Vitamina B3: de aliado contra el colesterol a factor de riesgo de infarto

S. Moreno Madrid
19/02/2024 Un nuevo estudio en ‘Nature Medicine’ advierte sobre cómo ingerir altas dosis de niacina o vitamina B3 puede promover la enfermedad cardiovascular.

El exceso de productos de descomposición de la niacina o vitamina B3 puede relacionarse con más riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular, en concreto por infarto de miocardio y por accidente cerebrovascular, según concluye un estudio en Nature Medicine hecho público hoy lunes. Los autores de este trabajo, dirigidos por Stanley Hazen, jefe de Ciencias Cardiovasculares y Metabólicas en la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, han identificado un mecanismo molecular por el que demasiada vitamina B3 puede ser perjudicial.

La niacina es un micronutriente esencial presente de forma natural en múltiples alimentos, como los huevos, las carnes magras y las legumbres; el organismo también puede producirlo mediante el triptófano, un aminoácido que se libera al digerir proteínas. Y, además, son habituales las harinas y cereales enriquecidas con niacina. El consumo de esta vitamina se encuentra, por tanto, suficientemente cubierto en la alimentación occidental.

En investigaciones previas se ha demostrado que la niacina puede reducir los niveles de colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad (c-LDL) y aumentar el de lipoproteínas de alta densidad (HDL), así como disminuir el de los triglicéridos. Sin embargo, en otros trabajos, como un metanálisis publicado en The Journal of the American College of Cardiology, no se ha constatado que ese efecto suponga menos riesgo de enfermedad cardiovascular.

'PARADOJA DE LA NIACINA'
“Por lo tanto, se ha reconocido que la niacina tiene un efecto más complejo sobre los eventos de enfermedades cardiovasculares o ECV (la llamada "paradoja de la niacina", por la que que reduce el colesterol LDL, pero no el riesgo de eventos de ECV), presumiblemente a través de mecanismos independientes del colesterol”, indican los investigadores en el artículo de Nature Medicine.

Su investigación proporciona una explicación a esa paradoja, al mostrar que un producto de degradación de la niacina puede promover la inflamación en los vasos sanguíneos.

MUESTRAS DE PLASMA
Para ello analizaron muestras de plasma de 4.325 personas en tres cohortes de pacientes que incluyen hombres y mujeres de Estados Unidos y Europa. El grupo de Hazen encontró que dos productos de descomposición de la niacina -los metabolitos N1-metil-2-piridona-5- carboxamida (2PY) y N1-metil-4-piridona-3-carboxamida (4PY)- se asocian con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

Esa observación se corroboró con posteriores análisis genéticos y en modelos experimentales, donde los autores demostraron que el mayor riesgo puede estar mediado por la capacidad de uno de estos productos de degradación (4PY) para aumentar la abundancia de la proteína proinflamatoria VCAM-1 en las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos.