Más horas de sueño, mayor disminución de peso, ensayo aleatorizado

Dr. F. Perry Wilson

16 de febrero de 2022 Bienvenido a Factor de Impacto, su dosis semanal de comentarios sobre un nuevo estudio en medicina. Soy el Dr. F. Perry Wilson de la Facultad de Medicina de la Yale University en New Haven, Estados Unidos.

¿No sería estupendo poder bajar de peso simplemente acostado en la cama? Pues resulta que sí es posible, según un nuevo estudio aleatorizado publicado en JAMA Internal Medicine.[1]

¿El truco? Tiene que estar dormido.

Me fascinó leer este artículo que trae al mundo real datos que antes solo existían en experimentos de laboratorio muy controlados: cuando la gente duerme menos, come más.

Las investigaciones anteriores en este campo han sido muy coherentes.[2 3] Si a un individuo se le obliga a dormir solo 4 o 5 horas por noche, en un laboratorio de sueño, consumirá más calorías al día siguiente. Todavía se está dilucidando el mecanismo de esta relación (las hormonas, las citocinas y otras sustancias que activan el eje sueño-hambre), pero el vínculo está claro.
Anecdóticamente, estoy totalmente convencido de esto. Era mi costumbre, después de la guardia cuando era residente, parar en Boccella's Deli, en Havertown, camino a casa. Su filete de pollo con queso de 30 cm de largo era exactamente lo que quería después de 30 horas en el hospital.

Pero una cosa es constatar que la gente come más cuando está cansada. Otra cosa es demostrar que al aumentar el sueño podemos disminuir la ingesta de calorías.
Para averiguarlo, los investigadores dirigidos por la Dra. Esra Tasali, de la University of Chicago en Illinois, Estados Unidos, aleatorizaron a 80 individuos con sobrepeso y que dormían menos de 6,5 horas por noche, para que recibieran recomendaciones personalizadas sobre el sueño (extensión del sueño) a fin de aumentar el tiempo que pasaban durmiendo o nada (solo visitas agendadas al estudio).

Las recomendaciones eran bastante sencillas, cosas que todos podríamos hacer un poco mejor, creo: disminuir la luz ambiental, establecer una rutina a la hora de acostarse, limitar el uso del teléfono y la televisión en la cama, disminuir el consumo de cafeína y aumentar el ejercicio. Lo más importante es que a cada participante se le dio como objetivo un horario para acostarse y levantarse, un objetivo a cumplir.
Y las recomendaciones funcionaron. Después de un periodo de preinclusión de dos semanas, el grupo asignado a la intervención logró alrededor de 1,5 horas adicionales por noche, según documentaron los monitores de muñeca, y se mantuvo así durante el resto de las dos semanas del estudio.
Sin embargo, esa no es la parte interesante. A continuación, los investigadores indagaron en el balance energético de estos individuos –las calorías que ingerían y las que eliminaban– utilizando agua doblemente marcada para obtener mediciones precisas. Descubrieron que el grupo aleatorizado para dormir más tiempo tuvo una disminución significativa de la ingesta total de energía (es decir, de las calorías ingeridas) durante el periodo de estudio, del orden de 150 calorías menos al día. No tuvieron ninguna diferencia en el gasto energético total (calorías que se consumen).
Y, dado que las calorías ingeridas disminuyeron y las calorías eliminadas se mantuvieron igual, el grupo asignado a la intervención bajó de peso, alrededor de medio kilo en 2 semanas.

Ahora bien, 150 calorías menos al día pueden no parecer mucho, eso es más o menos la cantidad que hay en media dona. Pero los pequeños cambios en la ingesta de calorías se acumulan. Existen modelos validados para ello.[4] Si esta reducción de la ingesta calórica se mantuviera en el transcurso del tiempo, una persona podría perder unos cuantos kilos al año solo por dormir un poco más. Es un buen trato.

Y, por supuesto, el sueño es bueno para algo más que bajar de peso. Los participantes en el grupo de extensión del sueño también declararon que tenían significativamente más energía durante el día, estaban más alerta y tenían mejor humor.

Por tanto, hay dos conclusiones importantes de este agradable ensayo aleatorizado. Uno: Dormir más es saludable. Dos: Dormir más es posible. Es esto último lo que podría tener más impacto para los que luchamos por dormir más de seis horas y media por noche. Podemos hacerlo mejor si hacemos un plan. Descansemos un poco.