La miocardiopatía por obesidad se relaciona con la muerte súbita cardiaca

Fran Lowry

16 de agosto de 2023 La obesidad, por sí misma e independientemente de otros factores de riesgo cardiovascular, puede ocasionar cambios en el corazón que pueden conducir a la muerte súbita cardiaca, según indica un nuevo estudio de casos y controles publicado en JACC: Advances.[1]

Los investigadores, que analizaron los corazones extraídos en las necropsias de personas fallecidas por muerte súbita cardiaca, descubrieron que varios de los que provenían de fallecidos con obesidad eran más pesados que los de fallecidos de peso normal y que el hazard ratio de cardiomegalia de causa indeterminada en esta cohorte era de 5,3, en comparación con el de individuos de peso normal.

"Incluso cuando descartamos cualquier afección que pudiera causar potencialmente la cardiomegalia, como la hipertensión, las valvulopatías cardiacas, la diabetes y otros factores de riesgo cardiovascular, se mantuvo la asociación con la miocardiopatía por obesidad y la muerte súbita cardiaca", compartió con Medscape Noticias Médicas el autor principal, Dr. Joseph Westaby, Ph. D., del Cardiac Risk in the Young (CRY) Cardiovascular Pathology Laboratories en la St. George's University of London, en Londres, Reino Unido.

Intrigados por este hallazgo, el Dr. Westaby y su grupo trataron de identificar las características clínicas y patológicas de la miocardiopatía por obesidad asociada a la muerte súbita cardiaca, comparando esta población con dos grupos de control: pacientes con muerte súbita cardiaca con obesidad o con peso normal y con corazones morfológicamente normales.

Su grupo tuvo una posición privilegiada para realizar este tipo de investigación, explicó el Dr. Westaby. "Aquí, en la St. George's University of London, contamos con un servicio especializado en patología cardiovascular, dirigido por la Dra. Mary Sheppard. Todos los corazones obtenidos en necropsias de personas fallecidas por muerte súbita cardiaca o de las que se sospecha que han tenido una causa de muerte por causas cardiovasculares, en cualquier lugar del Reino Unido, se remiten al Cardiac Risk in the Young Cardiovascular Pathology Laboratories para su posterior análisis", explicó.

Los pacientes se dividieron en dos grupos según el índice de masa corporal (IMC): un grupo con obesidad (IMC > 30 kg/m2) y un grupo con peso normal (IMC: 18,5 a 24,9 kg/m2).

Un aumento del peso del corazón superior a 550 g en los hombres y 450 g en las mujeres sin arteriopatía coronaria, hipertensión, diabetes o valvulopatía se clasificó como cardiomegalia de causa indeterminada, y a los individuos con obesidad y cardiomegalia se les definió bajo la categoría de miocardiopatía por obesidad.
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Se seleccionaron controles con obesidad emparejados por edad y sexo (n = 106) con base en un índice de masa corporal >30 kg/m2, con un corazón morfológicamente normal que pesaba <550 g en los hombres y <450 g en las mujeres.

Se seleccionaron controles de peso normal emparejados por edad y sexo (n = 106) con base en un índice de masa corporal de 18,5 a 24,9 kg/m2 y un corazón morfológicamente normal con un peso <550 g en los hombres y <450 g en las mujeres.

Los investigadores identificaron 53 casos de miocardiopatía por obesidad a partir de una cohorte de más de 4.500 casos de muerte súbita cardiaca que disponían de mediciones del índice de masa corporal. Entre los pacientes con peso normal hubo 14 casos de cardiomegalia por causa indeterminada.

La edad promedio en el momento de la muerte de los individuos con miocardiopatía por obesidad fue de 42 años (rango: 30 a 54 años). La mayoría de las muertes ocurrieron en hombres (n = 34, 64%), que también murieron más jóvenes que las mujeres (40 ± 13 años frente a 45 ± 10 años; p = 0,036).

El peso promedio del corazón en los pacientes con miocardiopatía por obesidad fue de 598 ± 93 g. El riesgo de muerte súbita cardiaca aumentó cuando el índice de masa corporal alcanzó los 35 kg/m2.

En comparación con los controles emparejados, se observó un aumento del espesor de la pared ventricular derecha e izquierda (p < 0,05 para todos) en los casos de miocardiopatía por obesidad. La grasa epicárdica del ventrículo derecho solo aumentó en los casos de miocardiopatía por obesidad, en comparación con los controles de peso normal.

Se identificó fibrosis del ventrículo izquierdo en siete (13%) casos de miocardiopatía por obesidad.

Hay que explorar el papel de la genética
"Este estudio resalta la necesidad de seguir investigando sobre estos individuos porque, por el momento, no podemos estar seguros de que el único factor que contribuye sea la obesidad", afirmó el Dr. Westaby.

Se está estudiando si existe una predisposición genética subyacente en las personas con obesidad que pueda haber contribuido a la cardiomegalia. El grupo también tiene previsto estudiar a las familias de los fallecidos para determinar si tienen riesgo de presentar cardiomegalia.

"Este estudio representa una contribución importante a la literatura en este campo, pues plantea muchas cuestiones importantes para futuras investigaciones", expresó en un editorial adjunto el Dr. Timothy P. Fitzgibbons, Ph. D., de la UMass Chan School of Medicine, en Worcester, Estados Unidos.[2]

El Dr. Fitzgibbons dijo a Medscape Noticias Médicas que el acceso a tantas muestras de necropsias confiere al estudio un peso considerable.

"Se ha hablado mucho de la paradoja de la obesidad y de su naturaleza quizá benigna, pero este trabajo parece indicar lo contrario, que es un problema muy grave y que, de hecho, puede provocar por sí misma anomalías cardiacas que podrían causar la muerte súbita", señaló.

El hecho de que solo 13% de los casos de miocardiopatía por obesidad presentaran fibrosis en los tejidos señala que la fibrosis no era la causa principal de la muerte súbita cardiaca, afirmó.

"A menudo realizamos pruebas de resonancia magnética para buscar zonas de fibrosis dentro del corazón porque esas zonas hacen que los pacientes sean propensos a las arritmias de reentrada, en particular, a la taquicardia ventricular. Pero los autores plantearon que los miocitos agrandados pueden predisponer por sí mismos a las arritmias, más que la fibrosis", finalizó el Dr. Fitzgibbons.