Pfizer reconoce que su «vacuna COVID» no previene la transmisión, en el Parlamento Europeo.

Por Almudena Zaragoza Bióloga Nº Col. 19086M
La vergonzosa contestación de la representante de Pfizer J. Small a la pregunta de R. Roos «¿Estaba la vacuna COVID testada para frenar la transmisión del virus, antes de entrar en el mercado?«, ha encendido las redes a lo largo y ancho del mundo. Su comparecencia ante el Parlamento Europeo ha sido la verdad más bochornosa que hemos vivido en los últimos 3 años.

Hartos de mentiras, la representante de Pfizer nos desvela entre nerviosas sonrisas una dura realidad: que jamás se probó esta nueva tecnología del ARN mensajero, no se sabía si realmente prevenía, menos si inmunizaba y aún menos si salvaba vidas. Pero entonces, ¿cómo es posible que nuestras autoridades asegurasen que si no nos vacunábamos podíamos matar a nuestros familiares en la cena de Navidad? ¿Cómo ha sido posible que hayan impuesto un pasaporte COVID impidiendo viajar o tomar una caña en el bar a millones de personas si no se vacunaban? ¿Cómo es posible que hayan orquestado una campaña de difamación contra colectivos como el nuestro, fomentando el delito de odio contra personas como nosotros que estábamos diciendo lo que hoy se confirma en el Parlamento Europeo? La respuesta es corrupción. Hoy hasta los más repugnantes diarios que nos tachaban de negacionistas y de irresponsables hablan dignos de la «decepción que tienen con Pfizer», eso sí nombrando a los antivacunas «que han encendido las redes» y sin mencionar la sobremortalidad.

De lo que se olvidan los que llegan tarde a criticar la impunidad con la que una macro farmacéutica ha corrompido y utilizado a todos los estamentos de la sociedad para inocular una nueva tecnología experimental de la que nada bueno se sabía ya con anterioridad, es de los muertos. No es que sea un escándalo el dinero de los contribuyentes que se ha destinado a pincharnos una innovadora terapia génica, es la lista enorme de muertos y damnificados que deja y sigue dejando «recordemos que en España se está inoculando la cuarta dosis». ¡Por qué nadie se acuerda de la enfermedad y la muerte que estos productos han generado! La división, el delito de odio, la segregación, la coacción, la depresión, la ruina económica, el robo y expolio a la población, ¡el más absoluto terror!

Debería darles vergüenza a los medios de comunicación oficiales si quiera hablar de este asunto, ya que han sido los colaboradores lacayos perfectos, comprados con el sucio dinero de las farmacéuticas. Pero hay una cuestión de trasfondo que tampoco nadie está comentando «la transmisión», ¿transmisión de qué? ¿De un virus chino de pangolín y murciélago que vino volando? Jamás se demostró que estuviese aislado en pacientes enfermos ningún virus. El propio Ministerio de Sanidad Español así lo confirmó a través del Portal de Transparencia «no tenían cultivos del virus SARS CoV 2».

ANEXOS.pdf (biologosporlaverdad.es)
Cada vez está más claro que esta pesadilla que hemos vivido se ha debido a la enorme corrupción del sistema político sanitario, que propició y dio carta blanca a una serie de grandes empresas, que satisficieron las necesidades del mercado, vendiendo una terapia génica jamás testada, para un virus no aislado. Y para ello, pasaron por encima de nuestras vidas demostrando que éstas no tienen ningún valor.

Sin duda, ahora más que nunca urge que la teoría del contagio caiga. Virus y bacterias no son nuestros enemigos, son parte de la vida. La verdadera enemiga es la profunda corrupción que nos gobierna. Así que cada vez que nos digan que la vacuna no evita la transmisión, recordad que jamás se aisló ningún virus. Y por favor, no os olvidéis de muertos y damnificados, ellos ahora nos necesitan.

Macarena Alvarez-Mon
octubre 16, 2022 a las 1:56 pm
Que razón tienes Almudena Zaragoza. Hemos estado manejados por las élites a través del miedo y del desconocimiento. Familiares y amigos han muerto «como perros» sin una mano amiga que pudiera asistirles. En muchas de las Residencias de mayores atados a las camas, sin personal que les atendiera y dejados de la mano de Dios. Se han enemistado muchas familias por estar unos inoculados y otros no. Nos han puesto unos pasaportes como los del los judíos y un control absurdo para no poder salir ni de nuestras Comunidades. ¿Y ahora? Nos sale la de Pfizer, sí con una sonrisita nerviosa, diciendo que no estaba testado lo que miles de Gobiernos compraron con nuestro dinero. ¿Entonces qué es lo que se puso? ¿Para qué se puso? ¿Porqué esas prisas? ¿Porqué se sigue recomendando e inoculando? Deseo que toda esa gente que se ha enriquecido a costa de las desgracias ajenas y de los muertos que han dejado y dejarán por el camino no encuentren nunca la paz de espíritu. El tiempo pondrá todo en su lugar.