El uso de somníferos se vinculó a incremento subsiguiente en antihipertensivos

Sue Hughes

23 de abril de 2019 El uso de somníferos por personas mayores con hipertensión se vinculó a un aumento subsiguiente en el uso de fármacos antihipertensivos en un nuevo estudio.[1]

 

"Estudios previos en general han encontrado asociaciones entre características de sueño y presión arterial e hipertensión en adultos de mediana edad. Sin embargo, estas asociaciones no se observaron o fueron inconstantes entre personas mayores", explicó a Medscape Noticias Médicas el autor principal, Dr. José Banegas, de la Universidad Autónoma de Madrid, en España.

Nuestros hallazgos pueden ser útiles en la práctica, dado que una de cada cinco personas mayores en el presente estudio aumentó sus tratamientos antihipertensivos durante el seguimiento y, se sabe que, mientras mayor es el número de fármacos que toman los pacientes, más alto es el riesgo de medicación inadecuada, reacciones adversas y menos cumplimiento del tratamiento, añadió.

El estudio prospectivo de cohortes fue publicado el 25 de marzo en la versión electrónica de Geriatrics and Gerontology International.[1]

En el estudio se incluyó a 752 pacientes de edad igual o mayor a 60 años (promedio: 69 años; 49% integrado por hombres), participantes en una cohorte de personas de edad avanzada bajo tratamiento para hipertensión y fueron objeto de seguimiento de 2008 - 2010 a 2012 - 2013.

Al inicio se verificó duración del sueño autonotificada, calidad del sueño (por lo general tenían dificultad para dormir o mantenerse dormidos) y uso de somníferos (no se especificó el tipo utilizado) y se calculó el cambio en el número de fármacos antihipertensivos prescritos al final del seguimiento.

Se llevaron a cabo análisis con regresión logística y se ajustaron con respecto a características demográficas, estilo de vida, comorbilidad, número inicial de fármacos antihipertensivos utilizados y control de hipertensión.

Los resultados demostraron que la media de duración de sueño fue de 6,9 horas por noche. Una deficiente calidad de sueño fue reportada por 37% y 16,5% refirió que por lo general tomaba somníferos. El número medio de fármacos antihipertensivos utilizados fue de 1,8.

Durante el periodo de seguimiento, 156 pacientes (20,7%) aumentaron el número de antihipertensivos que estaban tomando. No se observó relación entre la duración o la calidad del sueño y el cambio en el uso de fármacos antihipertensivos.

Sin embargo, el consumo habitual de somníferos se asoció a un incremento en el riesgo de aumentar el número de antihipertensivos (odds ratio: 1,85; p = 0,02). Se observó la asociación independientemente de duración y calidad del sueño, índice de masa corporal, dieta, actividad física y control de la hipertensión.

Los investigadores señalaron varias posibles explicaciones para esta observación.Puntualizaron que, algunos agentes hipnóticos pueden inducir inhibición parasimpática relacionada con atropina y taquicardia, así como hipertensión, y otros pueden aumentar el trastorno respiratorio durante el sueño, lo cual puede asociarse a hipertensión y en particular, hipertensión nocturna en pacientes de edad avanzada.

Otros posibles motivos de la asociación son los trastornos subyacentes del sueño que no se analizaron en el estudio (por ejemplo, ansiedad) y disminución de la actividad física a causa de sedación, añadió el Dr. Banegas.

"La importancia de este estudio desde un punto de vista clínico radica en que la asociación comunicada puede indicar la necesidad futura de antihipertensivos en personas que habitualmente toman somníferos y se podría utilizar el uso de somníferos como advertencia para indicar los trastornos subyacentes del sueño o estilos de vida poco sanos", destacó.

"Sin embargo, se necesitan más estudios para confirmar esta asociación y dilucidar mecanismos fundamentales", añadió. "Entre otras cosas, estos estudios deberían tomar en cuenta patrones crónicos de características del sueño y covariables, ya que son posibles algunos cambios en el curso del tiempo".

En su comentario acerca del estudio para Medscape Noticias Médicas, el Dr. David A. Calhoun, del Vascular Biology and Hypertension Program and Sleep/Wake Disorders Center, en la University of Alabama, en Birmingham, Estados Unidos, dijo: "Los hallazgos son muy interesantes. Al ser un estudio observacional, no se puede presuponer causalidad o falta de ella, pero es inquietante que el uso habitual de somníferos se asociara a más dificultades para tratar la hipertensión".

Señaló que el efecto podría ser el resultado de efectos desfavorables de agentes hipnóticos sobre los trastornos subyacentes del sueño, como apnea obstructiva del sueño o de interacciones con antihipertensivos que reducen su eficacia.

"La asociación también podría deberse a más probabilidades de causas fundamentales de alteración del sueño en adultos que toman somníferos, tales como insomnio, apnea obstructiva del sueño o síndrome de piernas inquietas que, según se ha demostrado, aumentan el riesgo de que se presente o empeore la gravedad de la hipertensión", continuó.

"Se necesitan evaluaciones prospectivas de fármacos hipnóticos para documentar o descartar un papel causal directamente atribuible a los compuestos hipnóticos. Hasta entonces, estos hallazgos resaltan la importancia de la monitorización estrecha de la presión arterial en personas de edad avanzada, sobre todo en las que requieren el uso regular de somníferos", agregó el Dr. Calhoun.

Asimismo, el Dr. Ariel B. Neikrug, Ph. D., director del Behavioral Sleep Medicine Program, de la University of California, en Irvine, Estados Unidos, comentó a Medscape Noticias Médicas que el presente estudio es compatible con estudios epidemiológicos previos que por lo general muestran un vínculo entre hipertensión y síntomas de alteraciones del sueño.

"La apnea obstructiva del sueño, un trastorno del sueño importante, se ha vinculado a un aumento en el riesgo de hipertensión y se ha demostrado que, la presión respiratoria positiva continua para tratamiento de la apnea del sueño mejora la hipertensión", destacó.

El Dr. Neikrug agregó que la falta de una asociación estadísticamente significativa entre el tiempo o la calidad de sueño total autonotificada en este estudio tiene "escasa significancia, pues aumentar el uso de somníferos en sí indicó una mayor percepción de las deficiencias del sueño o dificultades para dormir, que fueron suficientes para motivar la búsqueda de atención médica adicional".

"Este estudio plantea la importancia de la valoración y el tratamiento adecuados de los trastornos del sueño. El sueño es un proceso bioconductual importante decisivo para nuestra salud. Por tanto, sus trastornos se deben evaluar en forma apropiada y tratarse mediante terapia cognitivo-conductual para el insomnio como la primera línea de tratamiento. Espero que se utilice esta investigación para resaltar más la importancia del sueño para nuestra salud general", concluyó.

El estudio fue financiado por apoyos económicos del Fondo de Investigación Sanitaria y Cátedra UAM de Epidemiología. Los autores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.