Los adolescentes hispanos y blancos con obesidad tienen mayor riesgo de hipertensión

Diana Swift

14 de abril de 2017 La asociación entre la hipertensión y un índice de masa corporal (IMC) más alto difiere marcadamente entre los adolescentes asiáticos, afroamericanos, hispanos y blancos, según sugiere un estudio grande realizado en el entorno escolar.

El efecto de un IMC alto sobre la presión arterial fue mayor en los adolescentes hispanos y blancos, en comparación con los adolescentes negros y asiáticos.[1]
El estudio, publicado en versión electrónica el 10 de abril en la edición de mayo de Pediatrics, sugiere que la obesidad contribuye de forma diferencial a la hipertensión en estos cuatro grupos étnicos y raciales de Estados Unidos. Singularmente, a pesar de tener la mayor tasa de obesidad, los adolescentes afroamericanos no mostraron la exagerada prevalencia de hipertensión observada en sus contrapartes hispanas y blancas con obesidad.
“Aunque un aumento del índice de masa corporal sigue siendo sumamente predictivo de un incremento en la prevalencia de hipertensión en todos los grupos raciales/étnicos, parece tener un impacto menor en las poblaciones afroamericanas y asiáticas”, escribieron el Dr. Eric L. Cheung, de la División de Nefrología e Hipertensión Pediátrica, en el Departamento de Pediatría, de la McGovern Medical School University of Texas Health Science Center, en Houston, Estados Unidos, y sus colaboradores.
Estudios anteriores se han centrado en los efectos aditivos independientes de la raza, la etnia y el IMC en la presión arterial. Sin embargo, este análisis es el primero en estudiar la triangulación específica entre raza/etnia, obesidad y presión arterial en cuatro poblaciones, explican los autores.
“La prevalencia de hipertensión en los adolescentes aumenta marcadamente con el incremento de peso excesivo, pero es mayor en los jóvenes hispanos, en comparación con otros grupos étnicos”, expresó a Medscape Noticias Médicas el Dr. Joshua A. Samuels, profesor de nefrología e hipertensión pediátrica en McGovern Medical School University of Texas Health Science Center. “Conocer esto puede ayudar a los proveedores de atención médica a detectar la obesidad y a medir la presión arterial de manera adecuada”. Los médicos deben aconsejar a los pacientes a tomar el control de su estilo de vida para prevenir la obesidad, especialmente a quienes tienen antecedentes familiares de hipertensión.
Los investigadores examinaron a 21.062 adolescentes (52% niñas) de 10 a 19 años (media, 13,8 ± 1,7 años) entre los años 2000 y 2015 en 27 escuelas secundarias de Houston, como parte del Houston Pediatric and Adolescent Hypertension Program.
La autonotificación de raza/etnia indicó que 35% de los estudiantes era de raza hispana, 33% no hispana blanca, 25% afroamericana, y 7% asiática. En términos de índice de masa corporal, 18% tenía sobrepeso y 19% tenía obesidad, un porcentaje similar al reportado para 2011 a 2012 por la National Health and Nutrition Examination Survey de Estados Unidos.
Los investigadores determinaron el índice de masa corporal usando la medición de la estatura y el peso, y revisaron la presión arterial en tres ocasiones para diagnosticar la hipertensión sostenida, de acuerdo con los criterios del National Heart, Lung, and Blood Institute's Fourth Working Group Report .
Los investigadores encontraron una tasa general de hipertensión sostenida de 2,7%, superior a 1,7% reportado en los datos de la National Health and Nutrition Examination Survey de 2009 a 2012. Las tasas de hipertensión general más altas se observaron en hispanos (3,1%), seguidos de afroamericanos (2,7%), blancos (2,6%) y asiáticos (1,7%, p = 0,019).
La tasa de hipertensión fue mayor en pacientes masculinos (3,3%) que pacientes femeninos (2,1%).
Las tasas de obesidad fueron más altas entre los adolescentes afroamericanos (3,1%) e hispanos (2,7%). Sin embargo, la mayor prevalencia de hipertensión sostenida surgió en los estudiantes blancos con obesidad (7,4%), en comparación con los adolescentes afroamericanos (4,5%) y asiáticos (4,6%) con obesidad.Entre los hispanos, la prevalencia de hipertensión fue casi seis veces mayor entre los adolescentes con obesidad frente a los adolescentes con peso normal. Sin embargo, en los índices de masa corporal por debajo del percentil 60, los adolescentes hispanos en realidad tuvieron la predicción de prevalencia de hipertensión más baja de los cuatro grupos raciales/étnicos.
Aunque los adolescentes blancos mostraron aumentos con una prevalencia hasta cuatro veces mayor de presión arterial con obesidad, hubo mucho menos pacientes pediátricos blancos no hispanos con obesidad, con hipertensión: 13% en comparación con 23% de los estudiantes hispanos.
El análisis multivariante confirmó al índice de masa corporal como el "factor categórico" en la mayor carga de hipertensión entre los participantes con obesidad que pertenecían a las razas blanca e hispana. En términos de riesgo relativo (RR), el RR para la hipertensión fue 5,81 veces mayor en los estudiantes hispanos con obesidad, y 2,17 veces mayor en los estudiantes hispanos con sobrepeso, en comparación con los de peso normal. Del mismo modo, los adolescentes blancos con obesidad tuvieron un RR aumentado de 4,11, y el RR fue de 2,29 en sus pares con obesidad afroamericanos.
“Aunque la obesidad sigue siendo el predictor más fuerte de hipertensión temprana, la fuerza de esta relación se intensifica en adolescentes hispanos y blancos, mientras que se reduce en los adolescentes afroamericanos”, escriben los autores.
El factor racial/étnico se extiende más allá de la genética, señalan los autores. “Las diferencias en la cultura y las expectativas sociales influyen en las conductas de salud, las exposiciones ambientales y el acceso a la atención sanitaria, todos estos, factores que pueden afectar el aumento de peso y, a su vez, la presión arterial”.
A medida que la enfermedad cardiovascular en los jóvenes se convierte en un problema creciente, los hallazgos sugieren la necesidad de un enfoque flexible para la interpretación del índice de masa corporal en una población diversa como la de Estados Unidos, concluyen los autores. También demandan un modelo confiable para establecer el riesgo individual para la hipertensión infantil, así como más estudios que aborden el efecto del índice de masa corporal sobre la diabetes mellitus, la dislipidemia y la apnea obstructiva del sueño.
Los autores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente. Este estudio fue apoyado por el National Institute of Health y el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases de National Institutes of Health.