Expertos internacionales en cardiología hacen un llamamiento ante el aumento de la obesidad infantil en el mundo

26/07/2023 Teniendo en cuenta que los niños obesos tienen cinco veces más probabilidades de enfermar en la edad adulta, según la declaración científica avalada por la Sociedad Europea de Cardiología, la infancia brinda la oportunidad para abordar la obesidad antes de que el daño sea irreversible.

Expertos internacionales en enfermedades cardíacas y obesidad infantil han difundido una declaración científica a través de la publicación oficial de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés) en la que hacen un llamamiento a la necesidad de abordar la obesidad y los factores de riesgo que la acompañan,ante la probabilidad de enfermedad cardiovascular (ECV) en la edad adulta.

Se recuerda, en base a datos de la OMS, que en 1975 menos del 1% de los niños y adolescentes de 5 a 19 años eran obesos,mientras que en 2016 lo eran más de 124 millones (el 6% de las niñas y el 8% de los niños) lo eran. "El aumento mundial de la obesidad infantil, impulsado en gran medida por una mayor inactividad física, se ha relacionado con una mayor prevalencia de hipertensión arterial, lípidos en sangre y glucemia en la infancia. Esta combinación de factores está a su vez relacionada con daños en las arterias y el corazón, que pueden revertirse con ejercicio en los niños, pero mucho menos en los adultos", subrayó el primer autor, el profesor Henner Hanssen, de la Universidad de Basilea (Suiza).

El documento, elaborado por el Grupo de Trabajo para la Salud Infantil de la Asociación Europea de Cardiología Preventiva (EAPC) de la ESC y el Grupo Europeo de Obesidad Infantil (ECOG), incide en que los niños que reúnan una serie de factores de riesgo, entre ellos, el IMC alto, la presión arterial y los lípidos en la sangre, tienen un riesgo de dos a nueve veces mayor de sufrir un ataque cardíaco y un derrame cerebral en la mediana edad.

Acciones para frenar la obesidad infantil

En el documento se apela a la puesta en marcha de una variedad de políticas y acciones para detener esta epidemia y los problemas asociados. En este sentido, son fundamentales la actividad física y la nutrición.

Asimismo, se proponen otras medidas tales como: fomentar la actividad física y concienciar sobre la necesidad de reducir el tiempo sedentario; impulsar hábitos alimenticios saludables; proporcionar asesoramiento dietético y apoyo psicológico para el cambio de comportamiento; reducir la comercialización de alimentos poco saludables en los medios y las redes sociales; promover estilos de crianza que fomenten la actividad física y la alimentación saludable; evitar la estigmatización; involucrar a las escuelas, la familia y los amigos en los programas educativos; aumentar la disponibilidad y asequibilidad de alimentos saludables; habilitar más parques infantiles y espacios verdes para estar físicamente activo en entornos urbanos.

"Si no hay espacios para disfrutar de la actividad y los alimentos nutritivos no están disponibles o no son asequibles, es muy difícil cambiar el comportamiento. Asimismo, en lugar de criticar a los niños por ser inactivos y comer comida chatarra, las escuelas y los padres pueden demostrar que hacer actividad física y preparar comida saludable es beneficioso", agregó el profesor Hanssen.

La prevención de las enfermedades cardiovasculares debe comenzar temprano, según se defiende. "En lugar de esperar y ver si los niños obesos de hoy se convierten o no en los ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares del mañana, se necesita un plan de acción ahora para detener los problemas de salud futuros. Ya sabemos que la obesidad está perjudicando la salud de los niños. ¿Qué más pruebas necesitamos?", concluyó el autor principal.