La falta de sueño desencadena la ira

Megan Brooks

22 de septiembre de 2020 Un sueño nocturno adecuado puede ser importante para el control de la ira, según nuevos hallazgos que indican que la falta de sueño intensifica la frustración.[1]

En una serie de estudios, investigadores encontraron que la falta de sueño sistemáticamente aumentaba la ira en respuesta a frustración ambiental, interacciones competitivas y momentos de la vida cotidiana.

"La alteración del sueño puede contribuir a la ira y minar la adaptación a las condiciones frustrantes", comentó a Medscape Noticias Médicas el investigador del estudio, Zlatan Krizan, Ph. D., profesor de psicología y director del Sleep, Self, and Personality Laboratory, en la Iowa State University en Ames, Estados Unidos.

"En individuos con problemas de control de la ira la falta de sueño puede ser un factor desencadenante importante o un objetivo terapéutico para intervención", añadió Krizan.

Los hallazgos fueron presentados virtualmente en el 34º Congreso Anual de las Associated Professional Sleep Societies: SLEEP 2020.

"Fuerte evidencia causal"
"Se ha documentado bien el vínculo entre ira y sueño, pero aún no logran dilucidarse los motivos de esta asociación. En esta investigación analizamos datos indicativos de que la falta de sueño intensifica la ira, dado que a menudo aumenta la fatiga y la irritabilidad, y crea problemas de autocontrol", destacó Krizan.

En un estudio, los investigadores hicieron que 202 estudiantes universitarios llevaran un diario durante 30 días en el que informaban cuánto tiempo dormían cada noche; el número de factores sociales, laborales y académicos cotidianos estresantes y "la ira como estado". Se utilizó la modelización multinivel para calcular los efectos intrapersonales del sueño en la noche previa sobre la ira al día siguiente.

Los resultados demostraron que los estudiantes experimentaban más ira en los días siguientes a las noches que dormían menos (p < 0,001). En un estudio diferente, 142 residentes de la población mantuvieron su horario de sueño regular (grupo de control) o restringieron su sueño en su domicilio a unas 4 horas 2 noches por semana.

La restricción del sueño se confirmó mediante un Actiwatch y un diario de sueño. Después de esta manipulación se evaluó la ira durante la exposición a ruido irritante.

En contraste con los participantes del grupo de control, los del grupo con sueño restringido mostraron más ira y más intensa, en respuesta al ruido aversivo, lo que indica que la falta de sueño minó la adaptación emocional a las circunstancias frustrantes. La somnolencia subjetiva representó la mayor parte del efecto de la falta de sueño sobre la ira.

Un estudio relacionado de 124 individuos que participaron en un juego en línea competitivo tras la restricción del sueño mostró resultados similares, observándose más ira competitiva después de la falta de sueño.

"Antes de este estudio solo se ha contado con datos indirectos de que la falta de sueño puede intensificar la ira, y estudios experimentales no han creado contextos que en la práctica pudieran desencadenar la ira", dijo Krizan.

Estos resultados proporcionan "datos causales sólidos" indicativos de que la restricción del sueño aumenta la ira e incrementa la frustración en el curso del tiempo, añadió.

El mayor bien
"Se dispone de datos que indican que la privación de sueño conlleva estado de ánimo negativo y ansiedad", comentó a Medscape Noticias Médicas sobre los hallazgos el Dr. Nitun Verma, portavoz de la American Academy of Sleep Medicine, "pero es interesante que este estudio se dirija a una respuesta emocional negativa específica: la ira".

"Una persona con sueño deficiente puede tener más emociones negativas, y esto afecta la manera en que interactúa con otras. Es un ejemplo de cómo los efectos del sueño deficiente pueden considerarse 'contagiosos'. ¿El mensaje de salud pública? Dormir bien no es solo bueno para una persona, sino para todos los que la rodean", destacó el Dr. Verma, quien no intervino en el estudio.