Un tercio de los pacientes crónicos mayores de 65 años vive solo

A partir de los 65 años, hasta el 71,8% de la población sufre algún tipo 

de enfermedad crónica. Como promedio, estos pacientes padecen 4,3
enfermedades crónicas al mismo tiempo, entre las que destacan las
reumatológicas (58,8%) y la hipertensión (54,9%).

Según se desprende de la ‘Encuesta nacional de pacientes crónicos: estudio social de
necesidades”, impulsada por la Sociedad Española de Medicina Interna
(SEMI), con la participación de la Sociedad Española de Medicina de
Familia y Comunitaria (semFYC) y la Federación de Asociaciones de
Enfermería Comunitaria y Atención Primaria (FAECAP) y la colaboración de
Boehringer Ingelheim.

Con el objetivo de conocer la realidad socio asistencial de los pacientes
crónicos mayores de 65 años en España y sensibilizar sobre la importancia
de promover y potenciar los planes o estrategias de salud en materia de
asistencia al paciente crónico, el estudio –cuyo centro coordinador y
dirección ha llevado a cabo S&H Medical Science Service- ha realizado
1.400 entrevistas telefónicas a pacientes de todas las Comunidades
Autónomas, edad y sexo de forma proporcional a su distribución real.

Así, los resultados del estudio reflejan las percepciones y opiniones que
tienen los pacientes crónicos de edad avanzada en España sobre sus
enfermedades y sus relaciones con el sistema asistencial.

“El paciente debe ser el centro de los sistemas sanitarios y no podrá
serlo si no conocemos todo aquello que le preocupa, sus valores, su forma
de vida, etc.” Todo ello es lo que hemos pretendido conocer con esta
encuesta. El reto que todos tenemos por delante es conseguir una nueva
organización socio-sanitaria que responda a las múltiples necesidades de
las personas mayores”, comenta la Dra. Pilar Román, presidenta de la SEMI.


Perfil sociodemográfico de los pacientes crónicos mayores de 65 años
Según destaca el Dr. Domingo Orozco, vicepresidente de la semFYC, el
estudio revela que un tercio de estos pacientes vive solo (el 32%) y el
33,2% no tiene estudios o tiene estudios primarios incompletos. Asimismo
el 66% de los hogares no cuentan con un cuidador que les ayude en las
tareas cotidianas.
Por otra parte, aunque la mayoría de los pacientes crónicos de edad
avanzada tienden a percibir sus hábitos de vida como saludables (realizan
algún tipo de ejercicio físico y procuran comer alimentos saludables), un
32% reconoce tener un déficit en este sentido.

Las patologías más frecuentes que cursan con dolor o presentan una
sintomatología invalidante son las que más preocupan a estos pacientes. En
concreto, las enfermedades reumáticas (19,9%) y la diabetes (8,9%).

“Aunque la patología osteo-articular supone el mayor porcentaje de éstas y
las que más interfieren en su calidad de vida como parece obvio por el
dolor e incapacidad que pueden ocasionar, existen otras frecuentes, la
hipertensión arterial, por ejemplo, a la que no conceden demasiada
importancia y que, sin embargo, puede ser el origen de graves
complicaciones”, explica la Dra. Román.

Respecto a cómo les afecta su situación de salud a su vida cotidiana, el
44,7% dice que mucho o algo y el 34,3% que les afecta a su estado de
ánimo.

Cuando la enfermedad empeora, el 33% declara que “no hace nada”,
simplemente espera a que pase; el 30% pide cita en el centro de salud, el
16,1% tomas sus propias decisiones sobre su tratamiento y sólo el 7,2%
acude a urgencias del hospital.

¿Conocen los pacientes crónicos su enfermedad?
Dentro de las estrategias de abordaje del paciente crónico anciano, el
conocimiento de su propia enfermedad es un aspecto importante. En este
sentido, el estudio revela que uno de cada cuatro pacientes dice no
conocer bien su enfermedad, y de estos sólo la mitad reconoce la
importancia de tener un mejor conocimiento de la misma, destaca el Dr.
Orozco. “Asimismo –subraya-, casi el 72% dice no haber recibido formación
en consulta sobre la patología lo que nos debe hacer valorar si la
pregunta se ha entendido adecuadamente y si la información aportada en
consulta es recibida por los pacientes”.

En este punto, Lucía Serrano, expresidenta de FAECAP y miembro del Grupo
de Crónicos de FAECAP, expresa: “como enfermeras nos preocupan los
posibles déficits de conocimientos que sobre la enfermedad puedan tener;
un 52% de los encuestados contestan que sí la conocen, no obstante,
también manifiestan que hay que aumentar la formación a través de
pacientes ya formados. Así, valoran muy bien que esta sea dada por
iguales, por tanto, programas como los de Pacientes expertos, pueden tener
buena acogida en esta población”.

Por otra parte, para Lucía Serrano -aunque la mayoría de los pacientes
dicen tener una buena comunicación con el médico y/o la enfermera-,
“habría que mejorar los sistemas de comunicación con nuestros pacientes,
así como analizar los circuitos que tras el alta hospitalaria se
instauran, pues es el momento crítico en el que perdemos el seguimiento
del paciente, tal y como se deduce de las respuestas a la encuesta”.

Los tratamientos farmacológicos son los más habituales entre los pacientes
crónicos de edad avanzada, siendo también muy frecuentes el seguimiento de
pautas de vida saludable como dietas y ejercicio físico. “La encuesta
–apunta la Dra. Román- confirma que somos una sociedad muy medicalizada,
ya que hasta el 96% afirmaba tomar medicamentos”.

La mayoría de los pacientes declara que les resulta fácil o muy fácil
seguir el tratamiento, datos que, según la representante de FAECAP, “no
coinciden con los elevados índices de incumplimiento terapéutico que se
observan entre la población pluripatológica”.

Según los encuestados, entre las razones que puede dificultarles seguir
los tratamientos se encuentran el alto número de pastillas/dosis o la
dificultad para recordar la pauta (40,5%). En este sentido, los pacientes
ven necesaria una ayuda por parte del profesional para una mejor
adherencia terapéutica.

El médico de familia es el profesional que suele llevar en la mayoría de
los casos la enfermedad principal de los pacientes crónicos, pero no es
despreciable el porcentaje que precisa de los especialistas hospitalarios.
Así, los especialistas de hospital (17,9%), de los centros de
especialidades (17,8%), y los médicos internistas (10%) también son
responsables de una parte importante de estos pacientes, más significativa
entre los pacientes con más patologías, 5 o más enfermedades.

“Destaca – comenta la Dra. Román- que los pacientes no conceden
importancia a la coordinación entre los profesionales, caballo de batalla
y objetivo primordial de todos los responsables de la atención sanitaria
que podría disminuir considerablemente las listas de espera que los
pacientes exponen como factor menos satisfactorio del sistema sanitario. Y
es sorprendente que no haya diferencias en ninguno de los ítems
preguntados entre las diferentes comunidades autónomas”.

En cuanto a la atención domiciliaria, uno de los pilares de la estrategia
de abordaje de la cronicidad,sólo un 4,2% de los pacientes la reciben de
forma habitual y un 9,4% ocasionalmente.

“Desde nuestra disciplina de enfermería hemos realizado un amplio número
de debates sobre la atención en domicilio y, si bien tenemos muy claro que
el ámbito de atención de estos pacientes es el domicilio, los sistemas
organizativos actuales no lo favorecen, por lo que sería un tema a mejorar
en gran medida”, señala Lucía Serrano.

Aspectos mejor y peor valorados de la atención recibida
La satisfacción general con el SNS es muy alta: el 83,7% de los pacientes
crónicos califica la asistencia recibida como “buena” o “muy buena”.

Tal es así, que todos los aspectos relacionados con la atención obtienen
una buena calificación. Entre los mejor valorados destacan la información
que reciben, el trato personal y las pruebas y análisis realizados. Las
listas de espera, los tiempos para citaciones con especialistas y los
trámites administrativos son los aspectos que merecen peor puntuación.

A raíz de los resultados, para el Dr. Orozco debe potenciarse la Atención
Primaria, sobre todos los aspectos organizativos y muy especialmente la
atención domiciliaria, puesto que existen evidencias de su impacto en la
mejora clínica de los pacientes.

Fuente: Berbés Asociados