Sheldon G. Sheps, M.D.
La cafeína puede provocar un aumento corto pero radical de la presión arterial, incluso si no se sufre de presión arterial alta. No se conocen con claridad las causas de este pico de presión. Algunos investigadores creen que la cafeína podría bloquear una hormona que permite mantener las arterias abiertas.
Otros piensan que las glándulas suprarrenales liberan más adrenalina a causa de la cafeína, por lo cual la presión arterial aumenta. Algunas personas que toman bebidas con cafeína regularmente tienen la presión arterial promedio más alta que quienes no consumen este tipo de bebidas. Otras que toman estas bebidas regularmente desarrollan una tolerancia a la cafeína.
Por esta razón, la cafeína no produce un efecto a largo plazo que repercuta en la presión arterial. Aparentemente, la cafeína tiene un efecto más marcado que produce el aumento de la presión arterial en los hombres de más de 70 años o con sobrepeso.
Si tienes la presión arterial alta, pregúntale al médico si debes limitar el consumo de bebidas con cafeína o suspenderlo directamente. Si te preocupa el efecto de la cafeína en la presión arterial, intenta restringir la cantidad de cafeína que consumes a 200 miligramos por día, aproximadamente la misma cantidad presente en dos tazas de 12 onzas (355 mililitros) de capacidad de café filtrado. Recuerda que la cantidad de cafeína que contienen el café y otras bebidas varía según la marca. Además, no consumas cafeína justo antes de hacer actividades que aumentan la presión arterial de manera natural, como la actividad física, el levantamiento de pesas o el trabajo físico arduo.
Para comprobar si la cafeína podría ser la causa del aumento de la presión arterial, tómate la presión de 30 a 120 minutos después de haber bebido una taza de café o alguna otra bebida con cafeína. Si la presión arterial aumenta de 5 a 10 puntos, es posible que seas sensible a los efectos de la cafeína que producen en aumento de la presión arterial. Si deseas reducir el consumo de cafeína, hazlo gradualmente en el transcurso de varios días a una semana, a fin de evitar los dolores de cabeza por abstinencia.