La fibra dietética se relaciona con menos riesgo de demencia

Batya Swift Yasgur

15 de marzo de 2022 Consumir una dieta rica en fibra, sobre todo rica en fibra soluble, se relaciona con menos riesgo de aparición de demencia discapacitante, según una nueva investigación.[1]

Los investigadores realizaron una encuesta dietética a 3.700 adultos sanos de mediana edad y luego les dieron seguimiento durante 20 años. Descubrieron que los participantes que consumían más fibra tenían aproximadamente 25% menos de riesgo de desarrollar demencia a una edad posterior.

"Este estudio demostró que las personas con un alto consumo de fibra dietética, especialmente de fibra soluble, tienen menos riesgo de demencia", compartió con Medscape Noticias Médicas el investigador del estudio, Dr. Kazumasa Yamagishi, Ph. D., profesor del Departamento de Medicina de Salud Pública de la Facultad de Medicina y Salud, Centro de Investigación y Desarrollo de Servicios de la University of Tsukuba, Japón.

"Todavía hay muchas incógnitas sobre las causas de la demencia y no es apropiado determinar la causalidad basándose en los resultados de un único estudio de cohortes. Sin embargo, puede decirse que los resultados de este estudio son uno de los hallazgos que conducirán a la prevención de la demencia", añadió el Dr. Yamagishi.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 6 de febrero en Nutritional Neuroscience.[1]

La interacción cerebro-intestino ha recibido recientemente atención por su posible implicación en el desarrollo de la demencia. "El concepto de interacción cerebro-intestino surgió de la idea de que el sistema nervioso central se comunica bidireccionalmente con el tubo digestivo, lo que indica que el microbioma intestinal puede influir en la plasticidad cerebral y la función cognitiva", afirmaron los autores.

Una dieta rica en fibra soluble atenúa la neuroinflamación en modelos de ratón. Otros estudios en animales han indicado que la fibra insoluble también podría tener un efecto beneficioso en el microbioma.

Los investigadores querían comprobar si la ingesta de fibra dietética (especialmente de fibra soluble) se asociaba a un menor riesgo de demencia. También investigaron si había alguna diferencia entre la demencia en pacientes con y sin antecedentes de ictus.


En un estudio anterior, estos mismos investigadores informaron sobre una asociación inversa entre el consumo de frijoles, que son ricos en fibra, y el riesgo de demencia discapacitante. En el estudio actual, los investigadores ampliaron los análisis a la ingesta de fibra dietética total, soluble e insoluble, así como a otros alimentos que contienen fibra, como las papas, las verduras y las frutas. Sin embargo, distinguieron las papas de otras verduras porque la composición del almidón de las papas es diferente.

"La fibra dietética es un nutriente que se encuentra en cereales, papas, verduras y frutas, y se sabe que afecta a las bacterias intestinales", comentó el Dr. Yamagishi. "Recientemente, algunos estudios experimentales han demostrado que las bacterias intestinales pueden estar implicadas en las funciones cognitivas, así como en las enfermedades del tubo digestivo. Sin embargo, en ningún estudio se ha examinado realmente la relación entre la ingesta de fibra dietética y el posterior riesgo de demencia en un gran número de personas en general".Los investigadores recurrieron a los participantes del Estudio de Riesgo Circulatorio en Comunidades (CIRCS), un estudio de cohortes comunitario dinámico que se está realizando en cinco comunidades de Japón. El estudio actual se centró en las comunidades donde se lleva a cabo la vigilancia de la demencia discapacitante.

Los participantes (n = 3.739) tenían una edad comprendida entre los 40 y los 64 años (edad media, 51 años) en el momento en que completaron la encuesta de recuerdo dietético de 24 horas, y participaron en los controles de salud anuales desde 1985 hasta 1999. Los factores de riesgo potenciales de demencia incapacitante se midieron en el momento de realizar las encuestas dietéticas. Los participantes fueron objeto de seguimiento durante una mediana de 19,7 años (1999 - 2020) para confirmar la aparición de demencia discapacitante.

La "demencia discapacitante" se definió como la demencia que requería atención según el marco del Sistema Nacional de Seguro de Cuidados a Largo Plazo de Japón y se clasificó además en función de si había o no antecedentes de ictus.

Los investigadores dividieron a los participantes en cuartiles, de acuerdo con la cantidad de ingesta total, soluble e insoluble, declarada en sus encuestas. Descubrieron que los hombres tendían a consumir menos fibra total en comparación con las mujeres.

Durante el seguimiento, 670 participantes desarrollaron demencia discapacitante.
Los autores informaron que la ingesta total de fibra se asoció de forma "inversa y lineal" con el riesgo de aparición de demencia, y que cada cuartil sucesivo se asoció con un riesgo menor en comparación con el cuartil más bajo (p = 0,03 para la tendencia).

Cuartil

Hazard ratio multivariante
(intervalo de confianza de 95%)

Segundo 0,83 (0,67 a 1,04)

Tercero 0,81 (0,65 a 1,02)

Cuarto (más alto) 0,74 (0,57 a 0,96)

La asociación se mantuvo tras ajustar los posibles factores que podrían afectar a la aparición de la demencia, tales como índice de masa corporal, presión arterial sistólica, uso de medicación antihipertensiva, colesterol total en suero, medicación para reducir el colesterol y diabetes (p = 0,05 para la tendencia).

"La asociación inversa fue más evidente para la ingesta de fibra soluble y se limitó a la demencia sin antecedentes de ictus", indicaron los autores. Además, las papas, y no las verduras o las frutas, mostraron una asociación similar.

"Se desconocen en la actualidad los mecanismos, pero podrían implicar las interacciones que tienen lugar entre el intestino y el cerebro", añadió el Dr. Yamagishi en un comunicado.

"Una posibilidad es que la fibra soluble regule la composición de las bacterias intestinales. Esta composición puede afectar a la neuroinflamación, que desempeña un papel en la aparición de la demencia. También es posible que la fibra dietética reduzca otros factores de riesgo de demencia, como el peso corporal, la presión arterial, los lípidos y los niveles de glucosa", sugirió el investigador.

Los autores señalaron varias limitaciones. Por ejemplo, no distinguieron entre la demencia de Alzheimer y otros tipos. Asimismo, clasificaron los hábitos alimentarios a partir de una sola encuesta y los patrones alimentarios de los participantes podrían haber cambiado durante el periodo de estudio.

Además, señaló el Dr. Yamagishi, es "importante confirmar la asociación en otras poblaciones".

En un comentario para Medscape Noticias Médicas, la Dra. Uma Naidoo, directora de psiquiatría nutricional y de estilo de vida del Massachusetts General Hospital, en Boston, Estados Unidos, y educadora en nutrición de la Harvard Medical School, dijo que el estudio "se suma a la creciente evidencia que señala que una dieta rica en alimentos coloridos y de origen vegetal puede beneficiar nuestra salud neurológica y psiquiátrica, especialmente a medida que envejecemos".

La Dra. Naidoo, también chef y autora de This Is Your Brain on Food, quien no participó en el estudio, prosiguió: "En la psiquiatría nutricional, el equilibrio es la clave y, por tanto, consumir una dieta completa que incluya amplias cantidades de fibra —sobre todo de fuentes como avena gruesa, alubias, lentejas y otras numerosas frutas y verduras— puede formar parte de un estilo de vida saludable y de la prevención del deterioro cognitivo a edades avanzadas".

"Aunque los autores del estudio admiten sus limitaciones, en mi opinión, comer de forma más saludable tiene tantos beneficios para la salud mental y física que es algo obvio en psiquiatría nutricional", concluyó.