Ejercicio de relajación

Con este ejercicio practicado de forma continuada, de dos a tres veces al día, por la mañana cuando te levantas, a mediodía y por la noche antes de dormir, aprenderás a conciliar el sueño de manera natural y eficaz, a tener un descanso de calidad, a aumentar el nivel de concentración, a disminuir el estrés y a controlar aquellos momentos en que la ansiedad te juega una mala pasada.

 Este ejercicio consiste en aflojar y relajar al máximo todos los músculos del cuerpo, sentirlos sumamente ligeros, al mismo tiempo que, controlas y asocias esta sensación a un pensamiento positivo de bienestar y relax. Tu facilidad para relajarte cada vez será mayor y llegará un momento que no nececites realizar el ejercicio por partes, solo con tu pensamiento podrás relajarte.

Puedes hacer este ejercicio sentado o acostado, como más cómodo te resulte.

Si lo haces sentado debes adoptar tus piernas en ángulo recto y ligeramente separadas, los antebrazos apoyados en los muslos, tu espalda recta o ligeramente inclinada hacia delante y tu cabeza descansando sobre tu pecho.

También puedes hacer este ejercicio acostado, hacia arriba, con las piernas ligeramente separadas y los brazos a lo largo de tu cuerpo o apoyados sobre tu pecho.

Para comenzar este ejercicio cierra los ojos con objeto de que nada te distraiga.

Respira profundamente y al exalar repite el número 3 tres veces.
De nuevo respira profundamente y al exalar, repite el número 2 tres veces.
Para completar este primer paso respira otra vez profundamente y repite el número 1 tres veces.

Ahora ya estás listo para comenzar a relajar tu cuerpo por partes.

Piensa en tu pierna derecha, déjala completamente floja, cada vez más floja y relajada, tómate el tiempo que necesites, es fundamental que la dejes totalmente relajada.
Igualmente hazlo con tu pierna izquierda, déjala totalmente relajada.

Del mismo modo, relaja tu brazo derecho e izquierdo, relájalos hasta que los sientas sumamente ligeros.

Ahora relaja los músculos de tu nuca y de tu cuello, siente como la tensión de esta parte de tu cuerpo desaparece.

Relaja tu frente y tu entrecejo, el sentir la frente relajada es señal de paz interior.

Separa ligeramente los dientes y relaja los músculos de tu cara y de tu mandíbula, es una sensación de bienestar profundo.

A continuación relaja tus hombros y todos los músculos de tu espalda.

Relaja tu pecho y vientre, tu respiración es tranquila, fácil y agradable, tu corazón late sereno y tu tranquilidad es perfecta.

Este es el fin de la relajación, crear una perfecta armonía en toda tu persona y sentirte plenamente capaz de controlarte en aquellas ocasiones en la que tu cuerpo lo precise.

Cuando salgas de este ejercicio tendrás una total sensación de descanso y bienestar.

Para salir de la relajación respira profundamente, abre y cierra los dedos de tus manos y pies arriba y abajo, desperézate y abre los ojos, te sentirás totalmente descansado y relajado.