En la diabetes de tipo 2, la reducción de los factores de riesgo conlleva una vida más prolongada

Miriam E. Tucker

22 de abril de 2022 En las personas con diabetes de tipo 2, la reducción de cuatro factores de riesgo, la hemoglobina glucosilada (HbA1c), el índice de masa corporal (IMC), la presión arterial sistólica y el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (c-LDL), puede añadir meses o años de esperanza de vida, según un nuevo estudio de modelización.[1]

Los hallazgos fueron publicados en versión electrónica el 18 de abril en JAMA Network Open por Hamed Kianmehr, Ph. D., del Departamento de Resultados y Normativa Farmacéutica de la Facultad de Farmacia de la University of Florida, en Gainesville, Estados Unidos, y sus colaboradores.[1]

Kianmehr y sus colaboradores utilizaron los datos de los ensayos para proyectar los resultados a largo plazo en la salud y cuantificar los años de vida ganados en función de la edad, los niveles iniciales de los cuatro factores de riesgo y el grado de reducción de dichos factores.

"Un mejor control de los biomarcadores puede aumentar tres años la esperanza de vida en una persona estadounidense promedio con diabetes de tipo 2. En el caso de los individuos con niveles muy altos de hemoglobina glucosilada, presión arterial sistólica, colesterol de lipoproteínas de baja densidad e índice de masa corporal, el control de los biomarcadores puede aumentar más de diez años la esperanza de vida", afirmaron Kianmehr y sus colaboradores.

El informe del estudio incluye un mapa de calor de los años de vida restantes estimados por edad y nivel de factores de riesgo que puede utilizarse como referencia clínica para apoyar la toma de decisiones compartida con los pacientes. "Nuestros hallazgos pueden utilizarlos médicos y pacientes al seleccionar los objetivos de tratamiento óptimos, para motivar a los pacientes en el logro de ellos, al igual que para medir los beneficios potenciales que tienen en la salud las intervenciones y los programas destinados a mejorar la atención de la diabetes en Estados Unidos", señalaron.

El motor de riesgo Building, Relating, Assessing, and Validating Outcomes (BRAVO) es un modelo de simulación validado que se desarrolló recientemente con datos del ensayo ACCORD (Action to Control Cardiovascular Risk in Diabetes) y se calibró para la población general estadounidense con datos de la National Health and Nutrition Examination Survey.[2,3]

En el estudio participaron 421 adultos de 51 a 80 años con diabetes de tipo 2 sin enfermedades cardiovasculares, de los cuales 46% eran mujeres.

La ventaja de reducir la glucemia es mayor con un nivel inicial más alto
En general, una reducción de la hemoglobina glucosilada desde el cuartil más alto (media de 9,9%) hasta el más bajo (5,9%) se asoció con 3,8 años de vida adicionales. La reducción de la hemoglobina glucosilada del cuartil más alto al segundo más alto (media de 7,7%) se asoció con una media de 3,4 años de vida ganados.
Sin embargo, la reducción adicional de la hemoglobina glucosilada desde 7,7% hasta el segundo cuartil más bajo (media de 6,8%) solo añadió unos seis meses de vida, mientras que la reducción aún mayor desde 6,8% hasta el cuartil más bajo no añadió más años de vida.Este hallazgo es coherente con el ensayo ACCORD, en el que el grupo de glucemia intensiva (objetivo de hemoglobina glucosilada: < 6,0%) tuvo mayores tasas de mortalidad, en comparación con el grupo de control (objetivo de hemoglobina glucosilada: 7% a 8%), lo que llevó a detener esa parte del estudio, según se informó en Medscape Noticias Médicas.

Sin embargo, solo una pequeña proporción de los participantes en ACCORD se encontraban bajo tratamiento con agonistas del receptor del péptido similar al glucagón 1 (GLP-1) y ninguno tomaba inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa 2 (SGLT2), indicaron Kianmehr y sus colaboradores. "La comunidad relacionada con la diabetes tiene gran interés en saber si la consecución de objetivos intensivos mediante estos nuevos fármacos puede producir resultados diferentes a los del ensayo ACCORD. A la espera de tal evidencia, nuestro estudio destaca la importancia de controlar los niveles de hemoglobina glucosilada a cifras de 7,0% a 8,0%", afirmaron.

