Los hábitos de ejercicio de una madre son buenos para la presión arterial de sus niños

Está bien documentado entre médicos e investigadores por igual que los lactantes con menos peso al nacer tienen más riesgo de presentar hipertensión arterial a una mayor edad.

 

Sin embargo, un estudio realizado en la Universidad del Estado de Michigan es el primero en señalar que los hábitos de ejercicio de las madres embarazadas pueden de hecho anular esta antigua noción y posiblemente reducir las probabilidades de hipertensión arterial de un niño, aun cuando puedan pesar menos al nacer. La hipertensión es un factor clave en la salud cardiovascular.

La investigación representa un inicio para estudiar el aspecto de la preprogramación genética de las características de salud de un niño durante su vida intrauterina y se publica en Journal of Sports Medicine and Physical Fitness.

«Analizamos una gama de lactantes con peso normal al nacer, algunos en el extremo más bajo de la escala, y sorprendentemente descubrimos que esta relación entre el menor peso al nacer y la hipertensión arterial en esta descendencia no se sustentaba si las mujeres se mantenían físicamente activas», dijo James Pivarnik, autor principal del estudio y profesor de cinesiología en la Universidad del Estado de Michigan. «La relación se alteraba, indicando que el ejercicio de alguna manera puede modificar el riesgo cardiovascular que ocurre in utero».

Este fenómeno está vinculado a lo que se conoce como la hipótesis de los orígenes fetales. La teoría señala que si ocurre algo agotador a una madre y su feto durante los periodos de crecimiento decisivos durante el embarazo, se pueden presentar cambios permanentes que afecten a la salud del lactante.

Pivarnik y sus colaboradores evaluaron inicialmente a 51 mujeres durante un período de cinco años con base en las actividades físicas como el correr o caminar durante el embarazo y después del embarazo. En un seguimiento del estudio, descubrieron que el ejercicio con regularidad realizado por estas mujeres, sobre todo durante el tercer trimestre, se relacionaba con una menor presión arterial en sus niños.

«Esto nos dice que el ejercicio durante los períodos de desarrollo crítico pueden tener más que un efecto directo sobre el lactante», dijo.

El hallazgo fue evidente cuando su equipo de investigación también descubrió que los niños cuyas madres realizaban ejercicio con los grados de actividad recomendados o más intensos, mostraban presiones arteriales sistólicas significativamente más bajas a los 8 a 10 años de edad.

«Esto es algo bueno pues indica que los hábitos de ejercicio periódico de la madre son satisfactorios para la salud cardiaca a una mayor edad en la vida de un niño», dijo Pivarnik.

Referencias:

http://www.msu.edu/

Fuente: Science Daily