoria".

La Dra. Jain tenía "curiosidad de saber si lo contrario también sería cierto, es decir, si el estrés de saber que tu memoria está disminuyendo te provocaría ansiedad".

Para averiguarlo, los investigadores recurrieron al Monongahela-Youghiogheny Health Aging Team, un estudio de cohortes basado en la población en curso en varias comunidades de pueblos pequeños en el oeste de Pensilvania, Estados Unidos.

El estudio inicial (original) consistió en una cohorte de 1.982 adultos mayores (≥ 65 años) reclutados entre 2006 y 2008, con una segunda (nueva) cohorte de 703 personas (de 65 a 74 años) reclutados entre 2016 y 2019.

Para ser incluidos, los individuos tenían que residir dentro de la comunidad al ingresar al estudio, tener la capacidad de tomar decisiones y un puntaje de 21 o más en el Mini Mental State Examination corregido por edad y educación.

Las evaluaciones anuales se realizaron en oleadas de recopilación de datos superpuestas, por lo que, en cualquier momento durante el periodo de estudio, se evaluaron hasta tres oleadas por cohorte.

Los investigadores evaluaron los síntomas depresivos, las actividades instrumentales de la vida diaria y la presencia de demencia clínica. El deterioro cognitivo leve incidente se midió a través de la escala Clinical Dementia Rating, con deterioro cognitivo leve definido como una puntuación de Clinical Dementia Rating de 0,5 frente a 0.Durante la evaluación anual 11 y 13 (para la cohorte original) y la primera y segunda evaluación (para la nueva cohorte), los investigadores agregaron una evaluación de síntomas de ansiedad (trastorno de ansiedad generalizada [GAD-7]) y la escala de estrés percibido (PSS-4) en 2019 (oleadas 12-14 para los participantes originales y 1-3 para la nueva cohorte). El estrés percibido se definió como una puntuación PSS-4 de 4 o más frente a menos de 2.

En particular, se enfocaron en dos vías potenciales: una con la ansiedad como predictor (más temprano en el tiempo) y el otro con la ansiedad como resultado (más tarde en el tiempo), con el estrés percibido como "mediador en cualquier dirección".

El análisis actual incluyó solo a participantes con quienes todos los datos relevantes estaban disponibles en tres ciclos sucesivos, con la variable predictora (ansiedad o deterioro cognitivo leve) en el primer ciclo, la variable mediadora (estrés percibido) en el segundo ciclo y la variable de resultado (deterioro cognitivo leve o ansiedad) en la tercera oleada.

Conquistando el estrés
En la ola predictora, la muestra estaba compuesta por 368 adultos mayores (edad promedio: 75 años, 61,2% mujeres), con un poco más de la mitad (51,6%) extraídos de la nueva cohorte. Del total de la muestra, 13,9% presentaba deterioro cognitivo leve y la puntuación media de ansiedad en el GAD-7 era de 2,2.

Los análisis de regresión logística que se ajustaron por covariables que incluyeron edad, sexo, educación, actividades instrumentales de la vida diaria y síntomas depresivos basales mostraron "asociaciones significativas en todos los pares de predictor-resultado, predictor-mediador y mediador-resultado para las vías probadas desde la ansiedad hasta el deterioro cognitivo leve incidente, y de deterioro cognitivo leve a la ansiedad, con estrés percibido como mediador", escribieron los investigadores.

Tabla. Resultados de la estimación del análisis de mediación: análisis de cohorte

Via

Mediador

Efecto total (percentil bootstrap IC 95%)

Efecto mediado (%)

Ansiedad→ deterioro cognitivo leve incidente

Estrés percibido

Odds ratio: 1,25 (1,09 a 1,61)

37,1

Deterioro cognitivo leve incidente →Ansiedad

Estrés percibido

Ratio medio: 2,60 (1,70 a 3,80)

27,1

Cada aumento de 1 punto en la puntuación GAD-7 en la oleada de predicción se asoció con un riesgo casi 25% mayor de desarrollar deterioro cognitivo leve en la oleada de resultados.

La proporción de la puntuación GAD-7 media, predicha en la oleada de resultados entre las personas con deterioro cognitivo leve en el ciclo predictivo, fue 2,6 veces mayor que la puntuación GAD-7 media prevista entre los participantes sin deterioro cognitivo leve en la oleada predictiva.

Los autores sugieren mecanismos potenciales a través de los cuales el estrés percibido podría influir en el deterioro cognitivo, incluida la activación del estrés del eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA), la liberación de marcadores inflamatorios y hormonales de envejecimiento acelerado y alteraciones en la longitud de los telómeros.

"Los estudios futuros que examinen el impacto de las intervenciones de manejo del estrés en estos resultados adversos pueden resultar beneficiosos", agregaron.

"Es importante ayudar a los pacientes a descubrir formas de reducir este estrés, por ejemplo, ayudándolos a encontrar formas de restablecer su sentido de control y dominio sobre su propia vida", agregó la Dra. Jain, quien es directora adjunta del Geriatric Psychiatry Program.

Cortisol en el trabajo
En un comentario para Medscape Noticias Médicas, la Dra. Yuko Hara, Ph. D., directora de envejecimiento y prevención de la Alzheimer's Drug Discovery Foundation (ADDF), dijo que los hallazgos son "consistentes con la literatura sobre el estrés y sus impactos negativos en la función cognitiva".

Apuntó que "los altos niveles de la hormona del estrés cortisol se han asociado con problemas de memoria y volúmenes más pequeños del hipocampo, una región del cerebro importante para las funciones de la memoria".

El estrés percibido "no solo está determinado por el factor estresante en sí, sino también por la percepción que uno tiene del factor estresante", acotó la Dra. Hara, miembro adjunto de la Icahn School of Medicine at Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. Ella no participó en el estudio.

Aunque es posible que uno no siempre pueda controlar el factor estresante, "las percepciones pueden modificarse por muchos factores, incluidos los sistemas de apoyo emocional (familia, amigos), tener métodos o recursos para mitigar el estrés y una mentalidad resiliente", dijo la Dra. Hara.