El diagnóstico tardío de la celiaquía puede poner en riesgo vidas: ¿Es la detección sistemática la solución?

La celiaquía es uno de los trastornos crónicos más frecuentes en Europa y pero muchas personas persisten sin el diagnóstico y los retrasos prolongados en el mismo pueden poner en riesgo sus vidas. Hoy día, los médicos están exhortando a que se valoren las pruebas de celiaquía en toda persona que muestre signos y síntomas del trastorno y que se considere la detección sistemática de todos los individuos de los grupos con alto riesgo.

 

En un artículo publicado en el número especial de este mes de la revista UEG Journal sobre la celiaquía, se evaluó la viabilidad de la detección sistemática de esta enfermedad en la población general y se llegó a la conclusión de que puede ser adecuada la detección de familiares en primer grado de personas con celiaquía, pacientes con diabetes de tipo 1, anemia ferropénica, síndrome de Down y otros grupos con alto riesgo.1
"Esta investigación importante resalta la utilidad de las pruebas serológicas para la celiaquía en toda persona con síntomas que podrían deberse al trastorno y a todos los individuos sintomáticos de grupos con alto riesgo", dice el Profesor Antonio Gasbarrini del Hospital de la Universidad Gemelli en Roma, Italia. "Es decisivo que comencemos ahora a poner en práctica medidas positivas en todos los países de Europa para atacar este trastorno frecuente y disminuir sus consecuencias graves para la salud".
Un diagnóstico de celiaquía por lo general se establece con base en la presentación de anticuerpos al gluten en el organismo, además de los datos de inflamación identificados en la biopsia de intestino delgado.2 Sin embargo, la disponibilidad de pruebas sanguíneas, sensibles y específicas para marcadores de la celiaquía ha planteado la posibilidad de la detección sistemática de este padecimiento en toda la población, con miras a asegurarse de un diagnóstico más temprano y un tratamiento más oportuno de este trastorno.
"La celiaquía se trata fácilmente con una dieta sin gluten, de manera que es inaceptable que las personas padezcan estos síntomas durante muchos años antes que se les diagnostique adecuadamente", dice el profesor Gasbarrini. "Ahora contamos con pruebas de detección en la sangre que son sencillas, inocuas y exactas y es tiempo que comencemos a utilizarlas con eficacia para limitar el daño causado por este trastorno común".
La celiaquía es un trastorno autoinmunitario, determinado por factores genéticos y debido a una intolerancia permanente al gluten presente en el trigo, la cebada y el centeno. El trastorno produce inflamación en el intestino delgado, lo que desencadena diarrea, pérdida de peso, fatiga y otros síntomas inespecíficos. Se ha estimado que cerca de 1% de la población puede tener celiaquía, aunque varían las estimaciones entre los países y al parecer está aumentando la prevalencia de la enfermedad.1 Si no se diagnostica y no se trata, la celiaquía puede tener un efecto profundo en la calidad de vida,3 puede desencadenar resultados adversos en el embarazo4 y se ha relacionado con una disminución de la esperanza de vida.5
"Lamentablemente, dado que los síntomas de la celiaquía suelen ser vagos y similares a los del síndrome de intestino irritable, en muchas personas con celiaquía no se establece el diagnóstico y muchas a las que se diagnostica habrán esperado 10 años o más para confirmar el diagnóstico", dice el profesor Gasbarrini. "En el mejor de los casos, posiblemente solo a una cuarta parte de todos los pacientes con celiaquía les haya efectuado el diagnóstico un médico, por lo que queda un gran número de personas que todavía tienen riesgo".
Referencias:
Ludvigsson JF, Card TR, Kaukinen K, et al. UEG Journal 2015;3(2):106-120.
Ludvigsson JF, Bai JC, Biagi F, et al. Gut 2013; 62:43-52.
Norström F, Lindholm L, Sandström O, et al. BMC Gastroenterol 2011;11:118.
Khashan AS, Henriksen TB, Mortensen PB, et al. Hum Reprod 2010;25(2):528-34.
Rubio-Tapia A, Kyle RA, Kaplan EL, et al. Gastroenterology 2009;137(1):88-93. 6. Mustalahti K, Catassi C, Reunanen A, et al. Ann Med 2010;42:587-95.
Fuente: Science Daily