La hipertensión se agrava con fármacos de prescripción comúnmente utilizados

Mitchel L. Zoler

11 de mayo de 2021 Casi uno de cada cinco adultos estadounidenses con hipertensión recibe un fármaco de prescripción que aumenta la presión arterial, según análisis de más de 27.000 personas incluidas en informes recientes de la NHANES (Encuesta Nacional para el Examen de Salud y Nutrición) de Estados Unidos.

Casi la mitad de estos adultos estadounidenses tenía hipertensión y en este subgrupo 18,5% informó utilizar un fármaco de prescripción que aumenta la presión arterial. La clase de compuestos más ampliamente utilizados con este efecto fue la de los antidepresivos (8,7%), seguidos de antiinflamatorios no esteroideos (6,5%), esteroideos (1,9%), estrógenos (1,7%), y muchos otros fármacos utilizados cada uno por menos de 1% de la cohorte del estudio, indicó el Dr. John Vitarello en una conferencia de prensa sobre los estudios destacados en el Congreso del American College of Cardiology (ACC) de 2021.[1]

El especialista y sus colaboradores estimaron que este uso de fármacos de prescripción que aumentan la presión arterial podría ser lo que impide que aproximadamente 560.000 a 2,2 millones de estadounidenses tengan controlada su hipertensión, lo que depende del efecto exacto sobre la presión arterial que tienen diversos fármacos que aumentan la presión y presuponiendo que la mitad de quienes reciben esos compuestos hipertensivos pudiera suspenderlos y cambiar a compuestos alternativos, añadió el Dr. Vitarello, investigador en el Beth Israel Deaconess Medical Center, en Boston, Estados Unidos.

También resaltó que en el estudio se evaluaron solo fármacos de prescripción y no se analizó el uso de fármacos de venta libre, que pueden ser especialmente relevantes para la gran cantidad de personas que utilizan antiinflamatorios no esteroideos con regularidad.[1]

"Los médicos deben revisar el uso de fármacos de prescripción y de venta libre en pacientes con hipertensión y considerar la suspensión de aquellos que aumentan la presión arterial o cambiar a alternativas" neutrales en lo referente a la presión arterial, indicó el Dr. Vitarello, advirtiendo que mantener a los pacientes hipertensos con fármacos que aumentan su presión arterial puede dar lugar a "cascadas de prescripción" en las que tomar fármacos que aumentan la presión arterial da por resultado la necesidad de un tratamiento antihipertensivo intensificado.

Oportunidad para las alternativas a los antiinflamatorios no esteroideos
"Cabe esperar que este estudio cree conciencia de que hay alto uso de fármacos que aumentan la presión arterial y el uso de fármacos de venta libre podría aumentar la tasa aún más", dijo el Dr. Eugene Yang, cardiólogo y codirector del Programa de Bienestar y Prevención Cardiovascular de la University of Washington en Seattle, Estados Unidos. Sustituir determinados fármacos antidepresivos no suele ser realista, pero existe una oportunidad para reducir el uso de antiinflamatorios no esteroideos, una clase de compuestos que también se vincula con más riesgo de hemorragia y otros efectos adversos, manifestó el Dr. Yang. Minimizar el uso de antiinflamatorios no esteroideos como ibuprofeno y naproxeno "es algo que hay que considerar", señaló."El efecto de los antiinflamatorios no esteroideos sobre la presión arterial no está bien estudiado y puede variar de una persona a otra", señaló el Dr. Vitarello, añadiendo que dosis de antiinflamatorios no esteroideos más altas y uso más prolongado probablemente aumenten el riesgo de un efecto adverso sobre la presión arterial. Una opción aceptable es alentar a los pacientes a que utilicen una clase alternativa de analgésico, como paracetamol.

Sigue siendo "un reto" distinguir las diferencias de los efectos adversos sobre la presión arterial, y en todos los efectos cardiovasculares adversos de los diferentes antiinflamatorios no esteroideos, destacó el Dr. Yang. Resultados de "algunos estudios demuestran que determinados antiinflamatorios no esteroideos pueden ser más seguros, pero otros estudios no. Necesitamos tener mucho cuidado con en el empleo de antiinflamatorios no esteroideos, ya que en promedio aumentan casi 3 mm Hg la presión arterial. Es preciso que tengamos presente tratar de prescribir compuestos alternativos, como paracetamol".

Una década de datos de la encuesta de nutrición
En el análisis dirigido por el Dr. Vitarello y sus colaboradores se utilizaron datos de 27.599 adultos estadounidenses incluidos en la Encuesta Nacional para el Examen de Salud y Nutrición durante el periodo de 2009 a 2018; enfocándose en 44% que había tenido una cifra de presión arterial promedio de un mínimo de 130/80 mm Hg o que había informado que alguna vez les había dicho un médico que tenían hipertensión. Las evaluaciones incluyeron los fármacos de prescripción que tomaba cada participante.

La prevalencia de utilizar por lo menos un fármaco de prescripción hipertensivo fue de 24% en las mujeres y 14% en hombres, y 4% de los que tenían hipertensión estaba recibiendo dos o más fármacos que aumentan la presión.

Los investigadores basaron su identificación de los fármacos de prescripción hipertensivos en la lista incluida en la guía de 2017 para el tratamiento de la hipertensión arterial del American College of Cardiology y la American Heart Association.[2] En esta lista se especifica que los antidepresivos que aumentan la presión arterial son los inhibidores de la monoaminooxidasa, los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina y los antidepresivos tricíclicos.