El yoga basado en movimiento es "viable" frente a la depresión en muchos trastornos mentales

Michael Vlessides

8 de junio de 2020 Al parecer el yoga basado en movimiento calma los síntomas depresivos en una amplia diversidad de trastornos de la salud mental, señala un nuevo análisis sistemático y metanálisis.[1]

Los resultados de la investigación, que incluyó 19 estudios y más de 1.000 pacientes con diversos diagnósticos psiquiátricos, demostraron que quienes practicaban yoga experimentaban más reducciones de síntomas depresivos, en comparación con quienes no recibían tratamiento, los que se trataron con tratamiento habitual o los que hacían ejercicios para controlar la atención. Además se observó un efecto dependiente de la dosis, por lo que mayor número de sesiones semanales de yoga se asoció a la máxima reducción de síntomas depresivos.

"Después de analizar todos los datos objetivos existentes sobre los beneficios del yoga basado en movimiento para la salud mental, encontramos que el yoga basado en movimiento, que es lo mismo que el yoga postural o asanas, ayudó a reducir los síntomas de depresión", indicó a Medscape Noticias Médicas la investigadora del estudio, Jacinta Brinsley, licenciada en fisiología del ejercicio clínico, de la University of South Australia en Adelaida, Australia.

"También observamos que quienes lo practicaban con más frecuencia tenían reducciones más considerables. Sin embargo, no importó cuán prolongadas fueran las sesiones individuales; lo importante fue cuántas veces por semana las personas practicaban el yoga", añadió.

Los investigadores señalaron que el estudio es el primero en centrarse específicamente en el yoga basado en movimiento.

"Excluimos formas meditativas de yoga, que a menudo se han incluido en análisis previos, lo que generó hallazgos mixtos. Otra cuestión que hemos hecho un poco diferente es combinar todos los diagnósticos diversos y luego analizar los síntomas depresivos en ellos", señaló Brinsley.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 18 de mayo en British Journal of Sports Medicine.

Obteniendo claridad

Actualmente los síntomas depresivos son la principal causa de discapacidad en el mundo, y afectan a más de 340 millones de personas.[2]

La mayoría de los individuos que padecen trastornos depresivos también experimenta una serie de comorbilidades físicas, tales como obesidad, diabetes de tipo 2, síndrome metabólico, y enfermedad cardiovascular.

Tal vez no sea sorprendente que la inactividad física también se asociara con niveles más altos de síntomas depresivos, lo cual puede ser el motivo de que algunas organizaciones internacionales recomienden ahora que se incluya la actividad física como parte de una asistencia psiquiátrica sistemática.[3,4]

Una forma posible de ejercicio es el yoga, que se ha popularizado en la cultura occidental, incluso entre pacientes psiquiátricos.[5] Aunque análisis sistemáticos previos y metanálisis han analizado los efectos de diversas intervenciones del yoga sobre la salud mental, en ninguno se han investigado los beneficios del yoga en una variedad de diagnósticos psiquiátricos.[6]Todos los autores de estos análisis exhortan a tener precaución al interpretar sus resultados debido a la potencial heterogeneidad de las diversas intervenciones de yoga, así como a la notificación metodológica deficiente.[7]

Como fisióloga de ejercicio prescribo tratamiento basado en datos objetivos, indicó Brinsley. Me interesó ver si hay datos que respaldan el yoga a base de movimiento en personas que tienen problemas de salud mental o en quienes se había diagnosticado una enfermedad mental.

"Los hallazgos previos son muy contradictorios y no hay un resultado claro en lo que respecta a los resultados de intervención, así que combinamos los datos y llevamos a cabo el metanálisis, considerando que sería una excelente manera de añadir algunos datos importantes al conocimiento científico", añadió.

A fin de permitir una evaluación más exhaustiva de los beneficios potenciales para la salud mental que tiene el yoga, los investigadores incluyeron una diversidad de diagnósticos de salud mental.

Efecto dependiente de dosis

En los análisis se incluyeron solo los estudios aleatorizados y controlados con una intervención de yoga que tuviera un mínimo de 50% de actividad física durante cada sesión en adultos con un trastorno mental diagnosticado reconocido. Las condiciones de control se definieron como tratamiento habitual, lista de espera o controles de atención.

Dos investigadores revisaron de manera independiente títulos y resúmenes de artículos, y se decidió por consenso una lista final de artículos para el estudio. Se comunicó la calidad del estudio utilizando la lista de cotejo PEDro; se llevó a cabo un metanálisis de efectos aleatorios utilizando el software Comprehensive Meta-Analysis.

Se identificó y revisó un total de 3.880 registros. Los investigadores evaluaron versiones de texto completo de 80 artículos, de los cuales 19 (1.080 pacientes) fueron elegibles para incluirse en el análisis.

De estos, nueve estudios incluyeron pacientes con trastorno depresivo; cinco estudios se realizaron en pacientes con diagnóstico de esquizofrenia; tres estudios incluyeron pacientes con diagnóstico de trastorno por estrés postraumático; un estudio incluyó pacientes con diagnóstico de dependencia de alcohol, y otro incluyó pacientes con una variedad de trastornos psiquiátricos.

De los 1.080 pacientes incluidos en el análisis, 578 fueron asignados a yoga y 502 a condiciones de control. La práctica de yoga consistió en una mezcla de movimiento, ejercicios respiratorios o atención plena, pero el componente de movimiento se llevó más de la mitad de cada sesión.