La reducción del peso corporal es una "prioridad clínica y de salud pública "
Las reducciones desde el cuartil más alto del índice de masa corporal (media de 41,4 kg/m2) hasta el tercer cuartil (33,0 kg/m2), el segundo cuartil (28,6 kg/m2) y el primer cuartil (24,3 kg/m2) se asociaron con 2,0, 2,9 y 3,9 años de vida adicionales, respectivamente.

"Por consiguiente, la reducción del peso corporal en personas con diabetes y obesidad sigue siendo una prioridad clínica y de salud pública", aseveraron los autores.

La reducción de la presión arterial sistólica tiene menos impacto, pero sigue siendo importante
En comparación con los individuos en el cuarto cuartil de presión arterial sistólica (160,4 mm Hg), las reducciones al tercer (139,1 mm Hg), segundo (128,2 mm Hg) y primer (114,1 mm Hg) cuartiles se asociaron con una ganancia de años de vida de 1,1, 1,5 y 1,9 años, respectivamente.

El hecho de que el impacto de la reducción del cuarto al primer cuartil para la presión arterial sistólica fuera menor que el de la hemoglobina glucosilada o el índice de masa corporal no significa que el control de la presión arterial no sea importante, señalaron los autores, dado que "nuestras estimaciones a nivel de población no están diseñadas para que los médicos prioricen un tratamiento en relación con otro porque los resultados del tratamiento variaron sustancialmente en función de las características individuales de los pacientes".
Además, "el control de la presión arterial sistólica conlleva un ahorro desde la perspectiva de la salud pública. El costo relativamente más bajo de los medicamentos antihipertensivos y la fuerte relación causal establecida entre la presión arterial sistólica y las complicaciones macrovasculares hacen que su control tenga un alto valor clínico y económico".

En lo que respecta al colesterol de lipoproteínas de baja densidad, la reducción desde el cuarto cuartil (146,2 mg/dl) hasta el tercero (107 mg/dl), el segundo (84,0 mg/dl) y el primer cuartil (59 mg/dl) se asoció con 0,5, 0,7 y 0,9 años de vida adicionales, respectivamente.

Cuanto antes se aborden los factores de riesgo, mejor
En el mapa de calor se utilizó el sombreado rojo (menos esperanza de vida), naranja (esperanza de vida intermedia) y amarillo (más esperanza de vida) para mostrar los efectos de la edad y el sexo en los resultados generales de los biomarcadores. Por ejemplo, una mujer de 50 a 60 años con un índice de masa corporal de 30 kg/m2, una presión arterial sistólica de 160 mm Hg y una hemoglobina glucosilada de 10% puede vivir tres años más si reduce su presión arterial sistólica a 120 mm Hg y otros 1,2 años si reduce su índice de masa corporal a 25 kg/m2.

Un paciente masculino de 50 a 60 años con un índice de masa corporal de 35 kg/m2, una presión arterial sistólica de 160 mm Hg, una hemoglobina glucosilada de 8% y un colesterol de lipoproteínas de baja densidad de 130 mg/dl, si reduce su índice de masa corporal de 35 kg/m2 a 30 kg/m2 podría vivir 1,4 años más. Sin embargo, un paciente masculino de 71 a 80 años con esos mismos niveles de biomarcadores solo podría vivir 0,6 años más reduciendo su índice de masa corporal a 30 kg/m2.

Estos resultados subrayan la importancia del control de los biomarcadores a una edad más temprana y "la posible necesidad de una permuta entre la calidad de vida y el tratamiento para los pacientes de edad avanzada, cuando el beneficio del control de los biomarcadores es limitado", indicaron Kianmehr y sus colegas.