Manzanas, bayas y té: ¿son eficaces los flavanoles para reducir la presión arterial?

Pauline Anderson

29 de octubre de 2020 Alta ingesta de flavanoles alimentarios, compuestos presentes en alimentos a base de vegetales, conlleva cifras más bajas de manera estadísticamente significativa de presión arterial sistólica y diastólica, muestra nueva investigación.[1]

Los resultados refuerzan el mensaje de que las intervenciones dietéticas, en especial las que resaltan el consumo de frutas y verduras, "pueden tener efecto favorable sobre la presión arterial", comentó a Medscape Noticias Médicas el autor principal, Gunter Kuhnle, doctor en ciencias naturales, profesor de nutrición y ciencia de alimentos en la University of Reading, en Reading, Reino Unido.

Sin embargo, el estudio no mostró asociación estadísticamente significativa entre biomarcadores de ingesta de flavanol e incidencia o mortalidad por enfermedades cardiovasculares.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 21 de octubre en Scientific Reports. Asociación inversa entre flavanoles y presión arterial
Los flavanoles (flavan-3-oles) pertenecen a una clase importante de bioactivos alimentarios que suelen estar presentes en las frutas melónides, en especial manzanas y bayas, así como productos derivados del cacao, vino tinto y verduras de hoja verde. Sin embargo, el té "indudablemente es la mejor fuente", destacó el Dr. Kuhnle.

Para el estudio, investigadores desarrollaron dos biomarcadores nutricionales con el fin de calcular la ingesta de flavanoles.

"Estos nuevos biomarcadores permiten investigaciones rigurosas más objetivas y exactas sobre las asociaciones entre ingesta efectiva de flavanoles y salud en cohortes observacionales a escalas relevantes para las poblaciones humanas", escribieron.

El estudio incluyó participantes en la cohorte de Norfolk del estudio EPIC-Norfolk, la investigación prospectiva europea sobre cáncer formada por una numerosa cohorte representativa de miembros de edad avanzada de la población general de Inglaterra.

Los ingleses son conocidos por su ingesta de té, por lo que integran la población ideal para investigar el efecto de los flavanoles, indicó el especialista.

Los participantes acudieron a un examen de salud durante el cual los investigadores obtenían muestras de orina sin ayuno y datos sobre presión arterial "al mismo tiempo, de manera que los flavanoles todavía estaban en su sistema", dijo el Dr. Kuhnle. A los participantes en el estudio también se les proporcionaron diarios de alimentación de 7 días.

Los datos sobre muestras de orina se ajustaron respecto a la "densidad urinaria", la cual, según explicó el Dr. Kuhnle, es el grado de dilución debida a la ingesta de agua. Se dividió a los participantes en aquellos con concentraciones altas o bajas de biomarcador con base en las muestras de orina. Las concentraciones de biomarcador estuvieron disponibles para 24.152 participantes, 55% integrado por mujeres.Los investigadores utilizaron varios modelos, cada uno de los cuales se ajustó para diversos factores, tales como edad, índice de masa corporal, antecedente de tabaquismo, actividad física, salud inicial y antecedente familiar. Calcularon las diferencias estimadas en la presión arterial sistólica y diastólica en hombres y mujeres entre concentraciones de biomarcador bajas (percentil 10) y altas (percentil 90).

Los resultados demostraron que los participantes con ingesta más alta de flavanol (10%) tenían presión arterial promedio de 1 a 3 mm Hg más baja que los de la ingesta de 10% más bajo.

Las diferencias en las magnitudes de efecto para los dos biomarcadores fueron insignificantes. Los análisis por subgrupos demostraron que el efecto era más acentuado en participantes con más riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular, en particular pacientes de edad avanzada y aquellos con hipertensión.

Kuhnle comparó la reducción de la presión arterial por la alta ingesta de flavanol, con lo que podría lograrse con intervenciones dietéticas, como la dieta mediterránea, que resalta frutas y verduras frescas, o la dieta DASH para detener la hipertensión baja en sal.

Los resultados del estudio "claramente demuestran asociación inversa" entre los flavanoles y la presión arterial y, "por tanto, contribuyen a los datos disponibles para investigar un efecto causal", señalaron los investigadores.

Los mecanismos moleculares específicos subyacentes a los efectos cardiovasculares de los flavanoles aún no están claros. Sin embargo, la investigación indica que pueden afectar la función inmunitaria y remodelar la estructura vascular, agregó el Dr. Kuhnle.

"Hay muchas ideas sobre posibles mecanismos, pero realmente todavía no se han aclarado", añadió.

Los investigadores encontraron solo una correlación débil entre los resultados de biomarcadores y la autoingesta notificada de alimento, que para el Dr. Kuhnle fue la parte más interesante del estudio.

