El beneficio de la restricción de sal en la insuficiencia cardiaca es dudoso

Megan Brooks

26 de noviembre de 2018 Pese al "amplio apoyo" para restringir la sal en pacientes con insuficiencia cardiaca, un nuevo análisis sistemático de datos no muestra evidencia clara de que una dieta hiposódica minimice las complicaciones o mejore los desenlaces.[1]

 

En pacientes hospitalizados con insuficiencia cardiaca no hubo evidencia de que una dieta restringida en sodio tuviera un beneficio clínico significativo. En la insuficiencia cardiaca ambulatoria crónica se observó una tendencia moderada y no consistente hacia la mejora de los síntomas.

El estudio fue publicado el 5 de noviembre en la versión electrónica de JAMA Internal Medicine.

Un "momento de pausa"
A los pacientes con insuficiencia cardiaca, en general, se les ha dicho que reduzcan su ingesta de sal, comentó a Medscape el Dr. Kamal R. Mahtani, del Centre for Evidence-Based Medicine, University of Oxford, en Oxford, Reino Unido.

Sin embargo, "al parecer las guías varían en las recomendaciones exactas que dan a los pacientes con insuficiencia cardiaca por lo que respecta a reducir la ingesta de sal. Nuestra investigación resalta una falta de evidencia robusta de gran calidad que respalde o refute la guía actual, lo que refleja la incertidumbre existente", indicó el Dr. Mahtani.

"Vale la pena reflexionar" en el estudio y proporciona un "momento de pausa", escribió en un editorial adjunto el Dr. Clyde Yancy, de la Northwestern University Feinberg School of Medicine, en Chicago, Estados Unidos.[2]

Entre 2.655 artículos potencialmente relevantes sobre insuficiencia cardiaca y restricción de sodio identificados en varias fuentes, entre ellas, Cochrane Central Register of Controlled Trials, MEDLINE y EMBASE, solo nueve estudios aleatorizados controlados con 479 pacientes se consideraron adecuados para incluirse en el análisis.

"No encontramos datos clínicamente relevantes con respecto al hecho de que la menor ingesta de sal alimentaria afectaba desenlaces como mortalidad relacionada con causas cardiovasculares o con todas las causas, eventos asociados a complicaciones cardiovasculares, hospitalización o duración de la misma", informaron los autores.

En el caso de los pacientes ambulatorios con insuficiencia cardiaca no hubo evidencia significativa de daño de una reducción de la ingesta de sal alimentaria, sino una tendencia a algunas mejoras clínicas, como en la clase funcional de la New York Heart Association.

"Estos hallazgos indican que el mejor procedimiento en la actualidad no se debería modificar en este grupo de pacientes. Esta recomendación es congruente con otra evidencia que indica que la menor ingesta de sal se asocia a riesgos mínimos para la salud, y que la reducción de la ingesta de sodio puede disminuir el riesgo de morbilidad y mortalidad a consecuencia de enfermedad cardiovascular", señaló el Dr. Mahtani.

La verdad dolorosa
Sin embargo, "médicos y autoridades sanitarias deberían reconocer la falta de evidencia para esta intervención en pacientes que pueden mostrar renuencia a restringir la ingesta de sal y la factibilidad social y económica de lograr dietas reducidas en sal en poblaciones más generales", añadieron.La restricción de la ingesta de sal en pacientes hospitalizados con insuficiencia cardiaca aguda tiene una base de evidencia incluso más débil que para los pacientes ambulatorios.

El Dr. Mahtani manifestó a Medscape que "es muy importante que al considerar una dieta baja en sal, los pacientes con insuficiencia cardiaca comenten la evidencia disponible con su médico y lleguen a una decisión compartida, basada tanto en la evidencia como en las circunstancias individuales del paciente".

Claramente se necesitan "estudios mejor diseñados, pragmáticos y más exhaustivos" sobre la restricción de sal en pacientes con insuficiencia cardiaca, añadió el especialista.

Lamentablemente, debemos deducir que la base de evidencia actual que aborda la restricción de sodio en la insuficiencia cardiaca es insustancial, carece de profundidad, y en algunos casos, de integridad. Dr. Clyde Yancy
El Dr. Yancy estuvo de acuerdo. "El problema central que hace más eco es la falta de evidencia de gran calidad. Debemos alejarnos cada vez más de cualquier recomendación de clase I o lo equivalente, respaldado por consenso de expertos o datos no aleatorizados y no basados más firmemente en evidencia de gran calidad verificable".

"Lamentablemente, debemos deducir que la base de evidencia actual que aborda la restricción de sodio en la insuficiencia cardiaca es insustancial, carece de profundidad, y en algunos casos, de integridad", añadió.

"El primer paso consiste en apartarse de una insistencia descontrolada y potencialmente perjudicial en la restricción enérgica de sodio en personas con insuficiencia cardiaca sintomática. Afirmar que podemos hacerlo mejor es una subestimación; reconocer nuestra incomodidad por basar nuestras acciones en razones dudosas se acerca más a la verdad", continuó.

Próximamente se darán a conocer datos del estudio SODIUM-HF (Study of Dietary Intervention Under 100 MMOL in Heart Failure) que se encuentra en cursof.

"Este es un buen paso para avanzar, pero no suficiente", escribe el Dr. Yancy. "Se deberían realizar más estudios en que se analicen la dieta DASH (métodos dietéticos para suspender la hipertensión) y otras dietas elegibles en pacientes con insuficiencia cardiaca. Antes de persistir en recomendaciones inflexibles para la restricción intensiva de sodio a costos importantes por beneficios dudosos y daño desconocido, es necesario efectuar los estudios", concluyó.

La financiación para el estudio fue proporcionada por la School of Primary Care Research de National Institutes of Health Research del National Health Service. Los autores del estudio y el Dr. Yancy han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.