Las bebidas con edulcorantes artificiales se vincularon a más riesgo de enfermedades cardiovasculares

Jennie Smith

2 de noviembre de 2020 Las bebidas azucaradas y con edulcorantes artificiales se asociaron con incremento del riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, de acuerdo con los resultados de un extenso estudio prospectivo de cohortes. Sin embargo, el diseño de este estudio no tuvo en cuenta otras fuentes de azúcar alimentario, de acuerdo con un experto.[1]

En una carta de investigación publicada el 26 de octubre en la versión electrónica de Journal of the American College of Cardiology, Eloi Chazelas, candidato a doctorado por la Université Sorbonne Paris Nord, en Villetaneuse, Franciay sus colaboradores, comunicaron los resultados de casi 105.000 individuos (79% de sexo femenino; media de edad: 43 al inicio; mediana de seguimiento: 6,6 años) reclutados en el estudio de cohorte NutriNet-Santé. [2]

NutriNet-Santé, estudio observacional, comenzó a reclutar en 2009 los patrones alimentarios autonotificados por los participantes y los desenlaces en la salud son validados por los investigadores.

Chazelas y sus colaboradores identificaron 1.379 primeros nuevos casos de ictus, ataque isquémico transitorio, infarto de miocardio, síndrome coronario agudo y angioplastia en la cohorte durante 2009-2019. Los casos que ocurrieron durante los primeros 3 años de seguimiento se excluyeron de los análisis para evitar el posible sesgo de causalidad inversa.

Después del ajuste con respecto a una amplia gama de factores de confusión alimentarios, demográficos y de salud, los investigadores encontraron que las personas que tenían alto consumo de bebidas endulzadas o con edulcorantes artificiales presentaron aumento de 20% y 32% de tales eventos, respectivamente, en comparación con aquellas que comunicaron no consumir ninguno de los dos tipos de bebidas (hazard ratio [HR]: 1,20; IC 95%: 1,04 a 1,40; p < 0,0009 para la tendencia y HR: 1,32; IC 95%: 1,00 a 1,73; p para la tendencia < 0,03).

Las bebidas azucaradas se definieron como aquellas que contenían 5% o más de azúcares, incluidos jugos de fruta natural. Los altos consumidores en el estudio tuvieron ingesta mediana de 185 ml de bebidas azucaradas por día o 176 ml de bebidas con edulcorantes artificiales por día. En el grupo con edulcorantes artificiales se incluyeron edulcorantes no calóricos naturales, como Stevia.

Chazelas y sus colaboradores señalaron en su análisis que los hallazgos se suman a la evidencia de que las bebidas endulzadas de forma artificial "podrían no ser un reemplazo saludable para las bebidas azucaradas". Aunque la investigación ha indicado que los edulcorantes artificiales provocan intolerancia a la glucosa al alterar la microbiota intestinal, se necesitan más estudios y más grandes para comprender los mecanismos por los cuales podrían afectar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.[3]

El Dr. Robert A. Vogel, de la University of Colorado Denver, en Denver, Estados Unidos, recomendó cautela al interpretar los resultados de los investigadores.

En una entrevista, el Dr. Vogel, cardiólogo preventivo, dijo que es "notoriamente difícil" evaluar lo que un alimento o grupo de alimentos hace al cuerpo fuera de un estudio cuidadosamente controlado. La escasa evidencia existente de estudios aleatorizados en que se comparen los efectos de las bebidas endulzadas con edulcorantes artificiales o azucaradas sobre la salud incluye un estudio de 2012 en niños, que demostró que las bebidas dietéticas se asociaban con reducciones del tejido adiposo corporal, si acaso una indicación positiva para la salud cardiaca.[4]

Con adultos reclutados en un estudio observacional las cosas son mucho más fáciles de confundirse, señaló el Dr. Vogel. "Bien, los participantes autonotificaron que no están consumiendo bebidas azucaradas o con edulcorantes artificiales. ¿Qué más están incluyendo en su dieta? Tal vez estén comiendo postre y consumiendo azúcar de esa manera. Es simplemente muy difícil tratar de excluir factores de confusión y hacer una corrección multivariable de todos esos factores".

Además los investigadores no intentaron distinguir entre los diferentes edulcorantes consumidos. "Stevia, sacarina, sucralosa; es muy improbable que cada uno de estos compuestos tenga el mismo efecto sobre la microbiota intestinal", indicó el Dr. Vogel.

En 2019, investigadores dirigidos por Chazelas analizaron el riesgo de cáncer en altos consumidores de bebidas azucaradas y con edulcorantes artificiales en aproximadamente 107.000 pacientes de la cohorte, y se informó que las bebidas azucaradas se asociaban significativamente con el riesgo de cáncer en general.[5] No observaron asociación similar para las bebidas con edulcorantes artificiales.