"Básicamente respalda nuestra suposición de que la autonotificación no funciona para compuestos como los flavanoles. Hay enorme variabilidad en la composición de los alimentos", por ejemplo, una taza de té puede tener amplia variedad de niveles de flavanoles, dependiendo de la fuente de las hojas de té y de cómo se prepare la bebida, explicó.

En cambio, los biomarcadores nutricionales, que se evalúan midiendo la presencia sistémica de compuestos alimentarios o sus metabolitos, permiten obtener estimaciones objetivas y exactas de la ingesta, "y no solo reflejan los patrones alimentarios", señalaron los autores.

Los investigadores también analizaron nuevos episodios de enfermedad cardiovascular, como ictus y mortalidad, durante una mediana de seguimiento de 19,5 años, pero no encontraron vínculo importante entre estos resultados y la ingesta de flavanoles.

"Esto puede explicarse por la magnitud de la diferencia en la presión arterial sistólica observada, que no se esperaría que tuviera efecto importante sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular del individuo", escribieron los investigadores.

Sin embargo, a una escala de población, la reducción "puede ser muy importante, podría hacer la diferencia sobre el riesgo de enfermedades cardiovasculares", señaló el Dr. Kuhnle.

No está claro si los suplementos podrían aumentar los flavanoles a niveles que pudieran reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, el estudio de resultados de suplementos de cacao y multivitaminas en Estados Unidos (COSMOS) puede proporcionar algunas respuestas.

En este estudio se analizó si 600 mg de suplementos de cacao al día o un multivitamínico común reducen el riesgo de desarrollar cardiopatía, ictus y cáncer, en el curso de 5 años.Buen trabajo
En su comentario sobre el estudio para Medscape Noticias Médicas, el Dr. Stephen Juraschek, Ph. D., profesor adjunto de medicina de la Harvard Medical School y el Beth Israel Deaconess Medical Center en Boston, Estados Unidos, cuya experiencia incluye hipertensión, dieta y nutrición, señaló que el estudio fue "muy interesante".

Asimismo, el Dr. Juraschek indicó que pese al diseño transversal del estudio, los investigadores "hicieron un buen trabajo al tratar de evaluar una serie de factores de confusión y realmente trataron de tener en cuenta algunos de ellos en su modelización estadística".

Sin embargo, añadió que tal vez el estudio no captara todos los posibles factores de confusión.

La estrategia del biomarcador ha atraído "gran entusiasmo" en los estudios de nutrición, destacó el Dr. Juraschek, añadiendo que Reino Unido ha sido un "líder" en este campo. "Creo que los biomarcadores tienen tremendo potencial" en la investigación en nutrición.

El uso de biomarcadores puede evitar el sesgo de recuerdo y problemas de memoria, en pacientes de edad avanzada. Sin embargo, a diferencia de la norma ideal de recolección de orina de 24 horas, las muestras de orina instantánea o al azar, como las que se utilizaron en el estudio, "pueden ser un poco difíciles", dijo.

"Pueden estar sujetas a la influencia de cuánto líquido tomó el paciente, o la última vez que fue al baño, o si ingirió sal en la última comida". Sin embargo, los diarios y los cuestionarios todavía pueden desempeñar un papel importante en los estudios de nutrición. "Lo que comí ayer está fuertemente relacionado con lo que comeré mañana, el próximo mes y durante todo el año, por lo que no es completamente irrelevante en ese sentido", señaló el Dr. Juraschek. "Algunos expertos dicen que les gustan los autoinformes para evaluar el consumo a largo plazo".

En su comentario para Medscape Noticias Médicas, Penny Kris-Etherton, Ph. D., profesora distinguida de nutrición en Penn State, dijo que le "entusiasmaba" mucho el nuevo estudio.

Además de reducir el sodio y disminuir el peso corporal, el aumento de la ingesta de flavanol "es otra estrategia más" para mantener las tensiones sistólica y diastólica por debajo de la cifra recomendada de 120/80 mm Hg, agregó Kris-Etherton.

Consumir más alimentos a base de vegetales, incluyendo frutas, verduras, granos integrales, legumbres y frutos secos, "es congruente con las recomendaciones alimentarias actuales de la American Heart Association", destacó Kris-Etherton.

Y aunque los estudios publicados indican que los flavonoides tienen efectos antioxidantes y antiinflamatorios, "ahora estamos viendo que desempeñan un papel en el control de la presión arterial", dijo.

"Todos sabemos que las frutas y las verduras tienen alto contenido de potasio, el cual tiene un efecto que reduce la presión arterial, y también contienen gran cantidad de nitratos y nitritos alimentarios que pueden desempeñar una función en lograr endotelio y vasculatura sanos, pero ahora sabemos que frutas, verduras, y alimentos a base de vegetales tienen todavía otro compuesto que ayuda a lograr presión arterial sana: los flavanoles".