¿Son la apatía, la astenia y el delirium precursores de la demencia vascular y el ictus?

Batya Swift Yasgur

2 de marzo de 2021 Los síntomas neuropsiquiátricos pueden ser indicador temprano de microangiopatía cerebral grave, causa común de demencia vascular e ictus, que hasta ahora se consideraba asintomática.[1] Los resultados de las imágenes del cerebro de una nueva revisión y metanálisis muestran que la gravedad de la hiperintensidad de la sustancia blanca se asoció significativamente con apatía, astenia y delirium.

"Deberíamos considerar seriamente los síntomas neuropsiquiátricos en individuos que tienen alto riesgo de desarrollar demencia vascular o ictus, pues estos síntomas pueden reflejar daño acumulado en los vasos sanguíneos pequeños del cerebro", informó a Medscape Noticias Médicas la investigadora del estudio, Dra. Úna Clancy, B. Ch., B. A. O., miembro académico clínico de la oficina del director científico y especialista honoraria en ictus y medicina geriátrica en el Center for Clinical Brain Sciences, en la University of Edinburgh, en Edimburgo, Reino Unido.

El estudio fue publicado el 1 de febrero en la versión electrónica de The Lancet Psychiatry.

Signos de advertencia tempranos
"Al atender pacientes con demencia vascular e ictus previos, notamos que algunos pacientes con el aspecto del nuevo ictus llamado 'silencioso' en sus estudios por imágenes del cerebro referían síntomas sutiles que técnicamente no cumplían los criterios diagnósticos para ictus o demencia", señaló la Dra. Clancy.

"Sospechamos que estos síntomas sutiles que no son detectados podrían de hecho ser importantes señales de advertencia temprana de problemas con los vasos sanguíneos pequeños del cerebro, y también notamos que había mucha superposición entre los síntomas neuropsiquiátricos experimentados por los pacientes con ictus y demencia", añadió.

Los investigadores exploraron si la microangiopatía podría ser el vínculo común para estos síntomas. La identificación de estos síntomas lo más pronto posible, antes de que ocurra más daño cerebral, podría ser "una simple forma de identificar individuos con alto riesgo que pueden beneficiarse de la prevención y el tratamiento en un futuro", agregó la Dra. Clancy.

En ningún metanálisis publicado se ha evaluado la asociación entre síntomas neuropsiquiátricos (aparte de la depresión) y las manifestaciones de microangiopatía en los estudios por imágenes, señalaron los autores.

Los investigadores realizaron una búsqueda en cuatro bases de datos de estudios publicados en cualquier idioma hasta el 24 de enero de 2020. En los estudios incluidos se investigaron asociaciones transversales y longitudinales entre una amplia diversidad de síntomas neuropsiquiátricos y cognitivos y manifestaciones radiológicas (en resonancia magnética o tomografía computarizada) de microangiopatía. Se incluyeron estudios observacionales tanto prospectivos como retrospectivos.

Los estudios por imágenes mostraron no solo hiperintensidad de la sustancia blanca, sino también pequeñas cavidades de líquido cefalorraquídeo, infartos lagunares, infartos subcorticales pequeños, espacios perivasculares y microhemorragias.

Cerebros frágiles
Los investigadores identificaron 81 estudios (n = 21.730 participantes; media de edad: 69,2 años). De estos estudios, en 45 (n = 8.120 participantes) también se informaron estimaciones de efectos.

Los datos se combinaron utilizando metanálisis de efectos aleatorios que notificaron hallazgos ajustados cuando fue posible. Los desenlaces se estratificaron según gravedad de la enfermedad o la presentación o no de síntomas.

Se observó asociación entre hiperintensidad de la sustancia blanca más grave y apatía (OR [IC 95%]: 1,41 [1,05 a 1,89]), con diferencia de medias estandarizada (DME) ajustada de 0,38 (0,15 a 0,61). La hiperintensidad de la sustancia blanca más grave también se asoció con delirium y fatiga (OR ajustado: 2,9 [1,12 a 7,55] y 1,63 [1,20 a 2,22], respectivamente).

Las hiperintensidades de la sustancia blanca no se asociaron constantemente con manifestaciones subjetivas en la memoria (OR: 1,34 [0,61 a 2,94]; DME sin ajuste: 0,08 [-0,31 a 0,47]).

Debido a que los desenlaces de ansiedad, conductas relacionadas con demencia, labilidad emocional y psicosis fueron "demasiado escasos para el metanálisis", los investigadores los analizaron de forma descriptiva. Encontraron "datos insuficientes para confirmar o refutar asociaciones" entre estos síntomas neuropsiquiátricos y peor gravedad de la hiperintensidad de la sustancia blanca. También hubo datos insuficientes para sacar conclusiones sobre posibles asociaciones entre estos síntomas y otras manifestaciones radiológicas.

La heterogeneidad fluctuó ampliamente en todos los estudios, de 0% a 79%. Solo cinco estudios tuvieron "bajo riesgo de sesgo en todos los dominios", informaron los autores.

Agregaron que la apatía "prevalece" en individuos con alteración cognitiva y en los que han tenido un ictus; su prevalencia aumenta longitudinalmente después del diagnóstico de ictus, así como de enfermedad de Alzheimer.

No está claro si la apatía "antecede al inicio del trastorno, se desarrolla de manera asintomática u ocurre solo en estados patológicos establecidos", escribieron.

La asociación de delirium con peor gravedad de la hiperintensidad de la sustancia blanca implica que quienes tienen microangiopatía cerebral subyacente poseen cerebros "más frágiles, en los cuales las áreas de disfunción vascular pueden ser más susceptibles a alteración aguda después de las agresiones inflamatorias sistémicas", escribieron.

Progresión insidiosa
En su comentario sobre el estudio para Medscape Noticias Médicas, el Dr. Mark Etherton, Ph. D., director asociado del servicio de ictus agudo en el Massachusetts General Hospital, en Boston, Estados Unidos, calificó la microangiopatía cerebral "como factor de riesgo importante para la presentación de nuevos ictus, resultados desfavorables del ictus, demencia y muerte".

Debido a su "progresión insidiosa, a menudo no se reconoce hasta el momento en que ocurre el ictus o al efectuar la evaluación clínica del deterioro de la memoria", destacó el Dr. Etherton, también instructor en la Harvard Medical School, que no intervino en el estudio.

El estudio "demuestra que las secuelas clínicas de la microangiopatía cerebral son mucho más generalizadas, con importantes asociaciones con apatía, delirium y astenia, y estos hallazgos importantes definen más el síndrome de microangiopatía cerebral, necesario para mejorar la percepción de microangiopatía cerebral y su reconocimiento como el primer paso hacia su tratamiento y prevención", declaró el Dr. Etherton.

"Además, este conocimiento añadido de las manifestaciones neuropsiquiátricas de microangiopatía cerebral aportará información al profesional clínico que asesora sobre el pronóstico de microangiopatía cerebral y ayudará a la vigilancia clínica de los pacientes con microangiopatía cerebral", añadió.

La Dra. Clancy estuvo de acuerdo. "Necesitamos tratar de integrar investigación y estrategias de tratamiento clínico para estos pacientes, con el fin de determinar si se podrían utilizar estos síntomas sutiles para la detección sistemática de individuos con alto riesgo de desarrollar demencia vascular o ictus en un futuro", finalizó.