Estar en forma podría mejorar la potencia cerebral de los niños

MARTES, 19 de agosto de 2014 (HealthDay News) -- Quizá parezca que el ejercicio
y la potencia cerebral de los niños no se relacionen de cerca, pero un pequeño
estudio reciente apunta a que la buena forma física podría ofrecer una súper
carga a las mentes de los niños.

El hallazgo no prueba que la buena forma física en realidad haga que los niños
sean más inteligentes, pero provee respaldo para la idea, comentaron los
investigadores.
"Nuestro trabajo sugiere que los niños con una buena forma aeróbica y física
tienen una mejor salud cerebral y unas habilidades cognitivas [del pensamiento]
superiores que sus compañeros con una condición física menos buena", comentó la
autora del estudio, Laura Chaddock-Heyman, investigadora postdoctoral del
departamento de psicología de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign.
"Con algo de suerte, estos hallazgos reforzarán la importancia de la buena forma
aeróbica durante el desarrollo, y conducirán a oportunidades adicionales de
actividad física dentro y fuera del ámbito escolar".
Los investigadores iniciaron su estudio para obtener más información sobre las
conexiones entre la forma física y el cerebro en los niños. Otras
investigaciones han conectado unos niveles más altos de buena forma física con
una atención, memoria y habilidades académicas mejores, apuntó Chaddock-Heyman.
Y dos estudios recientes hallaron que los niños con una buena forma física son
más propensos a tener unas mejores habilidades lingüísticas y a que les vaya
bien en las pruebas estandarizadas de matemáticas y lectura.
Pero sigue habiendo misterios. Si bien un ejercicio moderado mejora la potencia
cerebral durante unas horas, por lo que hacer ejercicio antes de un examen es
una buena idea, no está claro cómo la forma física afecta al cerebro a largo
plazo, apuntó Bonita Marks, directora del Laboratorio de Enseñanza de Ciencias
del Ejercicio de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill. "Hay
menos certeza sobre el impacto crónico, y para la salud, es realmente la clave
para la investigación futura y la gestión de la salud", añadió.
El nuevo estudio no examinó ninguna habilidad del pensamiento, sino que solo
observó la "materia blanca" del cerebro, que ayuda a las distintas regiones del
cerebro a comunicarse entre sí. Los investigadores escanearon los cerebros de 24
niños de 9 y 10 años de edad, y hallaron que la materia blanca era distinta en
los niños con una mejor forma física, una señal potencial de unos cerebros
mejores conectados.
Unos niveles mejores de forma física podrían fomentar el flujo sanguíneo,
aumentar el tamaño de ciertas áreas del cerebro y mejorar la estructura de la
materia blanca, planteó Chaddock-Heyman.
¿Qué significan los hallazgos para el panorama general?
Saberlo con certeza resulta difícil. Megan Herting, miembro postdoctoral de la
división de investigación sobre Niños, Jóvenes y Familias del Hospital
Pediátrico de Los Ángeles, apuntó que los niños con unos peores niveles de
condición física también pesaban más, "así que no está claro si es en realidad
la forma física o la gordura lo que podría estar afectando al cerebro. "Los
estudios muestran que los individuos obesos tienen unos cerebros distintos en
comparación con sus pares de peso normal", comentó.
En cuanto al estereotipo del nerd debilucho y delgado, Herting sugirió que quizá
sea tiempo de repensarlo. "Estos hallazgos desafían la idea de que si uno tiene
una buena forma aeróbica, es probable que sea tonto. De hecho, desde una
perspectiva evolutiva, estamos hechos para movernos. Entonces, en lugar de que
la buena forma física sea 'buena' para el cerebro y la cognición, es posible que
ser sedentario sea 'malo'".
Ahora, los investigadores están trabajando en un estudio que asigna a los niños
a participar en programas de ejercicio para ver qué sucede en sus cerebros con
el tiempo en comparación con otros niños, comentó Chaddock-Heyman.
El estudio aparece en la edición de agosto de la revista Frontiers in Human
Neuroscience.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Laura Chaddock-Heyman, Ph.D., postdoctoral researcher, department of
psychology, University of Illinois at Urbana-Champaign; Bonita Marks, Ph.D.,
professor, exercise physiology, and director, Exercise Science Teaching Lab,
department of exercise and sport science, University of North Carolina at Chapel
Hill; Megan Herting, Ph.D., postdoctoral fellow, division of research on
children, youth and families, Children's Hospital of Los Angeles; August 2014
Frontiers in Human Neuroscience
HealthDay