El yoga es un complemento eficaz al tratamiento estándar de la migraña

Michael Vlessides

28 de mayo de 2020 Añadir yoga al esquema de medicación estándar es significativamente mejor que solo medicación para aliviar la migraña, según muestran los resultados de un estudio aleatorizado controlado.[1]

Los hallazgos del estudio más grande de su clase hasta el momento demostraron que los pacientes con migraña episódica que añadían yoga a su esquema de medicación estándar tenían una reducción mayor de manera estadísticamente significativa en la frecuencia y la intensidad de la migraña.

"Al final de tres meses encontramos que los pacientes de los dos grupos mejoraban", indicó a Medscape Noticias Médicas el Dr. Gautam Sharma, del All India Institute of Medical Sciences, en Nueva Delhi, India.

"Pero en el grupo que practicó yoga el beneficio fue mayor de manera estadísticamente significativa en todos los aspectos, tales como frecuencia de la cefalea, dolor, intensidad del dolor, uso de fármacos y de qué manera la migraña interfería en la vida personal o profesional diaria", añadió el Dr. Sharma.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 6 de mayo en Neurology.

La medicación a menudo fracasa
La migraña es uno de los trastornos cefalálgicos primarios discapacitantes más comunes, y afecta a casi 13% de personas en todo el mundo.[2] El trastorno también puede tener una repercusión importante en la calidad de vida, ocasionando que los pacientes falten al trabajo, y alterando su desempeño.

Además, la migraña es un factor de riesgo para otros trastornos, como ictus isquémico, depresión y tendencia al suicidio.[3]

Aunque el tratamiento de primera línea de la migraña es la medicación, solo casi la mitad de pacientes con migraña presenta una respuesta clínicamente significativa.

Además, hasta 10% de los pacientes suspende la medicación debido a efectos adversos, y casi uno de cada dos notifica insatisfacción con su tratamiento actual.[4,5]

"La medicina moderna realmente no cuenta con un tratamiento óptimo de la migraña hasta ahora, y consideramos que si intentáramos algo que pudiera funcionar, quizá sería una situación beneficiosa para los médicos y para los pacientes", destacó el Dr. Sharma.

Por su parte, el yoga, que sigue aumentando en popularidad en todo el mundo, ha demostrado efectos beneficiosos en diversas características de la migraña, tales como frecuencia, intensidad y duración del dolor.[6]

"Se han realizado estudios observacionales pequeños, pero en mi oipinión, este es el estudio aleatorizado controlado más grande en que se evalúen los efectos de la práctica del yoga sobre la migraña", agregó el Dr. Sharma.

Para ayudar a distinguir los efectos potenciales del yoga como tratamiento complementario en pacientes con migraña episódica, los investigadores realizaron un estudio prospectivo, aleatorizado, abierto, de superioridad, en un solo centro entre abril de 2017 y agosto de 2018.En total, 160 pacientes con diagnóstico de migraña episódica entre 18 y 50 años de edad fueron aleatorizados para recibir tratamiento médico solo o combinado con yoga.

Reducción de la frecuencia de las crisis y menos dolor
Los dos grupos también recibieron asesoría en torno a cambios en el modo de vida que pueden ayudar con la migraña, incluyendo beneficios de sueño, dieta y ejercicio. Los pacientes del grupo con yoga como intervención participaron en una intervención con yoga prediseñada que realizaron durante 3 meses.

Los pacientes del grupo que practicó yoga participaron en sesiones de 1 hora tres veces a la semana en el centro durante el primer mes, dirigidos por un terapeuta de yoga cualificado.

Esto fue seguido de cinco sesiones a la semana en el domicilio durante 2 meses. Los participantes recibieron un folleto que contenía los detalles de la práctica y mantuvieron un registro de yoga. El cumplimiento se garantizó con llamadas dos veces a la semana, realizadas a los pacientes desde el centro de yoga.

Los pacientes también llevaban un registro de la cefalea, que incluía detalles sobre cefalea y fármacos. La gravedad de la cefalea se evaluó mediante la Visual Analogue Scale; se utilizaron el Migraine Disability Assessment Questionnaire (MIDAS) y la Headache Impact Test (HIT)-6 para documentar los cambios específicos en la discapacidad por la cefalea.

En total, 114 pacientes concluyeron el estudio; 57 de cada grupo. Las características iniciales fueron equivalentes entre los grupos, con excepción de una frecuencia media de cefalea más alta entre los participantes del grupo que practicó yoga.

