Las personas que consumen cocaína presentan el triple de infartos que la población no consumidora

España es, después del Reino Unido, el país europeo con mayor consumo de esta 

sustancia. Según un estudio publicado en la última edición de Revista Española de
Cardiología (REC), las personas que consumen cocaína tienen hasta tres
veces más infartos que la población no consumidora de esta sustancia.

 

La investigación, llevada a cabo por la Universidad de Sevilla y el
Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, estudió un total de
5.475.325 pacientes ingresados mayores de 18 años de 87 hospitales
españoles durante el período de 2008 al 2010. Entre los ingresos hubo
24.126 pacientes con dependencia o abuso a la cocaína y un total de 79.076
casos de infarto agudo de miocardio (IAM). Según el análisis, los
pacientes con trastorno por consumo de cocaína alargan la estancia
hospitalaria una media de 1,5 días y aumentan el coste de la misma una
media de 382 euros.

La cocaína está asociada al desarrollo de insuficiencia cardíaca. Esta
sustancia estimula el sistema nervioso simpático aumentando su
sensibilidad a la noradrenalina e incrementando la concentración de
adrenalina hasta cinco veces por encima de los niveles normales, promueve
la liberación de endotelina-1 (un potente vasoconstrictor), e inhibe la
producción de ácido nítrico (el principal vasodilatador). Además,
favorece la trombosis coronaria, activando las plaquetas y favoreciendo su
agregación.

“Tras el consumo prolongado de cocaína pueden sufrirse muchos trastornos
agudos y aparecer lesiones crónicas, incluyendo cardiopatías tóxicas, que
empeoran el pronóstico de estos pacientes”, apunta el Dr. Miguel Gili
Miner, responsable del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del
Hospital Universitario Virgen Macarena.

Pacientes hospitalizados con trastorno por consumo de cocaína

Los pacientes ingresados con trastorno por consumo de cocaína son más
jóvenes que los que no sufren esa adicción (de media tienen una edad de
37,3 años), principalmente se trata de hombres (el 78,2%), que presentan
mayor prevalencia de hepatopatías, sida, pérdida de peso y depresión pero
tienen menos incidencia de otras enfermedades asociadas al riesgo
cardiovascular como obesidad, hipertensión, arritmias o diabetes, entre
muchas otras, un hecho que puede explicarse al tratarse de personas
jóvenes.

Según el estudio publicado en la revista de la Sociedad Española de
Cardiología (SEC), la franja de edad con mayor prevalencia de trastornos
por cocaína entre los pacientes hospitalizados es la de varones de entre
35 y 44 años, seguido del grupo de varones menores de 35 años,
representando un 3,11% y un 2,90% de los pacientes respectivamente.
Además, existe una relación directa entre la edad en la que se consume
cocaína y la incidencia del infarto, ya que mientras que la presencia de
infartos en la franja de edad de 35 y 44 años es del doble que entre los
no consumidores de cocaína, en las personas de 45 a 54 años se triplica y
en la de 55 a 64 años se quintuplica.

El Dr. Miguel Gili Miner explica que, “el aumento de infartos a mayor edad
y consumo de cocaína es debido tanto al efecto nocivo del consumo
prolongado de esta sustancia como a la presencia de mayores
comorbilidades”.

El consumo de cocaína en España

Según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías,
actualmente España es, después del Reino Unido, el país europeo con mayor
prevalencia de consumo de cocaína entre los 15 y los 64 años de edad y es
que un 8,3% la ha consumido alguna vez.
El consumo de esta sustancia es especialmente preocupante en la franja de
edad entre los 15 y los 34 años en la que un 5,5% afirma haberla consumido
durante el último año y un 1,9% durante el último mes.

Poliadicción a distintas drogas

La poliadicción a distintas sustancias es un problema común entre los
pacientes que presentan trastornos a causa del consumo de droga. Tras el
estudio se detectó que de los pacientes que eran hospitalizados con
trastornos por consumo de cocaína, un 58,9%% eran adictos al tabaco, un
50,3% al alcohol, un 35,7% al cannabis y un 33,1% a los opiáceos.

El Dr. Miguel Gili Miner explica que, “el consumo simultáneo de cocaína y
tabaco aumenta la frecuencia cardíaca, la energía de contracción y la
presión arterial, incrementando la demanda de oxígeno mientras, a causa de
la vasoconstricción, disminuye el aporte de oxígeno. Por otro lado, el
consumo simultaneo de cocaína y alcohol produce cocaetileno que potencia
los efectos tóxicos de la cocaína y bloquea las terminaciones nerviosas” y
concluye que, “lo ideal sería tratar al paciente con intervenciones breves
o mediante la deshabituación de sus adicciones en centros especializados,
incluyendo el tabaco, ya que se ha demostrado que estas actividades son
eficaces en la prevención de nuevos casos de infarto agudo de miocardio”,
concluye el Dr. Miguel Gili Miner.

Fuente: apple tree communications