Intervención en el estilo de vida mejora la fertilidad en mujeres con obesidad

Miriam E. Tucker

9 de abril de 2019 NUEVA ORLEANS, USA. Una intervención de baja intensidad en el estilo de vida podría ayudar a mejorar la fertilidad en mujeres con obesidad que tienen problemas para concebir, demuestra nueva investigación.

 

Hallazgos de un estudio aleatorizado controlado de 18 meses en que se compara un programa de estilo de vida con el tratamiento habitual para fertilidad en mujeres estériles con sobrepeso u obesidad fueron presentados el 23 de marzo en el Congreso de la Endocrine Society ENDO 2019 por Matea Belan, estudiante de doctorado en Sherbrooke University, en Quebec, Canadá

La intervención, que combinó sesiones individuales con un nutricionista y un kinesiólogo cada seis semanas y 12 sesiones de grupo obligatorias, mejoró de manera estadísticamente significativa las tasas de embarazo general y espontáneo. La intervención también mejoró la proporción de nacidos vivos, en comparación con controles, aunque esta diferencia no fue significativa.

Casi todas las sociedades profesionales de fertilidad recomiendan que las mujeres con obesidad con esterilidad reduzcan entre 5% y 10% su peso corporal mediante modificación del estilo de vida para mejorar sus posibilidades de concebir, con base en datos que indican que la obesidad altera la fertilidad.

Sin embargo, los datos del único estudio aleatorizado controlado previo de una intervención para bajar de peso y mejorar la fertilidad mostraron resultados negativos a 6 meses.

El presente estudio es diferente, explicó Belan, por cuanto en él se continuó la intervención y se efectuó seguimiento a mujeres hasta por 18 meses o al final del embarazo. También en ese estudio previo se utilizó una intervención muy intensiva, mientras que en el estudio actual se utilizó una intervención de más baja intensidad, pero consultas más frecuentes para reforzar las conductas.

"Implementamos de manera lenta y gradual metas alcanzables para mejorar sus hábitos nutricionales y de estilo de vida. Queremos que las mantengan en el curso del tiempo más que hacer algo muy rápido que no se va a sostener", indicó Belan a Medscape Noticias Médicas.

Al pedirle su comentario, la Dra. Licy L. Yanes Cardozo, profesora asistente de medicina en el University of Mississippi Medical Center, en Jackson, Estados Unidos, dijo a Medscape Noticias Médicas: "Simplemente me encanta este estudio. Me sorprendió el efecto. No fueron solo la dieta y el ejercicio, sino también la motivación. Es la forma de hacerlo. Lo que hacemos ahora en la clínica es decir a las personas que vayan a sus casas y bajen algo de peso".

"Estas pacientes tenían 12 o más sesiones con el equipo. Creo que esto hizo la diferencia. Fue bien realizado".

Mejoraron las tasas de embarazo general y espontáneo
En el Obesity-Fertility Study se aleatorizó a 130 mujeres que buscaban tratamiento para fertilidad y que tenían un índice de masa corporal ≥ 30 kg/m2, o que tenían síndrome de ovario poliquístico y un índice de masa corporal ≥ 27 kg/m2. Las que se reclutaron tenían una edad promedio de 30 años y un índice de masa corporal medio de 40 kg/m2.Las 65 mujeres aleatorizadas a la intervención "Apta para Fertilidad" no recibieron ningún otro tratamiento para fertilidad durante los primeros 6 meses del estudio, pero lo podían recibir después de eso. Las 65 mujeres de control recibieron tratamientos para fertilidad durante todo el estudio. Un total de 46 pacientes con intervención y 52 de control terminaron el estudio de 18 meses.

Para la intervención en el estilo de vida, los investigadores utilizaron entrevistas motivacionales con el fin de determinar los hábitos de estilo de vida actuales de las pacientes y verificar cuáles cambios tenían la capacidad de hacer. Se les pedía que redujeran su ingesta calórica total en casi 500 calorías/día, pero no se les pedía que modificaran sus dietas. También se les recomendaba aumentar a casi 150 minutos/semana la actividad física.

"Queríamos cambios pequeños, pero mantenidos en el curso del tiempo", explicó Belan.

A los seis meses, los cambios en el peso medio fueron -3,4% frente a -0,89% para la intervención frente a los grupos de control (p = 0,003), el perímetro de la cintura descendió 2,9 cm frente a 0,97 cm (p = 0,036), y el porcentaje de masa adiposa descendió 1,3% frente a 0,47%, respectivamente (p = 0,033).

"Aunque las diferencias no parecen considerables, el grupo con la intervención mejoró de manera estadísticamente significativa sus medidas antropomórficas, en comparación con controles", señaló Belan.

El grupo con intervención en el estilo de vida también mostró mejoras significativas en las puntuaciones en el índice de alimentación sana (p = 0,001) y el consumo de energía diario por equivalentes metabólicos (p = 0,040), y redujo el tiempo invertido en actividades sedentarias (-6,48 frente a 0,24 horas/semana; p = 0,002).

A los 18 meses, 60,8% del grupo con intervención se había embarazado, en comparación con solo 38,6% de controles (p = 0,021); y los embarazos espontáneos (es decir, entre las que no utilizaron tratamientos para fertilidad) casi se triplicaron, ocurriendo en 33,3% frente a 12,3% (p = 0,009).

El criterio principal de valoración, nacidos vivos a los 18 meses, no fue significativamente diferente entre los grupos con intervención y de control (51,0% frente a 36,8%; p = 0,139), pero la diferencia (que fue casi 40% más alta en el grupo con intervención) fue "clínicamente significativa en alto grado", dijo Belan.

Algunas mujeres habían expresado la inquietud de que entrar en el estudio y posponer el tratamiento para fertilidad durante 6 meses si eran aleatorizadas a la intervención pudiera afectar de manera adversa su capacidad para la concepción ulterior.

Sin embargo, al parecer no fue el caso, ya que las tasas de embarazo aumentaron con el tiempo en el grupo que recibió intervención en el estilo de vida, de 17,6% en los primeros 6 meses hasta 23,5% hacia los 12 - 18 meses, frente a un descenso de 17,6% a 5,3% para los controles.

La Dra. Cardozo comentó que "la reducción de peso no fue tan impresionante, pero hubo cambios positivos impresionantes. Así que puede haber algo independiente de la pérdida de peso".

También puntualizó que solo eliminar dos refrescos azucarados al día se acercaría a lograr las metas dietéticas para la intervención, señalando que "esto no es tan difícil, no tiene que ser tan drástico. Reducir algunas calorías, ser más activo. Ahora tenemos un estudio que muestra que si se toman estas medidas, mejoran las probabilidades. Necesitamos brindar las herramientas a las pacientes".

Belan y la Dra. Cardozo han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.