EL PELIGRO DE ABUSAR DE LOS SOMNÍFEROS

ESTRELLA VALLEJO
19 marzo 2018 Lejos de ser uno de los momentos más placenteros del día, meterse en la cama y tener que conciliar el sueño es una verdadera agonía para alrededor de 94.000 guipuzcoanos que pasan largas horas en vela durante la noche.

 

Pero el problema, al margen del propio insomnio, es que los hipnóticos y sedantes se han erigido erróneamente como la solución rápida y sencilla a un problema que tiene un fondo mucho mayor. Y si algo preocupa a los expertos, tanto o más que la incidencia que pueda tener el propio trastorno, es el «abuso» a la hora de recetar estos fármacos que no hacen sino enmascarar el problema de base y generar otros como la adicción derivada de un consumo prolongado y desmedido.
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Es por ello que consideran que este desorden del sueño precisa mayor atención, estudios y estadísticas que muestren una radiografía fiable para combatirlo, y una definición correcta del paciente para reducir los falsos diagnósticos que se producen.

«Se recetan pastillas para dormir pero esa no es la solución al insomnio», indica el doctor Poza

Determinar cuántas personas padecen esta alteración es complicado, aunque se estima que la prevalencia del insomnio se ha duplicado en las dos últimas décadas. No existen estadísticas actualizadas, pero la afección a un 6% de la población que indicaba un informe elaborado a nivel estatal en los años 90 ha pasado a representar el 12-15%, según otro estudio más reciente realizado en países europeos. «Y la dinámica -en Gipuzkoa- es similar», indica Juan José Poza, médico adjunto de Neurología del Hospital Universitario Donostia y Onkologikoa Logic.

Este doctor donostiarra es miembro de la Sociedad Española del Sueño y participa en grupos de estudio sobre el insomnio, en los cuales se refieren a este trastorno como un problema que «a menudo se aborda rápido y no siempre de la forma más adecuada». «Queremos transmitir que la solución no es dar una pastilla para dormir», remarca. Y apunta directamente hacia la Atención Primaria de los ambulatorios como el espacio en el que debe surgir un cambio en el procedimiento, tanto al evaluar a los pacientes como en el tratamiento que se les proporciona.

La Sociedad Española del Sueño está elaborando una guía para evaluar y tratar este trastorno

Así, propone a los centros de salud incluir una valoración sobre si hay alguna causa específica que provoque el trastorno del sueño, insistir en las medidas de higiene de sueño del paciente, reeducarle para que vuelva a aprender a dormir «y, cuando sea necesario, complementar el tratamiento con una medicación específica y adecuada a cada persona, intentando definir un horizonte temporal», expone.

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Los expertos estiman que en torno a un 30% de la población -unas 215.000 personas en Gipuzkoa- recurre a este tipo de medicación para conciliar el sueño, y según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, el consumo de somníferos ha crecido un 57% desde 2006.

Los datos que tiene registrados el Departamento de Salud del Gobierno Vasco relativos al último lustro, en cambio, muestran que en Gipuzkoa el volumen de recetas se mantiene similar con una media de 22.547 dosis administradas al día, una cifra proporcionalmente inferior a la media vasca.

Frenar el insomnio
Llega la hora de ir a la cama y empieza la intranquilidad. Les cuesta conciliar el sueño o se desvelan de madrugada. Acecha el aburrimiento y el móvil se convierte en buen aliado, aunque la luz de la pantalla solo consigue desvelarles más. La hora de levantarse se aproxima. Amanece un nuevo día con ganas de que llegue la noche para poder descansar, pero una vez que se baja la persiana, vuelve la intranquilidad.

Osakidetza receta en Gipuzkoa 22.547 dosis de hipnóticos al día, menos que la media vasca

Es el esquema nocturno de miles de personas. Por eso, el doctor Poza se apresura a deshacer ideas que se interiorizan de manera errónea. Un ejemplo, la necesidad imperiosa de tener que dormir ocho horas. «Varía en función de las personas», expone. «Sucede lo mismo que con el apetito. Ni todas las personas tenemos el mismo apetito, ni una misma persona necesita comer todos los días la misma cantidad para saciarse. Con el sueño ocurre algo parecido».