Las intervenciones de yoga duraron un aproximadamente 2,4 meses (intervalo: 1,5 - 2,5 meses), con un promedio de 1,6 sesiones por semana (intervalo: 1 - 3 sesiones) que duraron un promedio de 60 minutos (20 - 90 minutos).

Trece de los 19 estudios (632 pacientes) informaron cambios en síntomas depresivos y, por tanto, se incluyeron en el metanálisis. En los seis estudios excluidos del análisis cuantitativo no se informaron puntuaciones de síntomas de depresión.

En lo que respecta a los criterios principales de valoración, individuos que practicaban yoga mostraron mayor reducción de los síntomas depresivos que los de los tres grupos de control (diferencia de medias estandarizadas [SMD]: -0,41; intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: -0,65 a -0,17; p < 0,001).

Los análisis de subgrupos específicos mostraron un efecto moderado del yoga sobre los síntomas depresivos, en comparación con los controles de lista de espera (SMD: -0,58; p < 0,05), tratamiento habitual (SMD: -0,39; p = 0,31), y controles de atención (SMD: -0,21; p = 0,22).

Los análisis de subgrupos también se realizaron en relación con la categoría diagnóstica. Estos datos mostraron un efecto moderado del yoga sobre los síntomas depresivos en trastornos depresivos (SMD: -0,40; p < 0,01); ningún efecto en trastorno por estrés postraumático (SMD, -0,01; p = 0,95); un efecto nominal en los trastornos por consumo de alcohol (SMD: -0,24; p = 0,69), y un efecto notable en la esquizofrenia (SMD, -0,90; p < 0,01).¿Es el movimiento la clave?

Los investigadores también llevaron a cabo una serie de análisis de metarregresión, que demostraron que el número de sesiones de yoga realizadas cada semana tenía un efecto significativo sobre los síntomas depresivos. De hecho, individuos con mayor frecuencia de sesiones demostraron más mejora de los síntomas (b -0,44; p < 0,001).

Asimismo, Brinsley señaló que estos hallazgos indicaron que el yoga puede ser una intervención viable para tratar los síntomas depresivos en pacientes con diversos trastornos mentales.

Con base en estos hallazgos, Brinsley dijo que recomendaría a los psiquiatras considerar para sus pacientes el yoga como una modalidad de ejercicio fundamentada en datos, junto con otras formas tradicionales de ejercicio.

Igualmente importante fue el hallazgo de que el número de sesiones semanales de yoga moderaba el efecto de síntomas depresivos, ya que puede aportar información para la formulación futura de intervenciones de yoga en pacientes con trastornos mentales.

Teniendo esto en cuenta, los investigadores recomiendan que tales intervenciones se dirijan a incrementar la frecuencia de las sesiones semanales más que la duración de cada sesión individual o la duración global de la intervención.

Sin embargo, al parecer estos hallazgos indican que es el aspecto físico de la práctica del yoga lo que puede ser clave.

"El yoga comprende varios componentes diferentes, tales como posturas de movimiento, el componente de respiración y el componente de atención plena o meditativo, pero en este metanálisis analizamos específicamente el yoga que se basaba en un mínimo de 50% de movimiento. Así que también podría haber incluido atención plena y respiración, pero debía tener movimiento", destacó.

No hay que descartar la meditación

En su comentario sobre los hallazgos para Medscape Noticias Médicas, Holger Cramer, M. Sc., Ph. D., D. Sc., quien no intervino en el estudio, señaló que el análisis sistemático y el metanálisis se basan en una serie de análisis previos sobre los beneficios del yoga en pacientes con trastornos mentales.

"Es sorprendente que el máximo efecto en este análisis se observó en la esquizofrenia, incluso mayor que en pacientes con trastornos depresivos", agregó Cramer, de la University of Duisburg-Essen en Duisburgo, Alemania.

"Esto se contrapone de manera importante a lo que por lo demás esperábamos. Como señalan los autores, solo alrededor de una cuarta parte de todos los pacientes con esquizofrenia padece depresión, así que no tenía por qué haber amplio margen para la mejora".

Cramer también recomendó no reducir el yoga a simplemente una actividad física. "Hemos demostrado en nuestro metanálisis que las intervenciones centradas en la meditación o en las técnicas de respiración son las más eficaces", añadió.[7] ]

Por consiguiente, instó a que las técnicas de respiración fueran una parte del yoga para tratar la depresión en trastornos psiquiátricos, aunque se ha de tener cuidado en pacientes con trastorno por estrés postraumático, "ya que a algunos les puede parecer desagradable el control de la respiración".

En opinión de Brinsley, los hallazgos ayudan a consolidar el potencial del yoga como una opción de tratamiento genuino para diversos pacientes psiquiátricos que padecen síntomas depresivos.

"Se trata de reconocer que el yoga puede ser una parte útil del tratamiento y tener un efecto importante en la salud mental", señaló.

Al mismo tiempo, los médicos también deben reconocer que los pacientes que padecen trastornos mentales pueden tener dificultades con la motivación cuando se trata de actividades como el yoga.

"Involucrarse en una nueva actividad puede ser muy difícil si se tienen problemas de salud mental. No obstante, es importante que las personas tengan una opción y hagan algo que disfruten y el yoga puede ser otra herramienta en su arsenal para controlar su salud mental", concluyó.