Un tercio de los pacientes no entiende su tratamiento a seguir

03/05/2017 BILBAO - Un tercio de los pacientes que acude a una consulta médica y recibe un diagnóstico, sale de ella con dudas sobre el tratamiento que debe seguir. Y ante esas dudas, los ciudadanos, o bien no se toman el fármaco o la terapia prescrita, o bien lo toman de forma inadecuada. Este es uno de los datos destacados en el Foro de Transformación Sanitaria organizado por Deusto Business School Health.

“Puede obedecer a la barrera del tiempo porque en Atención Primaria, con suerte, tenemos diez minutos para atender a los pacientes, y hay cosas que se quedan en el aire. O hay dudas que surgen a posteriori. Por ello, uno de los mensajes de este foro ha sido la necesidad de potenciar las habilidades de comunicación de los profesionales”, aclara Roberto Nuño, economista de la salud.

En ese mismo encuentro, que reunió a cien directivos y responsables sanitarios de todas las comunidades, se puso de manifiesto que “un paciente responsabilizado de su autocuidado obtiene mejores resultados de salud, demuestra una mayor adherencia a los tratamientos y consume hasta un 21% de recursos sanitarios menos respecto a un paciente no activado”. Y es que la falta de seguimiento del tratamiento es uno de los problemas recurrentes de la sanidad ya que si el paciente no toma la medicación, no se producirá una disminución de la mortalidad de las enfermedades crónicas. En la actualidad se detecta una falta de adherencia del 50% en el tratamiento farmacológico de múltiples patologías y supera el 75% cuando se trata se seguir una dieta prescrita o algún cambio en los estilos de vida.

Para resolver las dudas y que los pacientes tengan más y mejor información son cada vez más los sistemas de salud que incluyen programas de paciente activo, Paziente Bizia de Osakidetza o escuelas de pacientes, Osasun Eskola, que ayudan a las personas en ese empoderamiento. De hecho, existen estudios que indican que las personas más activas y con mayores conocimientos, son capaces de tomar mejores decisiones sobre su salud, de controlar los síntomas de su enfermedad y hacen un uso más eficiente del sistema sanitario.

Por ejemplo, está demostrado que un enfermo crónico formado sobre su dolencia y que se hace responsable de sí mismo resulta bastante más barato al sistema sanitario que un paciente pasivo, al que no se ha implicado en el cuidado de su enfermedad. “Con la llamada epidemia de las enfermedades crónicas y el envejecimiento se ha puesto en evidencia que los hábitos de vida y la importancia del autocuidado son fundamentales para su control. Para este control la participación de los pacientes, su implicación y responsabilidad a la hora de cambiar hábitos o tomar decisiones, es fundamental”, aseguró en la jornada Juan Carlos Arbonies, médico de familia de la OSI Donostialdea.