El neurólogo Juan José Poza, en su despacho.
El neurólogo Juan José Poza, en su despacho. / MICHELENA
Pone el foco en la edad como factor determinante que se debe tener en cuenta para relativizar según qué casos, porque a media que se cumplen años el sueño pasa a ser más breve y fragmentado, y se va adelantando la hora de irse a la cama. «Esto tampoco es insomnio, sino una cuestión de la propia edad que hay que asumir», apunta al tiempo que recuerda que si una persona joven tarda en dormirse entre 20 y 30 minutos de media, en el caso de personas mayores ronda los 30 o 40 minutos.

Higiene del sueño
La psicóloga clínica y forense Rosa María Carqués recuerda que «por dormir mal unas noches no pasa nada». Es cuando esto se prolonga en el tiempo cuando empieza a tener consecuencias, en primer lugar, en el ánimo de la persona que lo padece. Desde ansiedad, irritabilidad o sintomatología depresiva, hasta cierta afección en la memoria o la capacidad de concentración. «También puede aparecer cansancio físico y mental, somnolencia, enlentecimiento de reflejos y alteraciones en el apetito...», enumera.

Se estima que el consumo de somníferos a nivel estatal ha crecido un 57% desde 2006

Por eso apunta la importancia de prestarle la debida atención a la higiene del sueño. «En muchos casos, el problema no es no dormir, si no el miedo a no poder lograrlo. Este temor genera nerviosismo y es el que impide conciliar el sueño. Por lo tanto, no dormir una noche no debe preocuparnos porque tarde o temprano lo conseguiremos debido al propio cansancio». Así, en los casos en los que la dificultad para conciliar el sueño no está producida por algún trastorno físico o psicológico conviene «regularizar los ciclos, tratando de levantarse a la misma hora, aunque por algún motivo puntual nos hayamos acostado algo más tarde».

A esa pauta suma otras. «No dormir siesta, no trasnochar, no desplazar más de una hora el momento de levantarse los fines de semana, no tomar bebidas estimulantes, hacer ejercicio moderado por la tarde y a medida que se acerca el momento de acostarse hacer actividades que requieran poco esfuerzo físico, mental o emocional». En este sentido, el doctor Poza apunta que «no podemos pretender estar muy activos hasta final del día y en cinco minutos pulsar el botón de ‘Off’ y dormirnos. Lo normal es que nos cueste».

Las medidas para mantener una correcta higiene del sueño pasan por asociar la cama con el descanso. Para ello, recomiendan acostarse cuando se tenga sueño «y esperar entreteniéndonos con alguna actividad aburrida en el salón hasta que sienta la necesidad de dormir», indica Carqués. En caso de que el insomnio esté relacionado con alguna causa orgánica o mental, además de seguir los consejos anteriores, «es necesario que se ponga en manos de un profesional».

«En muchos casos el temor a no poder dormir es lo que impide conciliar el sueño», indica la psicóloga Carqués

Sin embargo, apunta que en la mayoría de los casos -«no en todos»- es suficiente con levantarse de la cama y distraerse nuevamente leyendo con poca luz o tomando un vaso de leche caliente o una infusión relajante. «Y sobre todo, no estar nunca pendiente de la hora. Si no duermo hoy, me levanto a la hora de siempre y no echo la siesta. Tarde o temprano dormiré», concluye.

Los datos
30%
de la población recurre a a fármacos hipnosedantes, lo que en Gipuzkoa supondría unas 215.000 personas.
94.000
guipuzcoanos padecen insomnio según las últimas estadísticas que cifran en torno al 12-15% la afección de este trastorno del sueño.
Combatir el insomnio:
Para lograr una correcta higiene del sueño: Evitar: echar la siesta, trasnochar, desplazar más de una hora el momento de levantarse los fines de semana, tomar bebidas estimulantes. Se recomienda: Hacer ejercicio moderado por la tarde y a medida que se acerca el momento de acostarse hacer actividades que requieran poco esfuerzo físico, mental o emocional. En caso de desvelarse, levantarse de la cama y tomar leche caliente o leer con luz tenue. Si el insomnio está ligado a un trastorno físico o mental: Seguir las pautas anteriores y acudir a un especialista. Síntomas: Irritabilidad, sintomatología depresiva, afección a la capacidad de concentración, cansancio, enlentecimiento de reflejos...