En el seguimiento a 3 meses los resultados indican que los pacientes del grupo que practicó yoga mostraron más mejoras en cada parámetro:

Frecuencia de cefalea (4,41 ± 3,99 frente a 0,89 ± 2,27; p < 0,001).

Intensidad de la cefalea (2,61 ± 2,45 frente a 1,31 ± 2,05; p < 0,001).

Puntuación en HIT (12,76 ± 12,04 frente a 4,76 ± 8,23; p < 0,001).

Número de fármacos de rescate (3,11 ± 4,62 frente a 0,83 ± 3,06; p < 0,001).

Puntuación en MIDAS (16,7 ± 13,45 frente a 11,5 ± 10,10; p < 0,006).

La frecuencia de cefalea en el grupo con yoga descendió de un promedio de 9,1 a 4,7 por mes al final de los 3 meses.

En comparación, quienes recibieron medicación experimentaron reducción promedio de la frecuencia de cefalea de 7,7 a 6,8 por mes al final de los 3 meses.

Como una polipíldora
El número promedio de pastillas que consumieron los participantes en el grupo que practicó yoga disminuyó 47% después de 3 meses, en comparación con disminución de aproximadamente 12% para los del grupo que solo recibió medicación.

Además, una proporción mayor de manera estadísticamente significativa de pacientes del grupo que practicó yoga se mantuvo sin cefalea al final de los tres meses frente a sus contrapartes que solo recibieron medicación (p = 0,006).

Los efectos adversos fueron infrecuentes: solo tres individuos del grupo de control informaron efectos adversos; dos con aumento de peso y un paciente con sequedad de la boca.

Del grupo que practicó yoga, un paciente refirió aumento de peso. Ninguno de los participantes notificó cefalea, náusea o vómito durante las sesiones de yoga.

Los hallazgos del estudio son congruentes con los de otros estudios en los cuales se utilizó yoga como una intervención para el tratamiento de la migraña.[7,8]Los autores también proponen que hay una explicación fisiológica plausible para los resultados. Los efectos positivos del yoga pueden estar relacionados con un efecto multidimensional en mecanismos centrales y periféricos por igual, como vías físicas, bioquímicas, fisiológicas y autonómicas, que median la generación y la diseminación del dolor.

Investigación previa ha demostrado que el yoga puede mejorar significativamente el tono vagal, reducir la actividad simpática, e incrementar los niveles de óxido nítrico.[8]

Otros posibles beneficios del yoga para los pacientes con migraña son un aumento del tono parasimpático y supresión de los sistemas de respuesta al estrés.[9] La práctica de esta modalidad también puede reducir la tensión en la cabeza, el cuello, los hombros y las regiones temporales, y relajar la rigidez muscular que igualmente puede desencadenar cefaleas.[10]

"El yoga es como una polipíldora; funciona de diferentes maneras: disminuye el tono simpático, mejora el tono parasimpático, suaviza el sistema nervioso autónomo y trae consigo una percepción de calma en una persona", destacó el Dr. Sharma.

"En lo que respecta al alivio del dolor, el yoga libera endorfinas y opioides endógenos y disminuye la sustancia P periférica. Por consiguiente, reduce el dolor y desencadena una sensación de bienestar", añadió.

Hallazgos bienvenidos
Los hallazgos no le sorprendieron a la Dra. Jennifer L. Bickel, jefa de la Sección de Cefalea en el Children's Mercy Hospital en Kansas City, Estados Unidos.

"Algunas personas tratan de simplificar el yoga a solo unos movimientos motores", señaló a Medscape Noticias Médicas la Dra. Bickel, quien no intervino en la investigación. Pero en este estudio incorporaron el yoga que incluyó ejercicios respiratorios y técnicas de relajación. No se trató solo de ejercicio.

"Así que al igual que como vemos con otras técnicas de atención plena, me parece congruente que veamos mejora y reducción de la migraña", añadió la Dra. Bickel, miembro de la American Academy of Neurology.
"Hemos visto la ayuda del yoga en otros trastornos dolorosos también. Por tanto, es muy alentador ver otra modalidad que está disponible para nuestros pacientes sin el perfil de efectos secundarios", puntualizó.

El Dr. Sharma agregó que tal vez el principal resultado secundario del estudio haya sido la aceptación del yoga como un tratamiento complementario eficaz en pacientes con migraña.

"En nuestra clínica el yoga es ahora una opción para pacientes que no responden bien a los fármacos. Esta es una intervención sin riesgo, no tiene costo, y los pacientes no suspenden su medicación. Así que como médico, si quiero ayudar a un paciente que no mejora con fármacos, me alegraría prescribirle yoga", concluyó.