Las siestas vespertinas están relacionadas con una mejor cognición en adultos mayores

Deborah Brauser

5 de febrero de 2021 Las siestas por la tarde de los adultos mayores se vinculan con una mejor memoria y mejores habilidades del lenguaje, sugiere una nueva investigación.[1]

Un estudio aleatorizado con más de 2000 adultos mayores en China mostró que aquellos que tomaron siestas por la tarde que duraron menos de 2 horas obtuvieron puntuaciones significativamente mejores en las medidas de función cognitiva que sus contrapartes que no tomaron siestas.

Los puntajes totales y los puntajes de orientación y función del lenguaje en el Mini-examen del estado mental (MMSE) fueron significativamente más altos en el grupo de siesta, al igual que los puntajes de orientación en la versión de Beijing de la Evaluación cognitiva de Montreal (MoCA). Otras pruebas también mostraron diferencias significativas entre los grupos en la fluidez del lenguaje y la extensión de los dígitos.

Curiosamente, un subanálisis mostró que entre los voluntarios que se sometieron a pruebas de lípidos en sangre, los que tomaron una siesta tenían niveles más altos de triglicéridos. No hubo diferencias entre los grupos en los niveles de colesterol, lipoproteínas de baja densidad (LDL) o lipoproteínas de alta densidad (HDL).

El autor para correspondencia Dr. Lin Sun del Alzheimer's Disease and Related Disorders Center y del Departamento de Geriatría y Psiquiatría en el Shanghai Mental Health Center, en Shanghái, China, señaló que las siestas parecen ser muy importantes para esta población.

"Este estudio encontró que una siesta adecuada es buena para preservar la función cognitiva, por lo que alentamos a los adultos mayores a tomar una siesta adecuada", dijo a Medscape Noticias Médicas el Dr. Sun, que también está afiliado a la Facultad de Medicina de la Shanghai Jiao Tong University.

Los hallazgos se publicaron en versión electrónica el 25 de enero en General Psychiatry.

Hallazgos contradictorios
Los estudios anteriores que han examinado la función cognitiva y la siesta han tenido resultados contradictorios, algunos muestran resultados positivos y otros sugieren lo contrario. Para el estudio actual, los investigadores buscaron examinar la asociación en una población donde prevalece una "cultura de la siesta".

"La siesta es muy común en los chinos, incluso es una característica nacional, y los adultos mayores tienen una mayor frecuencia de siestas", dijo el Dr. Sun. Entonces, "recopilamos información relevante en una gran encuesta y los resultados del análisis fueron interesantes".

Los investigadores analizaron datos de una gran encuesta epidemiológica nacional e incluyeron a 2.214 participantes de 55 años o más. De estos, 1.534 (69,3%) informaron que dormían una siesta. La siesta se definió como la participación en "periodos de al menos cinco minutos consecutivos calificados como sueño (inactividad) después del almuerzo, fuera del horario principal de sueño".

Los participantes también informaron sobre la frecuencia y se recopilaron datos demográficos. Los investigadores no encontraron diferencias significativas entre los que dormían y los que no dormían una siesta, con respecto al sexo (masculino 58,4%, frente a femenino 59,7%) y edad promedio (71 frente a 70 años), años de educación (7,37 frente a 6,95) y horas de sueño nocturno (6,54 frente a 6,61 horas). Tampoco hubo diferencias significativas entre los grupos entre los participantes que fumaban, bebían alcohol o que tenían hipertensión o diabetes.

Los criterios de exclusión incluyeron antecedentes de enfermedad mental o disfunción cognitiva, ceguera, sordera o cualquier otro trastorno físico importante.

Además del MMSE y la versión de Beijing del MoCA, todos los participantes fueron evaluados utilizando la versión china del Neuropsychological Test Battery (NTB). Un subgrupo de 739 voluntarios también se sometió a pruebas de lípidos en sangre (personas que dormían siestas: n = 428).

¿Mediador inflamatorio?
Los resultados mostraron que el grupo que duerme la siesta tenía una puntuación total media del MMSE significativamente mayor que el grupo que no tomaba la siesta (25,3 frente a 24,56; p = 0,003), así como una mayor orientación (9,28 frente a 9,01; p < 0,001) y lenguaje (7,27 frente a 7,06; p = 0,02) en las puntuaciones del MMSE.

Además, los que duermen la siesta obtuvieron puntuaciones más altas de orientación en el MoCA (5,55 frente a 5,41; p = 0,006) y una mayor recolección de dígitos (3,24 frente a 12,48; p = 0,009) y fluidez del lenguaje (24,35 frente a 23,23; p = 0,02) en el NTB.

En el subgrupo que se sometió a la prueba de lípidos, los que dormían siestas también mostraron niveles más altos de triglicéridos que los que no tomaron siestas (1,80 frente a 1,75 mmol/l; p = 0,001).

"Los resultados demuestran que las siestas de la tarde estaban relacionadas con una mejor función cognitiva en la población china de edad mayor", escriben los investigadores.

Con respecto a los posibles mecanismos que podrían estar ocurriendo, los investigadores señalan que la "actividad de las citocinas inflamatorias juega un papel importante en los trastornos del sueño".

La siesta "se cree que es una respuesta evolucionada a la inflamación", y aquellos "con niveles más altos de inflamación también duermen la siesta con más frecuencia", añaden los investigadores.

Las limitaciones del estudio incluyen su diseño transversal y que no puede mostrar causalidad directa.

Al comentar para Medscape Noticias Médicas, Claire Sexton, D. Phil., directora de programas científicos y divulgación de la Alzheimer's Association, dijo que el estudio contribuye a "lo que entendemos sobre la relación" entre las siestas y la función cognitiva.

"Sabemos que el sueño es importante para la salud cognitiva desde una variedad de ángulos diferentes, pero el papel de las siestas todavía está en debate", dijo Sexton, quien no participó en la investigación actual.

Señaló que, aunque este estudio demostró que las siestas son benéficas, estudios previos las han vinculado con un empeoramiento del deterioro cognitivo en el futuro.

"Este es un estudio importante... pero no nos ha llevado a la respuesta definitiva ni al entendimiento definitivo todavía", dijo Sexton.

Señaló que el estudio destacó algunos factores importantes que deberían tenerse en cuenta, incluida la forma en que se miden las siestas. También señaló que la duración de la siesta puede ser importante.

El estudio actual limitó las siestas a no más de 2 horas, mientras que la mayoría de los estudios anteriores incluyeron siestas más largas. "Por lo tanto, podría ser que estas siestas más largas estén asociadas con un mayor deterioro cognitivo", anotó Sexton.

Otro punto importante, dijo, se refiere al contexto de la siesta. Por ejemplo, una siesta puede ser compensatoria y beneficiosa si ocurre después de una mala noche de sueño. "Pero si duermes bien por la noche y aún necesitas tomar largas siestas por la tarde, eso podría ser más una señal de advertencia", agregó.

Cuando se le preguntó si los hallazgos del estudio se pueden generalizar a la población de Estados Unidos, Sexton señaló que cerca de 70% de los participantes informaron haber tomado algún tipo de siesta, que puede ser alta en comparación con otros estudios.

"La cultura de la siesta varía de una región a otra, lo que puede limitar la traducción de los hallazgos. Por eso es tan importante que este tipo de investigación se realice en diferentes países, para que podamos comprender mejor qué factores son comunes y qué factores podrían estar limitados por factores regionales", concluyó Sexton.