Algo de ejercicio reduce la presión en las mujeres obesas

Por Amy Norton (Reuters Health) 

Hacer algo de ejercicio también ayudaría a las mujeres obesas a reducir sus valores de presión. En un estudio sobre 404 mujeres que, al azar, hicieron o no ejercicio, un equipo observó que la actividad física de baja intensidad (caminar en una cinta o pedalear en una bicicleta fija) reducía lo que se conoce como presión del ejercicio. 

 Es normal que la presión aumente durante la actividad física, pero valores muy altos están asociados con un mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca, independientemente del valor normal en reposo.

De modo que esto refuerza la importancia de mantenerse activos.

"Hay que encontrar la manera de incluir el ejercicio en el día a día", dijo el autor principal, Damon L. Swift, del Centro Pennington de Investigación Biomédica, en Baton Rouge, Luisiana.

Aunque es una recomendación habitual, el resultado del estudio publicado en la revista Menopause la refuerza porque surge de una investigación bien diseñada, en la que a mujeres sedentarias se les indicó al azar hacer ejercicio o mantenerse sedentarias.

El hecho de que sólo se beneficiaran las mujeres activas atribuiría el efecto al ejercicio.

El equipo de Swift reunió a 404 mujeres, de entre 45 y 75 años, que tenían sobrepeso u obesidad, eran sedentarias y tenían valores altos de presión.

Al azar, se las dividió en cuatro grupos: tres hicieron una rutina física de distinta intensidad durante seis meses y uno mantuvo su estilo de vida.

En uno de los tres grupos activos, las participantes hicieron lo que los expertos suelen recomendarles a los adultos: 2,5 horas semanales de ejercicio moderado. El segundo grupo hizo apenas la mitad de esa cantidad de ejercicio, mientras que el tercero trabajó más fuerte: casi cuatro horas semanales de actividad física moderada.

Al final, los valores de la presión habían mejorado en esos tres grupos. En el grupo más activo, la presión sistólica (el valor "máximo" de lectura) se redujo unos 14 puntos, comparado con 11 puntos en el grupo menos activo. Sin embargo, el ejercicio no modificó la presión en reposo.

Dado que un valor alto de presión del ejercicio le sumaría tensión al corazón, el autor sostuvo que reducirlo, aun sin modificar la presión en reposo, sería bueno para el corazón.

Y aun las personas sin hipertensión crónica tendrían valores anormales durante el ejercicio.

"Observamos que incluso entre las mujeres con prehipertensión, muchas tenían presión del ejercicio anormalmente elevada", dijo Swift.

Antes de empezar a hacer ejercicio, se recomienda que las personas sedentarias con sobrepeso se realicen un control médico.

FUENTE: Menopause, online 12 de diciembre del 2011