Las lesiones cerebrales en la tercera edad podrían aumentar el riesgo de demencia

LUNES, 27 de octubre de 2014 (HealthDay News) -- Una conmoción cerebral leve
después de los 65 años de edad podría aumentar el riesgo de contraer demencia,
según un nuevo estudio.
Las lesiones cerebrales parecen representar peligros especiales para las
personas mayores en comparación con las de mediana edad, afirman los
investigadores.

"Esto fue sorprendente y sugiere que el cerebro con una edad avanzada podría ser
especialmente vulnerable a las lesiones cerebrales traumáticas,
independientemente de la gravedad de la lesión cerebral traumática", dijo la
autora principal del estudio, la Dra. Raquel Gardner, investigadora clínica en
el Centro Médico de Asuntos de Veteranos de San Francisco.
"O para decirlo de forma más positiva, el cerebro más joven podría ser más
resiliente ante las lesiones cerebrales traumáticas leves o podría tardar más en
mostrar síntomas de demencia", añadió.
Sea cual sea el caso, creo que los hallazgos deberían fomentar los esfuerzos
para que las personas mayores eviten las lesiones en la cabeza.
"La mayoría de los médicos y los pacientes comprenden la importancia de evitar
las caídas para evitar lesiones corporales. Este estudio sugiere que la
prevención de las caídas no solamente podría evitar las lesiones corporales,
sino incluso prevenir la demencia", explicó.
No está claro a partir de la investigación el modo en que las lesiones
cerebrales podrían llevar a la demencia, y no demuestra que las lesiones en
realidad causaran el deterioro mental. Gardner afirmó que ella y otros
investigadores realizaron el estudio para comprender mejor el aparente vínculo
entre las lesiones cerebrales y la demencia.
"Aunque muchos estudios han mostrado que las lesiones cerebrales traumáticas en
una edad temprana aumentan la probabilidad de demencia, ha sido más difícil
establecer si las lesiones al final de la vida también aumentan la probabilidad
de sufrir de demencia", indicó.
"Se trata de una cuestión muy importante porque las tasas más altas de lesiones
cerebrales traumáticas en este país son de personas mayores", añadió.
En el nuevo estudio, los investigadores dieron seguimiento a casi 52,000
pacientes de las salas de emergencias en California desde 2005 hasta 2011. Todos
habían sufrido lesiones traumáticas de varios tipos en 2005 o 2006 y eran
mayores de 55 años.
Aunque un poco por debajo del 6 por ciento de los que sufrieron lesiones fuera
del cerebro acabaron teniendo demencia, más del 8 por ciento de los que
sufrieron lesiones cerebrales entre moderadas y leves también terminaron así,
hallaron los investigadores.
A partir de los 55 años de edad, la lesión cerebral entre moderada y grave se
asoció con un riesgo mayor de demencia. Pero a partir de los 65 años, incluso
una lesión cerebral leve aumentaba el riesgo de demencia, según los autores del
estudio.
"Si una persona se cae y sufre una lesión cerebral traumática, entonces puede
tener un 26 por ciento más de probabilidades de contraer demencia que si se cae
y se rompe un brazo o una pierna", dijo Gardner.
En cuanto a las personas que sufrieron más de una lesión cerebral traumática,
las probabilidades de tener demencia aumentaron más del doble, dijo.
Pero el hecho de que una persona que ha sufrido una conmoción se recupere
mentalmente o acabe teniendo demencia probablemente dependa de muchos factores,
que van desde la genética y las afecciones médicas hasta las exposiciones
ambientales y las características específicas de la lesión, dijeron los autores.
Una limitación del estudio es que no incluyó la información de los antecedentes
familiares, las enfermedades anteriores u otras lesiones en la cabeza,
reconocieron los autores. Tampoco identifica el tipo de demencia que tuvieron ni
dice nada sobre las conmociones cerebrales en las personas jóvenes o el posible
beneficio de llevar casco.
"Sin embargo, basándome en otros estudios, sin duda aconsejaría a las personas
de todas las edades que llevaran un casco puesto cada vez que realicen
actividades que tengan un riesgo alto de lesiones cerebrales traumáticas o de
conmociones, como esquiar cuesta abajo, ir en bicicleta o hacer placajes en el
fútbol americano", comentó Gardner.
"Aunque sigue siendo posible sufrir una conmoción con el casco puesto,
generalmente será más leve que si no llevara uno puesto", dijo.
Kristen Dams-O'Connor, codirectora del Centro de Investigación sobre Lesiones
Cerebrales Mount Sinai, de la ciudad de Nueva York, alabó el estudio, pero
advirtió que las lesiones en la cabeza no garantizan que se vaya a tener
demencia. "Sabemos que la mayoría de los supervivientes a lesiones cerebrales
traumáticas no acaban teniendo demencia", dijo.
"También sabemos que hay varias cosas que una persona puede controlar y que
podrían reducir el riesgo de tener demencia: hacer ejercicio, permanecer
[mentalmente] activo, tener una vida social activa, mantenerse en relación con
los amigos y familiares, ir al médico de atención primaria con regularidad y
gestionar la propia salud general", añadió. "De modo que mi consejo para los
pacientes es que sigan haciendo estas cosas".
Gardner afirmó que siguen habiendo misterios. "¿Las lesiones cerebrales
traumáticas afectan solamente a una parte de la función cerebral y entonces
provocan que una persona muestre señales más tempranas de demencia de las que
iban a presentar igualmente sin importar la lesión? ¿La lesión cerebral
traumática en realidad provoca o acelera la degeneración del cerebro?", planteó.
La investigación futura debería examinar estas cuestiones, añadió. Por ahora,
"espero que estos resultados enfaticen la importancia crítica de que las
personas mayores eviten las caídas", dijo Gardner.
El estudio aparece en la edición en línea del 27 de octubre de la revista JAMA
Neurology.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Raquel Gardner, M.D., clinical research fellow, neurology department,
San Francisco Veterans Affairs Medical Center; Kristen Dams-O'Connor, Ph.D.,
assistant professor, rehabilitation medicine, and co-director, Brain Injury
Research Center, Mount Sinai School of Medicine, New York City; Oct. 27, 2014,
JAMA Neurology, online
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